Memoria histórica imprescindible:
-Las Fosas de los Ferroviarios en Paternáin, un nuevo lugar de memoria en Navarra.
Gregorio Albo Urcelay, ferroviario de profesión en Pamplona, nació en un pueblo de Burgos y residió en el barrio pamplonés de la Rochapea. Fue detenido en la puerta de su casa a finales de agosto de 1936. Dejó a su mujer Pilar Tracasa y a sus dos hijos, sin tener noticias suyas. Por esas fechas, además de Gregorio, fueron detenidos varios ferroviarios más. El 26 de julio de 2022, un vecino de la localidad de Paternáin facilitó información al Instituto Navarro de la Memoria, lo que les permitió exhumar diez cuerpos encontrados en tres fosas comunes.
El vecino de Paternain aseguraba entonces que recordaba cómo su madre le contó que “allí, en el campo, mataron a un grupo de 10 o 12 personas. Los enterraron ahí mismo y durante muchos años se veía la zona hundida. Luego, cuando se empezó a trabajar con máquinas, se igualó”. El primer cuerpo que se identificó fue el de Gregorio Albo.
El pasado 2 de junio, se inauguró el Memorial Fosas de los Ferroviarios en ese mismo sitio, en la fosa donde se encontró a Gregorio y 9 cuerpo más. 6 han sido ya identificados, todos ferroviarios, Julio Butrón García, Antolín Eguíluz Moraza, Julio Peña Díez, Juan Bautista Sansano Labernia, Manuel Serón Marco y Francisco Velaza Fernández. 3 cuerpos que los acompañaban en la fosa, todavía no tienen nombre…
-La nieta de Dióscoro Galindo pide personarse en la investigación para que se busquen los restos de García Lorca y de su abuelo.
La familiar del maestro republicano asesinado junto al poeta ya ha intentado sin éxito la búsqueda y exhumación de ambos.
La nieta de Dióscoro Galindo, el maestro republicano asesinado y enterrado junto a Federico García Lorca y a dos banderilleros anarquistas, persiste en la búsqueda de los restos de su abuelo y, también, del poeta. Nieves García Catalán acaba de solicitar ser parte de la investigación abierta recientemente a instancias de la Fiscalía de la Audiencia de Granada en la que se intenta dilucidar si los cadáveres encontrados en las 17 fosas comunes del barranco de Víznar (Granada) fueron asesinados en un acto que pueda considerarse crimen de lesa humanidad. En el mismo escrito en el que pide ser parte del proceso, la nieta solicita que se prosiga con la recuperación de los restos mortales de su abuelo, “previsiblemente inhumados en el parque Federico García Lorca” de Alfacar ―a pocos kilómetros del barranco―, “así como la exhumación de Federico García Lorca, con entrega de restos humanos”.
El 12 de abril, la fiscal Cristina Escobar Jiménez, de la Audiencia Provincial de Granada, ordenaba el inicio de diligencias de investigación preprocesal, bajo la premisa inicial de que los hechos que acabaron con la vida de 49 personas ―una cifra que aún es provisional ya que, tras cuatro campañas, los arqueólogos han exhumado del barranco 132 personas, entre ellas un niño de entre 11 y 14 años con un disparo en la cabeza―, pudieran ser constitutivos de un delito de lesa humanidad. La Fiscalía de Granada cuenta ya con 80 informes forenses suministrados por el equipo de arqueólogos y antropólogos forenses que, dirigidos por el profesor de la Universidad de Granada Francisco Carrión, investiga y exhuma los cadáveres fusilados en el barranco en 1936. Esos informes son claves para la Fiscalía porque determinan datos relevantes de los cadáveres y, especialmente, el modo en el que los mataron y cómo fueron enterrados.
-Documental ‘La luz de nuestra memoria’
‘La luz de nuestra memoria’: la voz de las mujeres que sustentaron a las familias de represaliados.
Este documental cuenta a través de testimonios cómo esas mujeres ayudaron a conservar la memoria histórica y conocer las vidas de sus padres, hermanos, abuelos y bisabuelos deportados a campos de concentración.
Tiene como hilo conductor las vicisitudes de la esposa de un deportado cordobés que huyó a Francia con su hijo para reunirse con su marido, persigue darle «perspectiva de género a la represión franquista en España».
El trabajo cuenta con testimonios de familiares de segunda generación de deportados de los municipios cordobeses de Torrecampo, Posadas y Peñarroya-Pueblonuevo.
Así lo explica su codirectora, la periodista Luisa Navarro, quien considera que la iniciativa «es vital» porque «sabemos la historia de ellos, pero no sabíamos la historia de ellas» y, además, «creo que siempre hay algo que se quiebra o que se rompe cuando uno toma conciencia, aunque ya se haya acercado a la memoria histórica desde otra perspectiva».
«Siempre se habla de la memoria histórica y siempre se enfoca hacia los represaliados, y, cuando hablamos de represaliados, vemos que falta esa perspectiva de género, porque represaliados son represaliados y represaliadas», subraya una de las responsables del proyecto, promovido por la Asociación Triángulo Azul Stolpersteine de Córdoba y Jaén, y financiado por la desaparecida Delegación de Memoria Democrática de la Diputación de Córdoba.
La narración se basa en testimonios de familiares y la ficción de Terencia Delgado Alarcón, que encarna la actriz Teresa Doctor Bracho, esposa de Rufo López Romero, que tras huir de Torrecampo nunca volvió a España.
Terencia logró pasar Los Pirineos al segundo intento y se reunió con Rufo en Francia, donde se asentó en Burdeos. Habían contraído matrimonio en Torrecampo en 1937.
Ana Isabel Crespo López aporta su visión en el documental. Es sobrina nieta de Terencia y Rufo y confiesa sentirse «un poco en carne viva con este tema», no solo por lo que pasaron ellos, sino por lo que sucedió con la familia que quedó en España, algo que sigue descubriendo con el paso del tiempo. «Jamás me imaginé que mi madre pudiera guardarme secretos de familiares», reconoce.
De ahí que hable de «ese concepto teórico de los silencios impuestos, de los silencios forzados. Esta cosa, de repente, lo veo hecho realidad porque es alguien tan cercano como es mi madre». Con el paso del tiempo, ha llegado a saber que su bisabuela, abuela de su madre, ya fallecida, pasó un año en la cárcel de Córdoba, otra parte más del silencio que, a su juicio, padeció toda la sociedad, «porque a todos nos pilló, a todos nuestros abuelos, bisabuelos les pilló y necesariamente tuvieron que sobrevivir».
María ‘la portuguesa’ como la conocían en Peñarroya-Pueblonuevo, era hermana de Rafael Juan Montero. Supo de su asesinato el 10 de enero de 1942 en el subcampo de exterminio alemán de Gusen, perteneciente a Mauthausen, por una carta de un compañero de deportación, al que en su familia le quedó el sobrenombre de ‘el catalán’, por su origen.
Patricia Cabello Carrero, sobrina nieta de Rafael y de María narra en el documental cómo este se prometió con su compañero que si sobrevivían ambos se buscarían y, si no, comunicarían a la familia lo ocurrido. ‘El catalán’ «cumplió la promesa» con una carta que envió a «mi tía abuela y a su madre para contarle todo lo que había pasado, que una mañana de enero lo sacaron del barracón y sin saber por qué los dividieron en dos grupos, uno lo montaron en un tren, lo sacaron del campo y a mi tío lo mandaron a la cámara de gas»…