Terrorismo de Estado:
-Otra policía infiltrada en movimientos sociales.
Comunicado de Distrito104 y MAR Madrid:
ANTE LA NUEVA INFILTRACIÓN POLICIAL, NOS SEGUIMOS ORGANIZANDO
Hoy se ha destapado un nuevo caso de infiltración policial en los colectivos políticos populares y antifascistas de Madrid. María, según se hacía llamar, ha resultado ser Lucía Rodríguez de Ves, agente de la Policía Nacional. Se infiltró en 2020 en el colectivo juvenil antifascista Distrito104, del barrio de Aluche, y desde 2022 en el Movimiento Antirrepresivo de Madrid, saliendo de ambos a principios de otoño de 2023.
Estas prácticas de control y acoso a quienes nos organizamos políticamente, al margen de las instituciones, para luchar por los derechos y libertades que este Régimen de miseria nos niega, no son nuevas ni una excepción, si no el modus operandi del Estado con las organizaciones de la clase obrera, antifascistas y verdaderamente democráticas. No hace sino manifestar claramente el Estado fascista que padecemos, que hace lo que sea para asediar y espiar a quienes le plantamos cara de manera firme. De hecho, esta es la segunda infiltración que desde el Movimiento Antirrepresivo de Madrid hemos tenido que denunciar, tras la de Sergio Gigirrey hace años, destapada el pasado septiembre.
Sin embargo, algo que queremos resaltar en esta ocasión, es el efectivo trabajo realizado por ambos colectivos: sin caer en la paranoia que pretenden extender, con una vigilancia militante y una actuación de cerco se ha logrado minimizar daños, aislar y acorralar a la esbirra hasta que salió huyendo. Ahora, además, hemos logrado encontrar su auténtica identidad, que hacemos pública para prevenir al resto de colectivos y organizaciones sobre dicha espía. Es importante remarcar que esto no hubiera sido posible sin la colaboración y el apoyo mutuo entre ambos colectivos. Solo de esta manera, con una colaboración honesta y real, dejando de lado las diferencias para enfrentarnos al enemigo común es como podemos plantarles cara. La separación en esta lucha solo conlleva hacerle el juego a la policía que nos reprime. Se demuestra, de nuevo, que ante la represión nuestra mejor arma es la auténtica solidaridad.
No nos cabe la menor duda de que no será ni mucho menos el último caso. Los ataques represivos del Estado, todos, deben reafirmamos en nuestra lucha: los porrazos, las detenciones, los juicios políticos… también las infiltraciones policiales. No hacen más que dejar patente el miedo que le tienen a la organización política libre e independiente del pueblo trabajador. Por eso nos arrebatan este derecho, porque saben que uniéndonos al margen de sus instituciones podemos hacerles mucho daño. Nos dejan claro que ante sus ataques no nos queda más remedio que seguir resistiendo y combatiendo con todas nuestras fuerzas. Si tanto nos temen, es por algo.
Desde Distrito104 y el Movimiento Antirrepresivo de Madrid animamos a seguir fortaleciendo la unidad, la lucha, la solidaridad y la organización popular y antifascista. A seguir profundizando en la colaboración y solidaridad para minimizar los embates del Estado y, sobre todo, a seguir plantando cara.
1 de mayo de 2024.
*La Policía espió a dos colectivos sociales madrileños durante tres años con una agente infiltrada
La infiltración en Distrito 104 y el Movimiento Antirrepresivo se produjo entre noviembre de 2020 y otoño de 2023, momento en el que la agente alegó motivos laborales para abandonar la militancia como infiltrada.
María Peres llegó a Madrid desde Alicante al final del verano de 2020, oficialmente para estudiar una carrera por la UNED y trabajar como cuidadora de una anciana. Pronto se introdujo en dos movimientos sociales de la capital, en los que se ofrecía a acudir a todo tipo de actos y acciones de protesta. Durante casi tres años, esta joven se paseó por numerosos centros sociales y sedes políticas de la ciudad.
Quienes la conocieron describen a María como una persona hermética pero siempre dispuesta a participar en cualquier evento. Los que trataron con ella sienten rabia e impotencia tras conocer que nada de lo que decía era verdad: María Peres, en realidad, es L. R. de V., una agente del Cuerpo Nacional de Policía que estuvo infiltrada entre mayo de 2020 y otoño de 2023 en el Movimiento Antirrepresivo de Madrid (MAR Madrid) y Distrito 104, un colectivo del barrio de Aluche. Ahora saben que durante un trienio alguien se hizo pasar por activista para acceder a los debates e iniciativas de organizaciones perfectamente legales.
El MAR Madrid es un grupo que lucha por la amnistía total para los que considera presos políticos. El Movimiento Antirrepresivo convocó movilizaciones en protesta por la entrada de Pablo Hasél en prisión, hace ya tres años, y la concentración anti-OTAN de junio de 2022, además de ser muy críticos con Pablo Iglesias y Yolanda Díaz. Por su parte, Distrito 104 se autodefine como una asamblea de barrio antifascista, anticapitalista y feminista. Compuesto en su mayoría por activistas jóvenes, realizan acciones de agitación, como pintadas y otras actividades ligadas a la formación política de la ciudadanía.
Ni el Ministerio del Interior ni la Policía Nacional han respondido a las preguntas de elDiario.es sobre qué buscaba la infiltración de la agente en este tipo de movimientos ni cómo se eligen los colectivos a espiar.
“La primera noticia que tenemos de ella es su participación en un conocido gimnasio antifascista, en torno a noviembre de 2020”, relatan desde el MAR Madrid. Por aquellas fechas, María Peres también comenzó a introducirse en Distrito 104. “Lo hizo en un grupo abierto en Telegram creado por el colectivo para difundir las convocatorias. Hicimos una quedada para acudir a la manifestación antifascista del 20 de noviembre y ella vino. Se presentó como María”, cuentan desde este grupo anticapitalista.
María Peres comienza su infiltración
E. C. es una militante de Distrito 104 que comenzó a participar en esas mismas fechas: “Desde el principio estuvimos bastante unidas porque en la quedada éramos las únicas chicas, así que fuimos juntas toda la manifestación. Nos dimos los teléfonos y, a partir de entonces, casi nos consideraban un pack. Yo la llevaba en coche, porque me lo pedía mucho también, y llegué a estar en su casa un día, en la calle Manuel García, en Colonia Jardín”.
A tenor de lo expresado por esta joven de 25 años, una de las cosas que más llamaba la atención de María Peres era su constante disponibilidad para acudir a cualquier tipo de convocatoria. “A mí me daba vergüenza ir sola, pero ella desde el principio se proponía para todo. Llegó a ir semanalmente a la Coordinadora Antifascista [un espacio en el que se organizan diferentes colectivos de la región] y al MAR Madrid. Me llamaba mucho la atención porque decía ser una persona que no había militado antes, pero desde el principio no tuvo problema en ir a todos los actos y acciones”, reitera.
Los dos colectivos sociales coinciden en recalcar que María Peres sobresalía por su nula formación política. Más allá de responder “sí”, “está bien” o “de acuerdo” a lo que se iba proponiendo, esta policía infiltrada desconocía qué significaba 1312, es decir, ACAB por el orden de las letras en el abecedario, lo que a su vez significa “all cops are bastard”, todos los policías son bastardos, en castellano. “Había cosas muy incomprensibles. Nos resultó muy extraño que tampoco supiera quiénes eran Los Chikos del Maíz”, agregan desde el MAR Madrid. A Distrito 104 le extrañó que María Peres no supiera que “cerdos” es la palabra elegida en grupos antifascistas para denominar a los neonazis.
De Distrito 104 al MAR Madrid
Debido a su militancia en Distrito 104 y su presencia continua en los actos abiertos que organizaba el MAR Madrid desde principios de 2021, en septiembre de 2022 comenzó su integración militante a nivel individual en este último colectivo.
“Ella ha llegado a estar en diversos espacios sociales de la capital, como la Atalaya de Vallecas, la EKO de Carabanchel, la Traba y la Ferroviaria, y también La Ingobernable en Madrid, La Casika de Móstoles y hasta algunas sedes del Partido Comunista”, comentan desde Distrito 104. Además, María Peres participó en diferentes acciones de los colectivos, tales como pintar en las paredes, colgar pancartas, teñir una fuente de rojo y llegó a ser parte activa en los disturbios que enfrentaron a Policía y manifestantes durante las protestas por el encarcelamiento de Pablo Hasél. En aquel momento, nadie pensaba que podía ser una agente infiltrada.
En el tiempo que duró la infiltración ni el MAR Madrid ni Distrito 104 tenían activistas investigados o acusados de algún delito entre sus filas. Tampoco después han sufrido ninguna detención en estos últimos años, ni siquiera después de que la agente infiltrada abandonara los colectivos.
Comienzan las sospechas
La aparición de otros agentes infiltrados en movimientos sociales de Madrid y Catalunya, uno de ellos en el propio MAR Madrid, puso en alerta a estos dos grupos de la capital. Las sospechas fueron a más en cuanto los dos colectivos comenzaron a poner datos en común. “En el gimnasio al que fue a aprender defensa personal, nos dijeron que esa chica sabía pegar ya, que no era normal la calidad de sus movimientos”, dicen los dos colectivos rememorando lo que conocieron después de que la agente abandonara los espacios.
“Siempre se iba pronto de las asambleas por cualquier excusa, como que tenía que estudiar catalán, así que empezamos a dejar lo importante para los últimos puntos del día”, explican desde el MAR Madrid sobre cómo empezaron a establecer precauciones cuando arreciaron las primeras sospechas. Con el ambiente algo enrarecido, pero con una María Peres que no dejaba de ofrecerse a participar en cualquier convocatoria, esta policía abandonó el MAR Madrid en septiembre de 2023. “Nos puso la excusa de que a la señora que cuidaba la habían ingresado en el hospital, y que ella se volvía a Orihuela en dos días”, explican desde el colectivo.
No fue así. Pocas semanas después, María Peres coincidió por casualidad con un compañero de militancia en Madrid. Tres días más tarde de este encuentro fortuito, también abandonó Distrito 104. “Fue un poco increíble —agregan desde el MAR Madrid— porque cuando se despidió de nosotros nos dijo que tenía la sensación de que pensábamos que era una policía, y que nos dejaba mirar su móvil. Le dijimos que no hacía falta. Preferimos dejarlo pasar, aunque ya teníamos muchas sospechas”.
No fue hasta marzo de este año cuando el MAR Madrid y Distrito 104 acabaron de atar cabos sobre María Peres: su nombre completo falso con el que militaba era María Lucía Rodríguez Peres, algo que descubrieron gracias a un Bizum que ella realizó para pagar unos gastos. Una vez comprobado su perfil falso en X, creado en el mismo septiembre de 2020 y todavía abierto con el nick de @MPERES53348645, aparecen seis seguidores y 46 cuentas que ella sigue. En el caso de su perfil también falso de Instagram, @Marialperes9, que ya ha sido borrado, siempre aparecía con la cara tapada por la mascarilla o de espaldas.
A mediados de ese mes, la sombra de la sospecha se oscureció totalmente sobre María Lucía Rodríguez Peres. A todo ello se sumó que su teléfono móvil ya no establecía la llamada si le contactaban desde los números de sus antiguos compañeros de militancia, pero sí respondía a otros números un hombre y en árabe, según comentan desde Distrito 104 y el MAR Madrid. A día de hoy, el número no existe, según la operadora.
Graduada como Policía en 2020
Las averiguaciones de estos dos colectivos llegaron a rastrear el Boletín Oficial del Estado (BOE). En él, aparecen los listados de cientos de agentes de Policía Nacional que, o bien acceden a la Escuela policial, o bien se gradúan. L. R. de V., un nombre que coincide en algunos términos con el falso y con una sonoridad similar, se incorporó a la Escuela Nacional de Policía, el centro de formación que tiene la Dirección General de la Policía en Ávila. Casi dos años después, antes del verano de 2020, el BOE publicó su graduación como policía nacional e ingreso en el Cuerpo, además de su DNI completo, que no coincide con el que después se daría a conocer en los movimientos sociales. Forma parte de la 34ª promoción.
Para certificar que la agente que aparece en el BOE es la activista que se introdujo en Distrito 104 y el MAR Madrid durante tres años bajo el nombre completo de María Lucía Rodríguez Peres, todavía quedaba cruzar alguna imagen que, finalmente, demostrara las sospechas. Al buscar sus verdaderos apellidos en Facebook, pudieron llegar a perfiles de sus familiares que sí publicaron fotos de ella.
Además, páginas en Facebook de una academia que forma a agentes de policía y guardias civiles también contenían fotografías en las que se podía apreciar su rostro.
A lo largo de esta investigación, los intentos por recabar la versión de esta agente de la Policía Nacional han sido en vano. No ha contestado a ninguna de las preguntas.
Desde el Ministerio del Interior tampoco han explicado qué objetivo pretende con la infiltración de policías en colectivos sociales perfectamente legales y si esta va a continuar, después de que se hayan destapado media docena de casos. Su respuesta tipo es que “las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado garantizan la seguridad y el libre ejercicio de los derechos y libertades de la ciudadanía, en el marco del artículo 104 de la Constitución Española, como corresponde a su función en un Estado de Derecho, y en esos términos actúan, con estricto sometimiento al ordenamiento jurídico”. Por su parte, el Cuerpo Nacional de Policía, ante las preguntas realizadas por elDiario.es, ha respondido que no pueden “facilitar información al respecto”.
Una policía infiltrada más
No es la primera vez que topos de este estilo son descubiertos por la prensa y los movimientos sociales. Desde hace casi dos años, seis de ellos han salido a la luz gracias a las informaciones de La Directa y El Salto. Los nombres con los que se dieron a conocer son Marc, Dani, Ramón, Mavi, María y Sergio. Como en este caso, todos ellos habían estudiado en la academia de Policía de Ávila y habían sido introducidos en los movimientos justo después de su jura como agentes de escala básica.
*La policía infiltrada en los colectivos sociales lanzó piedras contra los antidisturbios: “A ver si se lía”.
La agente utilizó la identidad falsa de María Peres para colarse en los grupos de acción de Distrito 104 y el MAR Madrid, dos entidades antifascistas de la capital en las que ningún miembro está investigado.
Durante los tres años participó en decenas de asambleas, actos y acciones, pero María Peres no solo recabó información sobre estas organizaciones, sino que repitió en diferentes reuniones que ella no tenía ningún miedo al enfrentamiento físico con la Policía, según varios testigos consultados. De hecho, compañeros de militancia afirman que llegó a lanzar piedras contra los antidisturbios en una de las movilizaciones en solidaridad con Pablo Hasél.
Y las pruebas de la provocación de la policía para liarla…