Memoria histórica imprescindible:
-Vicente Relaño, secretario del PCE de Guadalajara organizó en 1932 un viaje a la URSS para varios trabajadores. Para ello, pidió una ayuda a la Diputación Provincial y en su carta argumentó:
“De Rusia, pues, me atrae con singular magnetismo las posibilidades marxistas, el desarrollo de las fuerzas económicas en su aspecto psicológico, la lucha entre las culturas o sea la génesis de otra civilización que entraña profundamente el marxismo; la revolución en el alma de un pueblo que ha tenido siempre una destacada personalidad y que ahora está iniciando la humanidad del porvenir.”
Vicente Relaño fue asesinado por un grupo de falangistas en mayo de 1943.
Estos datos han sido extraídos del libro de «El movimiento obrero en Guadalajara (1854-1939)”, de Enrique Alejandre Torija.
-Sin noticias de Gurs: el campo de concentración francés por el que pasaron 24.000 republicanos.
Familiares de 435 navarros que estuvieron internos en el campo, de los que la mayoría no contó nada a sus seres queridos sobre su estancia, han inaugurado un monumento que les rinde homenaje.
Lucio Gabari todavía no había cumplido los 30 años cuando Francisco Franco dio el golpe de Estado el 18 de julio de 1936 con el que dio comienzo la Guerra Civil. Natural de la localidad navarra de Olite y militante republicano, huyó a Francia por miedo a las represalias y su familia le perdió la pista. No fue hasta muchos años después cuando, a raíz de unos documentos que llegaron a sus manos, descubrieron que en 1939 había estado internado en el campo de concentración de Gurs. Posteriormente, en 1944, según esta misma documentación, fue trasladado al campo de concentración Nazi de Buchenwald, de donde, a los pocos días fue enviado a Flossenbürg y finalmente a Johanngeorgenstadt. “No sabemos nada más de él, si murió ahí, si logró escapar…nada, en las fichas aparece como ‘desaparecido’”, cuenta su sobrina nieta Ainhoa. Ella, en representación de la familia, ha acudido este 19 de abril al homenaje que el Gobierno de Navarra ha celebrado en las instalaciones del campo de Gurs a los 435 navarros que estuvieron internos en él tras escapar de la guerra.
Como Lucio, más de 6.000 alaveses, vizcaínos, guipuzcoanos y navarros llegaron a este campo trasladados desde Argeles en marzo de 1939. Construido en apenas unos meses a los pies de la cara norte de los Pirineos, a unos 30 kilómetros de la muga con España, inicialmente sirvió como refugio de los republicanos que huían de la dictadura (llegaron a estar internos en él más de 24.000). Posteriormente, también llegaron miembros de las Brigadas Internacionales procedentes de diversos países que, dado el contexto político o económico, no podían regresar a sus lugares de origen, así como los conocidos como ‘los aviadores’, en puridad técnicos del ejército republicano. Se calcula que más de 18.000 personas estaban internadas en Gurs en la primavera del año 1939.
Pero a partir de la ocupación alemana de Francia en 1940, bajo el mando del régimen de Vichy, el campo dejó de ser un refugio para exiliados de la guerra y se convirtió en un campo de concentración orientado, sobre todo, a recluir en él a judíos de distintos puntos de Europa, pero también a los “indeseables”, es decir, disidentes políticos y otras minorías como la gitana u homosexuales, que compartieron recinto con algunos republicanos españoles que todavía seguían allí.
Clausurado en 1945, el Gobierno francés “nunca ha querido sacar del olvido lo que pasó en Gurs”, apunta Raymond Villalba, “un hijo del campo”, como él mismo se define, porque sus padres se conocieron estando allí refugiados. “Hay muchas manchas para Francia, como los seis convoyes de judíos que el régimen de Petain envió a los campos se exterminio”, añade. Lo que en la actualidad se puede visitar es una reconstrucción de las instalaciones de entonces, que fueron desmanteladas y sobre las que se plantaron cientos de árboles…
-Las otras ‘fundaciones Francisco Franco’ y las cuentas pendientes del PSOE con la memoria
Moncloa se ha comprometido a ilegalizar la organización por hacer apología de la dictadura, pero los grupos de activistas temen que la promesa caiga en saco roto. «No han hecho nada más que llenarse la boca de declaraciones políticas que son inefectivas», lamentan.
Además, nada de tocar a los grupos de ideología nazi.
La Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF) es la cabeza visible, pero también campean la Fundación Pro Infancia Gonzalo Queipo de Llano, la Fundación Serrano Súñer, la Fundación José Antonio Primo de Rivera, la Fundación Yagüe, la Fundación Ramiro Ledesma Ramos y la Fundación Blas Piñar pese a vanagloriar a golpistas y líderes de la dictadura cada vez que hablan..
–https://www.publico.es/politica/fundaciones-francisco-franco-cuentas-pendientes-psoe-memoria.html
-Cómo el hallazgo del archivo del jefe de la Falange en un vertedero de un pueblo de Sevilla acabó convertido en una novela.
María del Carmen Ayala parte del fusilamiento de un vecino de 27 años para publicar ‘Un rumor de palabras’, una obra basada en hechos reales ambientada en la Sevilla rural durante la Guerra Civil.
María del Carmen Ayala (Los Palacios, Sevilla, 1957) pasó su infancia oyendo hablar de Enrique Gómez Lázaro, el vecino de su pueblo fusilado por los falangistas cuando contaba solo 27 años de edad. Nada extraño, ya que aquella víctima de la sinrazón que sacudió España en 1936 era el novio de su tía Ana María, de modo que la historia quedó grabada a fuego en la memoria familiar. Lo que no podía sospechar entonces es que nueve décadas más tarde acabaría escribiendo una novela sobre estos hechos, Un rumor de palabras (Dyckinson).
-Antonio Machado. Los señoritos y el pueblo.
En efecto, soy viejo y enfermo, aunque usted por su mucha bondad no quiera creerlo: viejo, porque paso de los sesenta, que son muchos años para un español; enfermo, porque las vísceras más importantes de mi organismo se han puesto de acuerdo para no cumplir exactamente su función. Pienso, sin embargo, que hay algo en mí todavía poco solidario de mi ruina fisiológica, y que parece implicar salud y juventud de espíritu, si no es ello también otro signo de senilidad, de regreso a la feliz creencia en la dualidad de sustancias.
De todos modos, mi querido Vigodsky, me tiene usted del lado de la España joven y sana, de todo corazón al lado del pueblo, de todo corazón también enfrente de esas fuerzas negras –¡y tan negras!– a que usted alude en su carta.
En España lo mejor es el pueblo. Por eso la heroica y abnegada defensa de Madrid, que ha asombrado al mundo, a mí me conmueve, pero no me sorprende. Siempre ha sido lo mismo. En los trances duros, los señoritos –nuestros barinas– invocan la patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre y la salva. En España, no hay modo de ser persona bien nacida sin amar al pueblo. La demofilia es entre nosotros un deber elementalísimo de gratitud.
Antonio Machado
(Sevilla, España, 26 de julio de 1875 – Colliure, Francia, 22 de febrero de 1939)
(Son los meses álgidos de la Guerra Civil en España. Antonio Machado tiene 62 años y está enfermo, y así lo dice en una carta al escritor ruso David Vigodsky -publicada en Hora de España, n.º IV, abril 1937-, de la que son estos párrafos).