Luchas obreras rescatadas del olvido.
Agenda
2013 ⁄ 20 Oleada de Huelgas en las Maquilas de Medio Mundo -I-
Desde los albores del capitalismo, la producción textil se ha servido de mano de obra femenina aplicando sobre las mujeres trabajadoras las más intensas condiciones de explotación. Hoy en día, millones de obreras de varios continentes continúan abarrotando las inmensas fábricas que pueblan las zonas más empobrecidas y atrasadas del planeta. Este tipo de fábricas se encuadran dentro de lo conocido como maquilas o industrias maquiladoras. Las maquilas se basan en un funcionamiento muy simple: el capital extranjero ―principalmente de los países imperialistas― paga la materia prima, la producen con una plusvalía superlativa gracias a lo barata que resulta la mano de obra y se venden los productos en el mercado de los países más desarrollados con un beneficio brutal. Esto es el abecé de la industria de la moda y el expolio que hay detrás de las grandes fortunas de las firmas textiles.
Las condiciones de semiesclavitud a las que están sometidas las obreras textiles han salido a la luz de la manera más trágica cada poco tiempo: miles de obreros y obreras han perecido en las fábricas en centenares de accidentes cada año. El 23 de abril de 2013, el complejo fabril de Rana Plaza en Dacca (Bangladesh) se derrumbaba atrapando a miles de trabajadoras bajo los escombros. Estas fábricas producían para Inditex, entre otras empresas textiles. En este caso, el terrorismo patronal se llevó por delante la vida de 1.134 obreras y dejó más de 2.000 heridos. Esta y otras catástrofes, además de las infames condiciones laborales (salarios de 50 euros al mes, jornadas de 70 horas semanales, abusos de todo tipo hacia las mujeres…), han empujado a la clase obrera del textil a organizarse por pura supervivencia. En la última década se han multiplicado las huelgas multitudinarias y las luchas de todo tipo en India, Bangladesh, Indonesia, Myanmar, Vietnam o México.
Días después de la tragedia de Rana Plaza, miles de trabajadoras desfilaban el 1º de Mayo enarbolando cada una de ellas una bandera roja, mientras que otras tantas en Dacca y otras ciudades como Ashulia se organizaron y salieron a las calles en grandes manifestaciones. Estas primeras protestas asustaron al régimen títere del imperialismo de Bangladesh, que ya en 2016 había detenido y encarcelado a decenas de sindicalistas. Los patrones llevaron a cabo una auténtica caza de brujas para “limpiar” las fábricas de elementos subversivos. Más de 1.500 obreras fueron despedidas inmediatamente. En abril de ese mismo año, las obreras textiles de la India paralizaron la ciudad de Bangalore, bloqueando las principales arterias de la ciudad en una manifestación espontánea que duró dos días, en respuesta a una reforma gubernamental que degradaba todavía más sus condiciones salariales. No fue algo planificado ni organizado por los sindicatos de la India, sino que fueron las propias mujeres las que desataron la rabia acumulada por la ciudad. Finalmente, obligaron al gobierno a retractarse. En la periferia de esta ciudad hay más de 1.200 fábricas, donde el 90% del medio millón de proletarios son mujeres.
En Myanmar (Birmania), en los últimos tres años, el sector del textil también ha experimentado una oleada de huelgas cada semana, en las que las mujeres han adoptado unas formas de lucha independientes. Son obreras muy jóvenes ―de entre 18 y 25 años― que se organizan de manera espontánea, declaran la huelga y a ella se suman centenares de miles de obreras … /…
Continúa el domingo 10 de diciembre.