Memoria histórica imprescindible:
-Córdoba recupera miles de historias del archivo al digitalizar todos los consejos de guerra de la provincia.
Unos 9.000 expedientes guardan el nombre de 15.000 personas represaliadas por el franquismo. El proyecto Concord, de la Universidad de Córdoba, tiene como objetivo digitalizarlos todos y ponerlos a disposición pública.
Mariano Rubio Carrillo, Purificación Jiménez Cuesta, Jacinto Sánchez Campillo, Miguel Rivera Moreno, Alfonso Regalón Román e Isabel Márquez Nogales son nombres que, seguramente, a una inmensa mayoría de los españoles no les digan nada. En cambio, son historia de España. Estos seis nombres, estos doce apellidos, tan solo significan una ínfima muestra de los miles de ellos que aparecen, día tras día, al digitalizar todos los consejos de guerra acaecidos en la provincia de Córdoba y juzgados por los sublevados, primero, y el franquismo, más tarde.
El pionero proyecto Concord, de la Universidad de Córdoba (UCO), tiene un solo objetivo: poner a disposición pública y telemática todos estos expedientes. Creen que serán unos 9.000, ya que la iniciativa también tiene una dimensión de recuperación del patrimonio y no se conoce todavía la cifra exacta, y las personas que aparecen en ellos pueden superar las 15.000. Por el momento, a disposición de cualquier persona a través de su web, ya hay 6.379 expedientes y cerca de un millón de documentos digitalizados.
“Concord nació en 2020 como resultado de una demanda de los investigadores. Muchos historiadores estaban interesados en la represión franquista pero les costaba mucho acceder a una fuente fundamental como son los consejos de guerra”.
El equipo que está detrás de Concord no solo se encarga de la digitalización, sino de documentar lo hallado. Los documentalistas se leen todos y cada uno de los expedientes para extraer los datos fundamentales. En total, son más de 30 campos a completar. Se trata de la parte más gravosa en términos de tiempo y consumo de recursos, tanto económicos como humanos.
La ciudadanía, después, tendrá mucho más fácil encontrar información sobre algún familiar al buscar en campos como nombre, lugar de procedencia, edad, profesión y lugar de enterramiento. Un segundo nivel, mucho más especializado, solo está disponible para los investigadores. Ahí es donde se puede buscar por el nombre de los miembros del tribunal, testigos o denunciantes.
Si se tiene en cuenta los expedientes ya digitalizados, en torno a unas 15.000 personas estarían implicadas en los consejos de guerra, independientemente de si son encausados, testigos o denunciantes.
Como en tantas otras ocasiones, de una rama nacen otras nuevas y poco a poco la frondosidad del bosque aumenta inusitadamente. Es lo que pretenden en el proyecto, que esa frondosidad que aquí significa verdad, vaya en aumento. Y es lo que ocurre, por ejemplo, con la colaboración que ofrecen a los arqueólogos forenses encargados de diferentes exhumaciones en la región. “Aquellos condenados a muerte y ejecutados mediante consejo de guerra precisan con milimétrica exactitud dónde están enterrados”.
*Cuando la adhesión a la rebelión era defender la legalidad
Alfonso Regalón Román
Nació en Adamuz y vivía en Pedro Abad cuando, con 31 años, se inició su consejo de guerra el 7 de enero de 1939. Estaba casado, era jornalero y comunista. Fue procesado por el delito de rebelión, acusado de haber estado afiliado al Partido Comunista, habiendo realizado diferentes acciones en favor del bando republicano armado con una carabina. También se le acusa de haber detenido y asesinado a un hombre, así como de haber recorrido cortijos en busca de aliados y armas, entre otras acusaciones.
El fiscal pidió la pena de muerte y su defensor abogó por la absolución. El 3 de febrero de 1941 llegó la condena a la pena de muerte. Sería ejecutado en Córdoba el 1 de mayo de 1941, siendo finalmente enterrado en el Cementerio de Nuestra Señora de la Salud de Córdoba, en la fosa común.
A Mariano Rubio Carrillo le llamaban Botón, ese era su mote.
Estaba soltero, era socialista y jornalero y vivía donde había nacido, en Pedroche. Su expediente es uno de los tantos en los que revolotea la pena de muerte. Mariano, capturado con la caída del frente norte como soldado republicano, primeramente justificó su afección al Movimiento Nacional. En cambio, el tribunal lo condenó a muerte por un delito de adhesión a la rebelión pero con declaraciones inculpatorias algo inconsistentes. Le conmutaron la pena por la cadena perpetua. Habrá que esperar a la “liberación” de Pedroche para hacer más acopio sobre los posibles delitos de Mariano. Tenía 25 años cuando se inició el procedimiento contra él.
Purificación Jiménez Cuesta
Nació y residía en La Carlota cuando los sublevados la detuvieron. Tenía 23 años, era sastra, estaba soltera y engrosaba las filas de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). La procesaron por un delito de adhesión a la rebelión. Una vez iniciada la Guerra, permaneció en zona republicana y presidió la Sociedad de Mujer Libre de Membrilla (Ciudad Real) durante dos meses. El fiscal pidió una pena de seis años y un día de prisión mayor. Su defensor abogó por la absolución. El tribunal optó por la petición del Ministerio Público, que no rebajó, y sentó sentencia el 18 de diciembre de 1941. A esta pena le restaron el tiempo sufrido en prisión preventiva, quedándose la pena en 3 años y 138 días, que cumplió en libertad condicional.
Jacinto Sánchez Campillo
Tenía 33 años, era jornalero y analfabeto, y residía donde nació, en Iznajar. Casado y con cuatro hijos, el franquismo lo vinculó al socialismo. Entre las acusaciones está que Jacinto formó parte de las comisiones que requisaron armas y otros efectos durante “el periodo de control marxista del pueblo”, de algún robo en un cortijo y de la detención de un vecino. Una vez ocupado Iznajar por los sublevados, se alistó en el ejército republicano tras huir a Málaga. Cuando cayó Málaga se entregó, y fue puesto en libertad en Córdoba. Después de esto, se le acusó de intento de estafa a varios vecinos en un bar que llegó a regentar en una aldea de Iznajar. En el momento del juicio se hallaba encarcelado preventivamente en la prisión provincial de Rute. Fue acusado de adhesión a la rebelión en 1939 y juzgado en Lucena en 1940. El fiscal pidió 20 años de reclusión mayor y el defensor seis años y un día, aunque el tribunal lo condenó a reclusión militar perpetua (30 años). Murió en la Prisión Provincial de Córdoba a causa de una hemorragia cerebral en 1942…
–https://www.elsaltodiario.com/memoria-historica/proyecto-concord-cordoba
-Crímenes de Montejurra 1976: ¿Quién estuvo detrás?
1939-1976-2023
9 de mayo de 1976. Asesinatos de Aniano Jiménez Santos y Ricardo García Pellejero.
Para la subida anual a Montejurra el 9 de mayo de 1976, desde el Monasterio de Irache, el Partido Carlista había invitado a una veintena de partidos y organizaciones políticas de la izquierda (PCE, PSUC, PTE, ORT, MCE, PSP, PSOE…) con el lema “Una cita para el pueblo”: Por la Unidad de la oposición democrática, por las Libertades democráticas, por la Autodeterminación de los pueblos y nacionalidades del Estado Español, por la Amnistía general, por una Alternativa Socialista Autogestionaria, ¡Acude a Montejurra! Partido Carlista, Libertad, Socialismo, Autogestión.
Los crímenes se ejecutaron en presencia y con la colaboración de las fuerzas de seguridad, sin que fueran detenidos los autores ni requisadas las armas empleadas. Algunos de los participantes en la confrontación han sido relacionados con la Operación Gladio y con la trama de terrorismo de Estado que posteriormente originaría los GAL. Rodolfo Eduardo Almirón, exmiembro de la Triple A argentina que posteriormente sería jefe de seguridad de Alianza Popular y guardaespaldas personal de Manuel Fraga durante los últimos años de la década de los 70 y primeros años de la década de los 80 (Almirón luego adiestró a los guardaespaldas de Felipe González.); Stefano Delle Chiaie, terrorista de ultraderecha italiano con vínculos con la organización anticomunista de la OTAN, Gladio; Jean Pierre Cherid, posteriormente miembro de los GAL… estaban presentes en Montejurra este día.
En mayo de 1976, durante la tradicional romería del movimiento carlista en Montejurra, fascistas de la Comunión Tradicionalista provocaron una masacre entre los carlistas de izquierda, resultando muertas dos personas, Aniano Jiménez Santos y Ricardo García Pellejero.
Nuevos documentos publicados en enero de 2023 implicarían al Estado en estos sucesos. José Lázaro Ibáñez, Secretario General del Partido Carlista y Manuel Martorell, periodista e historiador desvelan las claves de un suceso clave en la conocida como Transición española…