Memoria histórica imprescindible:
-Simiente
«La pobre partera sufrió todo ese dolor que llevaba en sus ojos, apenas hablaba, aparecía sin avisar en el momento preciso y previo a cada nacimiento, taciturna, silenciosa, nunca le vi una sonrisa, no se le murió ni un niño a pesar de la falta de medios».
Chago Ramírez Melián
Carmita Meneses, había estado en todos los partos de los falangistas que vinieron para llevarse a su nieto, Demetrio Marrero. Cuando la vieja partera apareció bajo el umbral de la vivienda de Lomo Verdejo, junto al cauce del Barranco Guiniguada, los nazis se quedaron paralizados, tenía fama de bruja, curandera con las hierbas que recolectaba entre el Dragonal y La Mina de agua de Utiaca en Tinamar.
Curaba todo: la anemia, el mal de barriga, la tos nerviosa, la negrura del alma, la flema sangrante, los catarros de pecho que se llevaban a la mayoría de los recién nacidos de la isla redonda. Decía en sus rituales palabras en un idioma desconocido que muchos afirmaban que venía de los pueblos ancestrales. Aquellos que fueron exterminados por los españoles en las tristes y heroicas guerras de resistencia.
La anciana se quedó plantada en la portada de la casa de piedra seca, vestida de negro en su luto eterno por la muerte de su marido y sus dos niñas en aquella crecida del 22, cuando las aguas del temporal se llevaron por delante todas las casas cercanas al cauce del río de los sueños. Miraba con tristeza y enojo a los jóvenes de la Brigada del Amanecer sin articular palabra, las armas se bajaron y solo habló el jefe de los sicarios de azul, para pedirle que por favor les dejaran llevarse a Demetrio, que era anarquista y le tenían que hacer unas preguntas en la mansión de la marquesa en la bajada de La Angostura.
El muchacho salió encorvado por el miedo:
-No quiero darte problemas Tata- le dijo al oído mientras le daba un abrazo.
La mujer se quedó como petrificada, no alcanzó ni articular unas mínimas palabras sabiendo que ya no lo vería más, viendo cómo le amarraban las manos con aquellas cadenas oxidadas, subiendo la montaña hacia el páramo perdido de Lomo Blanco, allí donde solo había unas tuneras cargadas de espinosos frutos secos y rojos, los restos destruidos por el hacha de los gigantescos acebuches centenarios.
Publicado en el libro de Francisco González Tejera, “Señales del alba” (2022).
-Buscan a familias de combatientes fallecidos en la batalla del monte Saibi en abril de 1937.
La sobrina nieta del comandante del batallón Número 39 Arana Goiri, Teresa Usaola, hace un llamamiento expreso tras el comienzo de la importante exhumación del monte Saibi, enclave en el que se produjo uno de los combates más duros de la Guerra Civil en Euskadi.
«Necesitamos familiares de fallecidos en batalla en Saibi en abril de 1937 para pruebas de ADN que después se puedan cotejar con los restos actuales y los posibles futuros».
Usaola pide a las personas sensibilizadas con estos temas máxima difusión de esta noticia porque asegura que es muy difícil llegar a toda la ciudadanía. «Muchos ni sabrán que ha comenzado la exhumación», logro que no ha sido nada fácil. La sobrina del histórico mando del Ejército de Euskadi fallecido en el fragor de la batalla contra los franquistas, solicita a las personas interesadas que escriban un correo electrónico a la siguiente dirección saibi37@hotmail.com y ella junto al grupo que está trabajando en este objetivo, caso de Euskal Prospekzio Taldea o la Sociedad de Ciencias Aranzadi- responderán a los mensajes que reciban.
Después de comenzar la prospección en el monte Saibi, en el término municipal de Abadiño y en el Parque Natural de Urkiola, haber obtenido restos óseos y con la esperanza de que haya nuevos hallazgos, «solicitamos a los familiares de fallecidos en la Batalla de la cima de Saibi, que se pongan en contacto a través de este mail para poder indicarles la forma de proceder para dar sus muestras de ADN, posibilitar el futuro cotejo y, de esta manera, poder proceder a la identificación de los restos».
Teresa Usaola es sobrina nieta de Felipe Bediaga, comandante del Batallón Arana Goiri del PNV, fallecido en combate contra los fascistas, en Saibi el 14 de abril de 1937.
En: MugaKultura.eus
-La Desbandà
“Febrero 1937: Memoria de una huida”
El documental de 2009 plasma uno de los capítulos más terroríficos de la Guerra Civil: la huida de miles de malagueños a pie hacia Almería tras la toma de la ciudad por el ejército franquista.
61 minutos.
–https://www.youtube.com/watch?v=OD8FHTUjYqw
-Fosas y más fosas
La fosa 548 del viejo cementerio de Jaén destapa los restos de una decena de represaliados del franquismo.
Los trabajos que realizan arqueólogos de la Universidad de Jaén (UJA) han sacado a la luz restos humanos en el viejo cementerio de San Eufrasio de Jaén, desde cráneos, piezas óseas y hasta cadáveres sin desintegrar de una docena de personas en la fosa 548, una de las tres del camposanto donde los investigadores creen que están los restos de 1.286 represaliados del franquismo. Sus familiares llevan más de 80 años esperando la exhumación de los cuerpos.
-Un documental aviva el recuerdo del guerrillero Elio Ziglioli.
El cadáver fue localizado en una fosa común de Castellar del Vallès
“Un vaso de agua para Elio” es un documental sobre la vida y el trágico final del joven maquis italiano Elio Ziglioli, asesinado por la Guardia Civil en octubre de 1949 en Castellar del Vallès (Barcelona).
Elio Ziglioli
La primera referencia que relaciona a Elio Ziglioli con la guerrilla antifranquista es del 4 de junio de 1949, cuando fue detenido por la policía francesa en la base del Mas Tartàs, de Oceja (Alta Cerdanya), junto con un grupo de guerrilleros que incluía a Ramon Vila Caracremada y Manuel Sabaté. Fueron trasladados a la cárcel de Perpiñán y condenados a raíz del descubrimiento de un depósito de armas. Poco después, en septiembre de 1949, Elio Ziglioli cruzó la frontera con un grupo de guerrilleros entre los que estaban los ya mencionados Ramon Vila y Manuel Sabaté, además de Joan Busquets y los hermanos Saturnino y Gregorio Culebras, entre otros. El 24 de septiembre en la carretera de Rocafort a El Pont de Vilomara, el grupo intentó apoderarse del vehículo de un industrial manresano. Durante la acción, la sirvienta del industrial, que viajaba en el coche, recibió el impacto del fuego de las ametralladoras, y a raíz de la acción las autoridades franquistas extremaron el control en la zona.
El grupo se dividió y en los días siguientes Elio Ziglioli, Ramon Vila y Manuel Sabaté se dispusieron a volver a Francia. Ziglioli fue detenido por la Guardia Civil cuando compraba víveres en Matadepera. Llevaba documentación falsa, 335 pesetas, 285 francos, un kilo de butifarra, un kilo de tocino y cinco barras de pan. Fue torturado, y al día siguiente la Guardia Civil lo llevó, encerrado, al Mas del Castell, en los alrededores de Sant Llorenç del Munt, por si los masoveros lo identificaban o le habían ayudado. Debido a las torturas, iba sucio y orinado y tenía el cuerpo lleno de contusiones. Pidió un vaso de agua. La masovera lo tuvo que ayudar a beber, porque las manos le temblaban. Cuando se han marchado, ella sintió, lejos, el rasgo mortal que puso fin a la vida de Elio Ziglioli.
Ese mismo día Ramon Vila se pudo escapar de la Guardia Civil, pero Manuel Sabaté fue capturado y, más adelante, el 7 de diciembre de 1949, procesado en un juicio sumarísimo y condenado a muerte; fue fusilado el 24 de febrero de 1950 junto con otro miembro del grupo, Saturnino Culebras.
En: Memòria interdisciplinària de l’actuació al Cementiri de Castellar del Vallès.
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-Memoria histórica imprescindible.
Informativo antirrepresivo diario.