Muro de solidaridad y denuncias:
Pablo González libertad:
-Los periodistas europeos aprueban por unanimidad la moción de la FAPE para la liberación de Pablo González y por un juicio con garantías.
La EFJ ha anunciado acciones frente a la prisión de Radom, donde González está recluido, con el apoyo logístico y la solidaridad de las organizaciones polacas de periodistas SDP y SD.
La Federación Europea de Periodistas (EFJ) ha aprobado por unanimidad una moción presentada por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) para exigir la liberación y juicio con garantías del periodista hispano-ruso Pablo González, detenido en Polonia desde febrero de 2022. La propuesta recibió apoyo de las 48 asociaciones profesionales y sindicatos de 37 países europeos presentes en la asamblea anual celebrada en Prishtina, Kosovo.
INJUSTICIA Y OPACIDAD
González, arrestado mientras cubría la crisis de refugiados ucranianos en la frontera polaco-ucraniana, ha estado en prisión preventiva durante más de dos años sin que se hayan presentado pruebas concretas de las acusaciones de espionaje en su contra. La falta de un juicio justo y la continua extensión de su detención preventiva reflejan una grave violación de los derechos humanos y de la libertad de prensa. Según la Federación Internacional de Periodistas (IFJ) y la EFJ, esta situación es inaceptable en un estado miembro de la Unión Europea, y se exige que las autoridades polacas liberen a González o le proporcionen un juicio con todas las garantías legales.
APOYO INTERNACIONAL Y SOLIDARIDAD
El caso de González ha suscitado críticas no solo en España, sino en toda Europa. Organizaciones de derechos humanos, familiares y colegas han denunciado repetidamente las condiciones inhumanas de su detención, incluyendo el aislamiento extremo al que está sometido, pasando 23 horas al día en una celda sin contacto regular con su familia o abogados. La detención prolongada y la falta de transparencia en el proceso judicial han sido calificadas por su familia y organizaciones de prensa como una forma de tortura psicológica y una violación de los derechos fundamentales.
El presidente de la FAPE, Miguel Ángel Noceda, afirmó que esta situación es intolerable y exigió a las autoridades polacas una resolución inmediata con garantías legales completas. Las asociaciones de periodistas también han solicitado la intervención del gobierno español y de la Unión Europea para garantizar un juicio justo y la liberación de González. El secretario general de la FeSP, destacó que cada día que González permanece en prisión es un ataque a la libertad de información, el derecho internacional y los derechos humanos.
PERSPECTIVAS Y ACCIONES FUTURAS
A pesar del apoyo internacional y las demandas de diversas organizaciones, las autoridades polacas han mostrado poca disposición a modificar su postura. El reciente cambio de gobierno en Polonia, que ha prometido restaurar el estado de derecho, brinda una pequeña esperanza de que el caso de González sea revisado adecuadamente. La IFJ y la EFJ han instado al nuevo gobierno a cumplir con las normas internacionales de derechos humanos y garantizar que González tenga un juicio justo.
Además de las presiones diplomáticas, se han planificado nuevas iniciativas de protesta en España y Polonia. La EFJ ha anunciado acciones frente a la prisión de Radom, donde González está recluido, con el apoyo logístico y la solidaridad de las organizaciones polacas de periodistas SDP y SD. La comunidad periodística internacional sigue comprometida en la lucha por la liberación de González y la defensa de los derechos fundamentales de todos los periodistas.
En resumen, el caso de Pablo González no solo es un ejemplo alarmante de la opresión contra la libertad de prensa en la Unión Europea, sino también una llamada a la acción para que las instituciones europeas y los gobiernos nacionales defiendan los derechos humanos y garanticen un juicio justo para todos los ciudadanos. La presión internacional y la solidaridad entre periodistas son esenciales para lograr justicia en este caso y proteger la libertad de expresión en todo el continente.
Elecciones farsa y blanqueo:
-86 candidatos europeos a las elecciones del 9J con opción a escaño tienen delitos o escándalos en su historial.
Los partidos de extrema derecha son los que cuentan con más candidatos en sus listas que han protagonizado casos de conducta indebida. Hay incluso políticos de ideología nazi y condenados por discurso de odio.
¿Y España?
-Escándalos y condenas de los candidatos españoles al Parlamento Europeo: una lista encabezada por Alvise y Tertsch.
Hasta 11 candidatos españoles con opción a escaño en las próximas elecciones europeas han sido condenados en los tribunales o han protagonizado algún escándalo o conducta indebida.
Los ultra fascistas Alvise Pérez y Hermann Tertsch son los que cuentan con más casos en su historial.
Cuatro de estos candidatos integran la lista del Partido Popular, dos la de Vox, otros dos la de Podemos, uno la de Ahora Repúblicas, otro la de Junts, estos últimos por cuestiones políticas, y un último la de la agrupación de electores ‘Se acabó la fiesta’, impulsada por Luis Pérez Fernández; más conocido como Alvise. Este último candidato es, de todos los analizados, el que más escándalos ha tenido en su historial.
Impunidad de visa oro:
-Ana Pastor, el adiós de la marianista que maniobró para ocultar la responsabilidad del Gobierno en el accidente de Angrois.
Escudera de Rajoy, la ex ministra y ex presidenta del Congreso, una de las ejecutoras de la caída de Casado, deja el acta de diputada después de dos años sin un papel claro en el PP de Feijóo.
A principios de la década de los 2000, Ana Pastor –entonces ministra de Sanidad– visitaba las obras del puerto exterior de A Coruña con sus compañeros del grupo municipal del PP, cuando un periodista le preguntó “en calidad de qué” acudía a comprobar el desarrollo de aquellos trabajos, aparentemente tan apartados de su área de responsabilidad. Pastor, fuera de juego, apenas pudo balbucear una respuesta. Poco después, el director del medio en el que trabajaba aquel periodista recibía una llamada y de pregunta y respuesta nunca más se supo. No fue una amenaza –ni tampoco un “anuncio”, por utilizar la terminología de MAR–, sino una petición personal. Pastor conseguía más con el guante de seda que con el puño de hierro.
Vista hoy, la carrera posterior de la recién dimitida parecía emprender una enmienda a la totalidad a aquella pregunta. Pastor, médica de formación, sólo fue ministra de Sanidad dos años, los últimos del gobierno Aznar. Sin embargo, la vuelta al poder del PP, con su amigo Mariano Rajoy en Moncloa, le devolvería una cartera: la de Fomento, sustituyendo a otro diputado por Galicia, el socialista José Blanco. Ya podía opinar sobre puertos, aeropuertos… y alta velocidad. Aunque, a veces, le costaría hacerlo. Durante su mandato se produjo el accidente de Angrois, con 80 fallecidos y 144 heridos, el segundo más grave de la historia del ferrocarril en España.
El papel de Pastor es todavía hoy muy criticado por las asociaciones de víctimas. “Ana Pastor ha sido la persona que más ha trabajado desde las instituciones públicas para tratar de ocultar las verdaderas causas de la tragedia”. Entre sus movimientos, destacan el intento de evitar que la Comisión Europea divulgase el informe en el que cuestionaba la investigación del Gobierno. A un mes de las elecciones generales de 2016, escribió una carta personal a la comisaria de Transporte en la que la “alertaba” de la gravedad que supondría hacerlo público.
Para las víctimas, lo que buscaba era evitar que se supiese que, siendo ministra, se desconectó el sistema de seguridad ERTMS para evitar retrasos sin realizar el análisis de riesgos. Ese sistema, según los expertos, habría evitado el fatal descarrilamiento.
Pastor vivió la segunda legislatura de Rajoy como tercera autoridad del Estado. Durante ese tiempo, desde la Presidencia del Congreso, no dudó en poner los intereses de su partido por delante de su papel institucional. En Galicia recuerdan cómo vetó una y otra vez el debate sobre la transferencia de la autopista AP-9, de la que hoy el PP hace causa. Pero no quedó ahí. Sus maniobras parlamentarias y su manejo de los tiempos buscó siempre sacar rédito para los suyos. Un cálculo que le falló tras la presentación de la segunda y definitiva moción de censura contra Mariano Rajoy. Convocó la sesión sólo para seis días después, pensando que con ese escaso margen, PSOE y Unidas Podemos no tendrían tiempo de convencer a los nacionalistas. Pero sucedió justo lo contrario.
Tras la marcha de Mariano Rajoy, Pastor, y pese a asegurar que se lo habían pedido “muchos militantes”, no presentó candidatura a presidir el PP. Se refugió en su responsabilidad como presidenta del Congreso, desde donde seguía maniobrando en beneficio de los suyos, a través de la mesa de la Cámara, contra el primer Gobierno Sánchez. Entonces evitó elegir entre Casado y Sáenz de Santamaría mientras admitía que la negativa final de Feijóo a presentarse le había provocado “un disgusto gordo”.
Ese papel neutral, casi borbónico, que le gustaba representar, se repitió en el congreso del PP de 2018, donde ejerció como presidenta de la mesa electoral. Tras la derrota de su “amiga” Soraya, heredera oficiosa del marianismo, no dudó ni tardó en alinearse con Pablo Casado. Fue su número 2 por Madrid en las elecciones generales de 2019, en un guiño al sector fiel a Rajoy, pero también una de las dirigentes de su núcleo que más claramente le enseñaron la puerta tras su denuncia sobre las comisiones que cobró durante la pandemia el hermano de Isabel Díaz Ayuso…