La “pacificación” de Catalunya. Artículo de Pablo Hasél en la revista ‘El Otro País’. «Hablando de páginas, relativamente pronto se escribirán algunas mucho mejores en la historia combativa del pueblo catalán».

Artículo de Hasél en EOP.

-Artículos desde prisión:

Pablo Hasél

Prisión de Ponent, Lleida.

Publicado en la revista El Otro País, n.º 108, nov-Dic 2023.

La “pacificación” de Catalunya

NOTA ACLARATORIA:

A petición de Pablo Hasél, este artículo ha sido corregido de las erratas que contenía el publicado en El Otro País nº 108, y que daban lugar a confusión o un significado distinto al artículo escrito originalmente por él.

Desde el infame pacto de los indultos con los líderes del procés encarcelados, a cambio de renunciar a la defensa consecuente de los derechos nacionales y reprimir a la par que criminalizar a quienes no claudicábamos, el Gobierno de los falsos progresistas se ha pavoneado de haber traído la calma a Catalunya. Especialmente el PSOE, que ha mejorado considerablemente sus resultados electorales en tierras catalanas y en el resto del Estado. Fruto de la suma de otros factores como el marketing incesante de supuestas mejoras sociales -inexistentes a efectos prácticos- o del exprimido pánico a Vox. Pero qué duda cabe de que la situación en Catalunya es una de las cuestiones que más han sacado a relucir y que les ha reportado más beneficios, como que los botiflers* de ERC sostuvieran su pasada legislatura y contribuyeran tanto a su blanqueo.

A partir de la domesticación vergonzosa y colaboracionista de los partidos processistes, han insistido en vender que prácticamente todo el independentismo se ha rendido y que el asunto está finiquitado. Algo que no se creen ni ellos, como certifica la represión sistemática -con espionaje del más sucio incluido- y que el conflicto ocupe constantemente los discursos de todos los partidos del régimen y sus medios. Saben muy bien que el independentismo va muchísimo más allá de quienes en nombre de este frenan la confrontación. Como conocen que alrededor de un 80% del pueblo catalán apoyamos la autodeterminación, reconocido incluso por encuestas de medios contrarios. Una cosa es su discurso electoralista y otra muy distinta la realidad. Es evidente que los pactos claudicantes han causado mucho daño y que no estamos en una época de flujo en general. Pero precisamente por las lecciones aprendidas a base de experiencias, la conciencia de amplios sectores ha dado un importante salto cualitativo. Además de por la influencia que con trabajo político han ganado los planteamientos revolucionarios. Ese avance se ha comprobado en el apoyo a métodos de lucha más combativos (como tras las sentencias del procés), en el señalamiento de los politicuchos con el aparejado gran aumento de la abstención, en la solidaridad con los represaliados, en varias reivindicaciones como la amnistía total o en la percepción del Estado.

Por todo ello, el independentismo no ha muerto, ni se ha reconciliado con el régimen, ni va a dejar de oponer resistencia. Todo lo acontecido -y lo que está por venir- ha sido un revulsivo para librar mejor la batalla. Pese a que el movimiento no esté tan desorientado como antes, es lógico que aún quede mucho por avanzar. La desorganización imperante frena una mayor implicación y confrontación, pero eso no significa que los independentistas no sientan un rechazo más agudo hacia el Estado fascista que hace escasos años. Aún menos tras ver cómo actúa este ante demandas democráticas. El rechazo masivo ha aumentado y se ha radicalizado, con todo lo que implica. El serio empeoramiento de las condiciones de vida aún agravará más esta avanzada crisis de régimen en Catalunya. Ni la paz nacional ni la social que quisieran los opresores está servida, justamente porque estos no dejan de darnos guerra.

Los estallidos sociales que se aproximan por todo el Estado, como ya reconocen algunos de sus voceros conscientes de la situación insoportable que imponen y como advierte el blindaje del arsenal represivo aumentado por el PSOE y UP, confluirán con el latente conflicto nacional. Lo que hace prever que esa combinación hará que en este territorio tengan una especial fuerza. El creciente hartazgo palpable en los récords de abstención ha puesto muy nerviosos a los partidos del circo parlamentario, especialmente a los processistas cuya sangría de votos ha sido más pronunciada. Estos últimos han empleado graves calumnias contra las campañas por la abstención o el boicot activo. Al ser promovida por amplios sectores del independentismo, la campaña por la abstención ha tenido un enorme eco en redes. Tanto dirigentes de Junts como de ERC, acusaron al CNI “de estar tras estas campañas que sirven al Estado”. Algo aún más repugnante cuando son ellos quienes lo han servido desmovilizando, reprimiendo, blanqueándolo y dándole estabilidad. La falacia cae por su propio peso porque si al régimen le interesara la abstención o el boicot activo, lo fomentarían y no darían la matraca a todas horas llamando a votar a quien sea.

Aunque finalmente hubiera una investidura a cambio de una amnistía parcial, el independentismo no va a conformarse al perpetuarse la represión y la negación de la autodeterminación como de otros derechos y libertades. Ante la falta de una solución democrática, se seguirá activando la lava de un volcán que parece dormido pero que avanza hacia una potente erupción. Una parte del independentismo ha demostrado tener ganas de luchar, incluso en esta época de reflujo. La Diada no baja del medio millón de manifestantes que reclaman confrontación y ruptura. Además existen numerosas iniciativas populares que no desisten. Pedro Sánchez repite que “hay que pasar página”, pero la memoria está bien viva. No sólo recordando la brutalidad contra el referéndum o todo tipo de agresiones y humillaciones que no cesan, también la enorme fuerza de la desobediencia civil que permitió ganar el 1 de octubre o la autodefensa que desbordó a los cuerpos represivos tras las sentencias. Hablando de páginas, relativamente pronto se escribirán algunas mucho mejores en la historia combativa del pueblo catalán.

———————

*Botifler, palabra que en catalán designa despectivamente a los partidarios de Felipe V y los borbones en la Guerra de Sucesión y desde entonces a todos los colaboracionistas con el Estado español.

Foto. Pablo Hasél en prisión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.