Estados Unidos: Así expolia y masacra
Agenda
Rusia – 1918
La Cruzada Antisoviética del Imperialismo Internacional
-II de III-
… Viene del domingo 12 de mayo.
… /… Por su parte, la infantería de la marina japonesa, en abril de 1918, comenzó la ocupación del Extremo Oriente ruso, invadiendo Vladivostok.
Al tiempo, en la retaguardia soviética, agentes imperialistas, que con frecuencia eran los representantes diplomáticos oficiales, organizaban, junto a los contrarrevolucionarios, numerosos complots, rebeliones, sabotajes y asesinatos por todo el país. En todos los territorios ocupados se llevaron a cabo asesinatos y encarcelamientos de comunistas, miembros de los Soviets, obreros y campesinos pobres. Durante el motín de Yaroslavl, millares de personas leales al Poder soviético fueron martirizadas y asesinadas por los guardias blancos. De julio a septiembre de 1918, en veintidós de las provincias en que se sublevaron los kulaks, fueron exterminados unos 15.000 obreros y campesinos pobres. Con apoyo financiero y organizativo de la Entente, se crearon organizaciones armadas contrarrevolucionarias que conspiraban para derrocar al Gobierno soviético. Destacados dirigentes cayeron víctimas del terror blanco. El propio Lenin resultó gravemente herido en un atentado contra su vida el 30 de agosto de 1918.
De agosto de 1918 a agosto de 1919, en la región del Norte ocupada por ingleses y norteamericanos, permaneció en las cárceles y los campos de concentración el 17% de la población. En ese mismo tiempo, solo en la cárcel de Arjánguelsk, estuvieron 38.000 personas, siendo fusiladas 8.000 y muriendo otras 1.020. Son conocidos numerosos casos de incendios y bombardeos de aldeas enteras y el exterminio en masa de sus habitantes cometidos por las tropas japonesas y norteamericanas en Siberia y el Extremo Oriente. Un general norteamericano reconoció más tarde: “Las atrocidades fueron de tal naturaleza que indudablemente serán rememoradas y relatadas por el pueblo ruso incluso cincuenta años luego de cometidas”.
En el verano de 1918, los invasores extranjeros, junto a los contrarrevolucionarios, ocuparon grandes áreas en la región del Volga, los Urales, del Transcaspio, Siberia y el Extremo Oriente. El complot imperialista se desarrollaba en gran escala por los dos bloques imperialistas que, pese a estar en guerra entre ellos, de hecho actuaban unidos contra la Rusia Soviética. El imperialismo mundial llevaba a cabo una guerra de agresión no declarada que alcanzaba proporciones nunca vistas.
El saqueo y la codicia de los territorios ocupados por los invasores no tuvieron límites. En París, Londres, Nueva York y Tokio rápidamente se crearon todo tipo de compañías para explotar las tierras rusas, ucranianas, del Cáucaso y del Asia Central. De los puertos rusos partían continuamente barcos cargados de madera, mena, pieles, lino y cereales para las metrópolis.
La Rusia Soviética quedó privada de sus fuentes básicas de abastecimiento, de materias primas y de combustibles. Durante este periodo la vida fue terriblemente dura. El hambre atenazaba a la población. Había días en que no se repartía ni un pedazo de pan. Las fábricas estaban paradas o trabajaban muy poco a falta de materias primas y combustible. Pero ni la clase obrera ni el Partido bolchevique se amilanaron. El Gobierno Soviético declaró que «la patria socialista estaba en peligro» y llamó al pueblo a su defensa. Lenin lanzó la consigna de «¡Todo para el frente!», y cientos de miles de obreros y campesinos se enrolaron como voluntarios en el Ejército Rojo. El Partido puso al pueblo en pie para la guerra de salvación de la Patria contra la invasión extranjera y contra la sublevación de las clases explotadoras derrocadas por la revolución. Los comisarios comunistas que actuaron durante este periodo en el Ejército Rojo, desempeñaron un papel decisivo en la educación política de los combatientes y en el reforzamiento de su capacidad combativa y su disciplina.
Preparándose para una larga guerra, toda la retaguardia se puso al servicio del frente. … /…
… Continúa el domingo 26 de mayo.