Cine político chileno y cine de acción URSS:
Chile
-50 años del Golpe de Estado en Chile
Diversas películas conmemoraron el aniversario del Golpe fascista en Chile.
Publicado en la revista El Otro País, n.º 108, nov-dic 2023.
Aunque resulte criticable por su parquedad y falta de criterio, no debemos pasar por alto el apartado que diversas instituciones han dedicado este pasado mes de septiembre de 2023 a la cinematografía chilena del período de la Unidad Popular, realizado allí en la primera mitad de los años 70, así como algunos trabajos fílmicos posteriores que, la mayor parte, desde fuera del país, testimoniaron el trauma que supuso el golpe de estado y la posterior dictadura del general Pinochet que puso fin al gobierno de Salvador Allende en septiembre de 1973.
Reseñamos aquí brevemente aquellos títulos que constituyen ejemplo vivo de la militancia de la izquierda cinematográfica, unas veces desde perspectivas socialdemócratas y otras realizadas bajo otra óptica revolucionaria más radical.
La novedad más importante de esta breve retrospectiva vino dada por el estreno absoluto del film El realismo socialista (1973-2023), restauración y montaje definitivo que, tras varios años, ha llevado a cabo la cineasta Valeria Sarmiento, que fuera pareja del autor original de la película, Raúl Ruiz.
Se trata de una película inacabada en su momento, que, tras el fallecimiento de su autor, rescató y recompuso la realizadora. La proyección se realizó exclusivamente en el pasado Festival de San Sebastián y no ha llegado a exhibirse en ninguna de las principales capitales del estado.
Caso curioso, más aún cuando la obra prácticamente completa de Ruiz ha sido exhibida con profusión por Filmoteca Española y otros organismos con programación cinematográfica.
´El realismo socialista´ retrata el mundo obrero chileno de los años setenta en contraposición a la pequeña burguesía intelectual de la época. Y adopta un estilo crítico que interpela a gran parte de la izquierda, casi siempre entre la paradoja y la contradicción, informan en la revista Caimán Cuadernos de Cine, en un formidable dosier que ha elaborado esta publicación, los críticos Jara Yáñez e Iván Pinto.
Siendo de suponer (partimos del desconocimiento del resultado final, puesto que no hemos visto la película) su interés, dados los generales planteamientos críticos en cuanto estética y contenido del cine de Ruiz, que se apartaba con gran distancia de otros autores que optaron por la ficción documental realista, como Miguel Littin, Aldo Francia, Helvio Soto o Patricio Guzmán. La colonia penal, de 1972, ya anticipaba el discurso transformador de este cineasta, en el seno de los cambios políticos que originó en el país andino la llegada en 1970 del socialismo a través de las urnas, algo inédito hasta el momento en el marco latinoamericano.
No deja, pues, de resultar decepcionante el hecho de haber reducido la exhibición de este largometraje al único pase de San Sebastián, por un lado, y, por otro no haber aprovechado la efeméride para acometer una retrospectiva en condiciones del cine de la Unidad Popular.
Habría resultado edificante, por parte de Filmoteca Española, recuperar alguna muestra de aquel movimiento de cineastas que, agrupados en torno a un ideario político, suscribieron a finales de 1970 el famoso Manifiesto de Cineastas de la Unidad Popular, como resultante de los Encuentros celebrados un año antes en el festival de Viña del Mar.
Aparte de la loable recuperación de la Filmoteca Valenciana del film de Patricio Guzmán, Chile, la memoria obstinada (1987) y la proyección en Filmoteca Española de Compañero presidente (1971), de Miguel Littin, además de alguna pequeña muestra de discutible relevancia, se ha privado, al aficionado de revisar y a las nuevas generaciones de conocer, títulos esenciales de ese período. Filmes como Llueve sobre Santiago de Helvio Soto, Ya no basta con rezar, de Aldo Francia, El Chacal de Nahueltoro y Actas de Marusia, ambas del citado Littin, o el importante cortometraje documental Universidad comprometida (1975), del cineasta español afincado en México Carlos Velo.
Así como dos capítulos documentales indispensables para profundizar en la génesis del golpe de estado que terminó con el gobierno de Allende: La batalla de Chile (1975) y los largometrajes de los cineastas de la República Democrática alemana Heynowski y Scheumann Yo he sido, yo soy, yo seré (1974) y El golpe blanco (1975).
Y puesto que nunca la hemos visto citada ni comentada en ningún lugar, destacar una película realizada y exhibida en la clandestinidad, Cuando el pueblo despierta (Anónima, Chile 1973), film-manifiesto que, desde una óptica de izquierda más radical, se atrevió a denunciar el planteamiento represivo del allendismo hacia el MIR (Movimiento de la Izquierda Revolucionaria) y otras movilizaciones de raíz marxista que veían venir la amenaza del ejército.
Anécdota final: este humilde cronista, con dieciocho años, fue testigo de una conversación en el vestíbulo de la Filmoteca, en Madrid, entre dos veteranos cineastas españoles que habían militado en el sector republicano durante la Guerra, Antonio del Amo y el mencionado Carlos Velo. Ambos coincidían: Desgraciadamente (afirmaba uno y el otro asentía), la revolución, o se hace por las armas, o lo demás es cuento. Y eso Allende no lo vio, o no quiso verlo… Estábamos en 1976.
URSS
-¿Te apetece ver buenas películas que no sean de Hollywood, con muchas escenas de acción y un argumento interesante? El cine soviético tiene mucho que ofrecer.
1. ‘Los vengadores inalcanzables’ (1966)
Cuatro jóvenes con mucho valor, ayudan al Ejército Rojo durante la Guerra Civil e intentan derrotar a los monárquicos. La trama te mantendrá en vilo y te sorprenderá con sus diversas escenas de acción a caballo.
Fue la película favorita de todos los adolescentes soviéticos y una de las películas soviéticas más taquilleras de su historia. Tuvo una segunda parte, ‘Las nuevas aventuras de los vengadores’, y una tercera, ‘La corona del Imperio ruso’.
2. ‘Sol blanco del desierto’ (1969)
Describe la Guerra Civil rusa a orillas del mar Caspio. Un soldado del Ejército Rojo llamado Sújov se dirige a casa con su amada esposa a través del desierto a pie. Pero, un día, tropieza con un hombre que ha sido enterrado hasta el cuello en arena por unos bandidos. Decide salvarlo, junto con las mujeres del harén de otro malhechor.
Esta película es famosa por sus excelentes actuaciones y diálogos: muchas citas de la película se han convertido en dichos populares.
3. ‘Amigo entre mis enemigos’ (1974)
La Guerra Civil rusa ha terminado y cinco soldados del Ejército Rojo se preparan para entregar a las nuevas autoridades soviéticas en Moscú el oro que han incautado a los ricos del sur de Rusia. Pero los chekistas, los oficiales de la Guardia Blanca y los bandidos también quieren el oro. Uno tras otro, tienden una emboscada al tren que transporta el tesoro. Pero resulta que los chekistas tienen un traidor entre ellos. El protagonista, un soldado del Ejército Rojo, arriesga su vida, se hace con el oro y desaparece.
Este fue el primer largometraje del legendario director Nikita Mijalkov. Tiene mucha acción, escenas de lucha y acrobacias. Hoy en día, esta película se considera un clásico.
4. ‘Piratas del siglo XX’ (1979)
En algún lugar del océano Índico, un carguero soviético es apresado por piratas atraídos por un lote de opio que el barco transporta a la URSS para su uso en la industria farmacéutica. Al cabo de un rato, los marineros soviéticos desarmados consiguen liberarse y comienzan a luchar contra los piratas. En 1980, esta película fue vista por más de 87 millones de personas. Se convirtió en la película soviética más taquillera de la historia, superando incluso al melodrama ‘Moscú no cree en las lágrimas’ que se estrenó el mismo año y ganó un Óscar a la mejor película extranjera en 1980.
5. ‘El hombre del bulevar de los Capuchinos’ (1987)
Esta película de acción se rodó al estilo del “Western rojo”, cuando el cine soviético intentaba hacer sus propias películas sobre el “Salvaje Oeste” estadounidense (rodadas en Crimea). Esta película tiene muchas escenas de acción, pero en realidad es una comedia.
Johnny First es un “misionero” de cine. Llega a un bar local de Santa Carolina, donde unos vaqueros están bebiendo whisky. Johnny les enseña películas por primera vez en su vida y esto mejora instantáneamente su nivel cultural. Empiezan a hablar en voz baja y a beber leche en lugar de whisky.
–https://es.rbth.com/cultura/92894-peliculas-accion-sovieticas