Internacional:
Sudán
-La guerra desata la mayor crisis humanitaria, con siete millones de desplazados al borde de la hambruna.
Los combates se recrudecen en el país africano tras ocho meses de conflicto que ha provocado la mayor crisis de desplazamiento interno del mundo.
La ONU pide hasta 4.000 millones de dólares para ayuda humanitaria, pero la guerra de Ucrania acapara la mayoría de los fondos.
El conflicto armado que azota Sudán desde el pasado 15 de abril se recrudece y ya ha generado en apenas ocho meses la mayor crisis de desplazados internos del mundo, según la ONU, que cifra en más de cinco millones las personas a las que la guerra ha obligado a abandonar sus hogares y huir a otras zonas del país, mientras que casi un millón y medio de civiles han buscado refugio en países vecinos como Chad, Sudán del Sur o Egipto.
Los combates entre la Fuerzas Armadas sudanesas y el grupo paramilitar rebelde Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) están llevando a la población civil a una situación catastrófica, atrapada en un espiral de violencia y al borde de una crisis alimentaria sin precedentes en un país ya sacudido por diferentes conflictos armados desde 2003.
En los últimos días, los combates entre las FAR y el Ejército llegaron a Wad Madani, considerada una ciudad refugio para la población civil desde el estallido de la guerra. Al sureste de Jartum, la capital, Wad Madani es la segunda ciudad más poblada de Sudán y un importante punto comercial y económico del país.
A las 700.000 personas que residen en Wad Madani se sumaban otras 500.000 personas desplazadas de sus hogares por los combates, sobre todo procedentes de Jartum, donde se iniciaron los enfrentamientos armados que rápidamente se extendieron a otras zonas del país. Sin embargo, desde el pasado 15 de diciembre, la ciudad dejó de ser un lugar seguro y entre 250.000 y 300.000 personas han huido hacia otras zonas.
En estos ocho meses se han reportado masacres por motivos étnicos en la región de Darfur y otros crímenes de guerra cometidos por ambas partes del conflicto. Entre ellos, las organizaciones humanitarias han documentado violencia sexual, reclutamiento de niños soldado y muertes de civiles en ataques indiscriminados, sobre todo en las regiones de Jartum y Darfur Occidental.
«Matan a personas en el interior de sus casas o mientras buscan desesperadamente comida, agua y medicamentos; atrapadas en el fuego cruzado mientras huyen o tiroteadas deliberadamente en ataques selectivos. Miembros de las partes enfrentadas han violado y sometido a otras formas de violencia sexual a decenas de mujeres y niñas, algunas de tan sólo 12 años. No hay lugares seguros. Recuerda a la campaña de «tierra arrasada» de decenios anteriores en la que, muchas veces, participaron los mismos actores que en la actualidad».
*18 millones de personas en riesgo de hambruna
Las necesidades de ayuda humanitaria se han multiplicado tanto en Sudán como en los países vecinos. Según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) alrededor de 25 millones de personas –la mitad de la población– necesitan suministros básicos para sobrevivir. «La guerra ha sumido a Sudán en una de las peores pesadillas humanitarias de la historia moderna».
*Olvido de la comunidad internacional y agravio comparativo.
La envergadura y los desafíos de esta crisis supera con mucho a de la Ucrania, un conflicto que prácticamente eclipsó a nivel informativo al estallido de la guerra en Sudán. La comunidad internacional se ha volcado en apoyo militar y humanitario a Ucrania, que en 2022 recibió más de 4.000 millones de dólares en ayuda humanitaria internacional, lo que cubrió casi el total de lo que la ONU requería para atender la emergencia. En cambio, Sudán recibió 1.169 millones de dólares en 2022, a penas un tercio de lo que solicitaba Naciones Unidas. Un «doble rasero» de la comunidad internacional que han denunciado numerosas ONG.
En total, para 2023, el llamamiento de la ONU para cubrir la ayuda humanitaria básica en Sudán apenas ha reunido un tercio de los 2.600 millones de dólares que había requerido, mientras que los de Ucrania, aunque se han reducido, rozan el 60% del total.
Palestina
-A Belén.
Señal tiroteada y con sangre.
Viñeta Adán Cb
-Sigue la campaña de boicot contra empresas que blanquean el genocidio sionista contra Palestina.
Boykot.
Capitalismo
-Feliz Navidad.
Los jersey que estos días tanto y tanto se han visto en las calles, elaborados por trabajadoras en situación de semi-esclavitud laboral.
EE.UU.
-Hacerse de oro por enganchar de por vida con drogas arrasadoras.
Corría el año 1996 cuando Purdue Pharma lanzó al mercado OxyContin. Se trataba de un analgésico opiáceo que llegó a las farmacias con el beneplácito de las autoridades y la bienvenida del personal médico, que veía una manera de aliviar el dolor. Comenzaba así la que se convertiría en una auténtica pesadilla para millones de personas en EEUU.
El consumo de OxyContin se disparó en el país, así como el número de clínicas de pastillas. Sam Quinones en su libro “Tierra de Sueños”, cita como ejemplo lo sucedido en Scioto (Ohio), un condado de 80.000 habitantes donde se llegaron a recetar legalmente 9,7 millones de pastillas al año. Tan sólo una década después del lanzamiento de OxyContin, se estima que 6,1 millones de personas habían abusado de él en el país. En 2011, el abuso de analgésicos con receta estaba detrás de casi 500.000 visitas a urgencias, prácticamente el triple que siete años antes.
Este producto generaba adicción, el organismo iba desarrollando tolerancia y, en lugar de ser administrada por vía oral, las personas adictas machaban las pastillas de oxicodona y se las inyectaban directamente en vena. Las sobredosis de opiáceos subieron de 10 al día en 1999 a una cada media hora en 2012. Pese las advertencias del repunte de adicciones, la maquinaria engrasada por las farmacéuticas no se detuvo y los especialistas del dolor y de la adicción se situaban en polos opuestos.
En la localidad de Portsmouth (Ohio), una de las más castigadas, las pastillas de oxicodona se llegaron a convertir en divisa, pudiendo pagar con ellas desde una lavadora, a un coche o, incluso, el dentista. La ventaja frente a la heroína era que las pastillas no se podían alterar ni cortar y, según la marca, ofrecía diferentes valores: OxyContin de dispensaba en pastillas de 40 y 80 miligramos, mientras que la oxicodona genérica en dosis de 10,15, 20 y 30 miligramos. Los opiáceos operaban como moneda y las clínicas de pastillas como una suerte de bancos centrales.
Con un país adicto a los opiáceos, comenzó a recetarse metadona, con la idea de que al permanecer en el organismo 72 horas, el consumo se rebajaría. En una década, de 1999 a 2009, las recetas de metadona para dolores como el de cabeza o espalda pasaron de 1 millón a 4,4 millones… y también llegaron las sobredosis, que pasaron de 623 en 1999 a más de 4.700 en 2007.
Las mafias pues, comenzaron a elaborar redes de opiáceos, “A diferencia de otros cárteles, dedicados a la marihuana, las metanfetaminas o la cocaína, este nuevo actor del narcotráfico se fijó en la heroína”, más concretamente, en el alquitrán negro, una sustancia negra y pegajosa, procedente de la adormidera, barata de producir y de gran pureza.
Entre las novedades de este cártel, no sólo figuraba el precio y la pureza de la heroína, sino también el reparto a domicilio. Ya no era necesario acudir a barrios marginales o casas de crack abarrotadas, era suficiente con hacer una llamada, recibir el pedido e inyectarse en la cama de un barrio residencial. Y es que el perfil de heroinómano cambió sustancialmente: desde deportistas de élite, a universitarios de la clase media blanca estadounidense. Cualquiera que hubiera comenzado a combatir el dolor con opiáceos, lo que era norma.
Purdue Pharma, que en 2007 se declararía culpable de presentar de manera engañosa el OxyContin, aunque la multa de 634 millones de dólares fue irrisoria comparadas con sus ganancias milmillonarias. Tal y como describe Quinones, no sería hasta 2010 cuando reformuló sus pastillas para que resultara más complicado deshacerlas e inyectarlas.
Luego ya vino lo del fentanilo. Ya se ha alarmado desde muchos sitios de la verdadera dimensión de adictos y decenas de miles de muerte que va ocasionando. Producido, como la oxicodona, la hidrocodona y otros opiáceos, por Purdue Pharma, su paso al mercado clandestino ha disparado las muertes, las adicciones y un enorme problema de sanidad nacional.
Solo cuando algún famoso muere a causa de la “epidemia de fentanilo”, el debate se vuelve viral, como tras el fallecimiento en verano por sobredosis del actor Angus Cloud, de 25 años y famoso por la serie Euphoria.
Mientras, Purdue Pharma se sigue haciendo de oro…
–https://www.publico.es/culturas/mejores-series-drogas-crisis-opiaceos-oxicodona-fentanilo.html