Muro de denuncias:
-Rebeca Quintáns: “La ilusión de la monarquía modélica y demócrata se ha roto por las corruptelas del rey y la revisión de su papel político durante la Transición”.
Rebeca Quintáns, además de gallega (Arzúa, 1964), es licenciada en Filología Germánica por la Universidad de Santiago de Compostela y doctora en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Gallega, filóloga y periodista, con esto ya tiene suficiente atractivo para traerla -otra vez- a nuestras páginas.
En el año 2000 publicó en la editorial de otro paisano nuestro, Pepe Rei, Ardi Beltza -de la que me enorgullezco de haber sido suscriptor, hasta que fue clausurada por el juez Baltasar Garzón-, “Un rey golpe a golpe”, la primera biografía no autorizada sobre el emérito, en la que destapaba las corruptelas del Borbón, que ahora pocos se atreven a negar, aunque entonces tuvo que firmar el libro bajo seudónimo -no olvidemos que Pepe, nuestra querida oveja negra, fue enviado entonces a prisión por Garzón, siguiendo la doctrina de “todo es ETA”-. En 2016, dos años después de que Rebeca revelara la autoría del libro, Akal reeditó una actualización bajo el título “Juan Carlos I: la biografía sin silencios”.
-Hace poco hemos vuelto a salir a las calles, en muchas ciudades y pueblos del Estado, para reivindicar la República, ¿está esta más cerca, después de que se destaparan todos los escándalos financieros de Juan Carlos I, y este fuera obligado a abdicar, ante el nivel de descrédito que estaba teniendo la corona española?
Yo diría que sí, se ha avanzado mucho. Hacía falta acabar con los mitos del juancarlismo y se ha conseguido. Juan Carlos está ya fuera de juego para la historia. Ya no morirá como Franco, en loor de multitudes. La ilusión de la monarquía modélica y demócrata se ha roto por las corruptelas del rey y la revisión de su papel político durante la Transición (con la creación del Régimen del 78, que las nuevas generaciones han comenzado a revisar crítiticamente, ya era hora). El vaso de la paciencia con la monarquía está muy lleno ya, y la próxima gota podría ser la que lo desborde y precipite el final. Porque los escándalos van a seguir, estoy segura. Es algo intrínseco a los Borbones el abuso de poder, la corrupción, la mentira…
-La Operación Felipe para salvar la monarquía, cortando los lazos del nuevo rey con su padre y con sus hermanas, también salpicadas por la corrupción, parecen haber logrado parar la caída de los Borbones, pero más bien se antoja una estrategia gatopardiana, “que todo cambie para que no cambie nada”, ¿Está logrando la Casa Real que no se aireen las conductas irregulares de los actuales reyes, como su viaje de novios pagado por un empresario? ¿Sigue sin haber una verdadera transparencia en la monarquía actual?
No sólo eso: tenemos menos transparencia e información que antes sobre la vida real de la realeza. La Operación Felipe les está saliendo muy bien, hay que reconocerlo. La prensa vasalla no ha abierto el pico en nada referente a Felipe VI. Los intelectuales del Régimen (periodistas, escritores, profesores, politólogos…) han aceptado tragarse la historia oficial, aunque sepa a sapo. Yo en cambio tiendo a pensar mal de estos personajes. Y más de uno que se ha blindado a sí mismo judicialmente y frente a los medios. Por algo será. Habría mucho que hablar de Felipe. Yo ya estoy recopilando información para un futuro libro.
En lo social, también hay que moverse. Me parece muy importante una iniciativa como la Marcha Republicana 16J, para que decenas de colectivos republicanos (ateneos, asociaciones culturales, etc.) de todo el Estado se unan en una marcha reivindicativa en el décimo aniversario de la coronación de Felipe.
-Los partidos que se han alternado en el poder, PSOE y PP, en estos últimos 40 años, han mostrado su firme apoyo a la monarquía -el PSOE ya no defiende la república ni en la intimidad-, y ahora se les suma, la extrema derecha de VOX, pero, ¿no crees que partidos nacionalistas como el PNV y CIU han sido determinantes también para que Juan Carlos I pudiera reinar sin apenas resistencia política?
Todos los partidos del Régimen aceptaron la monarquía en la Transición. Incluso el PCE de Carrillo y, por supuesto, PNV y CIU. Los partidos de izquierdas que no cedieron, no se pudieron presentar a las primeras elecciones, porque no los legalizaron. Los que sí pudieron, establecieron un sistema proporcional de votos que favorece y casi obliga al bipartidismo, que les beneficia a ellos nada más. Y así hemos llegado hasta hoy. Los que están dentro del sistema no se quejan. Ni de la monarquía, ni de lo “atado y bien atado” desde el franquismo que todavía pervive.
Lo de Vox es otra cuestión. Su historia de amor con Felipe VI, soltando vivas al rey en todos sus mítines, fue breve. Ahora están muy enfadados con él, según ellos por no cumplir con sus obligaciones como Dios y Franco mandaron. Ahora le llaman Felpudo VI. Monárquicos monárquicos yo diría que no son.
-“Recibo de Su Excelencia el Jefe del Estado y Generalísimo Franco, la legitimidad política surgida del 18 de julio de 1936”, decía Juan Carlos I en la jura como sucesor de Franco, en 1963, ante las Cortes, ¿este pasado ligado al régimen franquista, es el motivo por el que no se le permite acercarse a su nieta, la princesa Leonor, o es para poner un “cordón sanitario” por sus corruptelas como comisionista a costa del Estado?
Me inclino por la segunda opción (aunque el “cordón sanitario” está comenzando a aflojarse también, pero ese es otro tema). Sobre la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento Nacional habría mucho que decir. Están derogados, pero su espíritu sigue aquí, a veces casi al pie de la letra. Por ejemplo, el artículo 8 de la Constitución, sobre el papel del ejército, está calcado del artículo 37 de la Ley Orgánica del Estado franquista de 1967. Así que los Principios no son tan ajenos a Felipe; ni a su hija Leonor, ya mayor de edad y nombrada heredera. En la ceremonia de jura de la Constitución Leonor dijo que entiende muy bien y es consciente de cuál es su deber. Y añadió: “les pido que confíen en mí”, sin especificar si se dirigía solo al ejército (del que está recibiendo formación) o a toda la ciudadanía.
-Ya han pasado también más de cuarenta años del golpe de estado del 23F, y a pesar del tiempo transcurrido, seguimos sin tener la certeza de que el rey Juan Carlos no fuera el “Elefante Blanco” que estaba al frente del complot, como tampoco de que el “Señor X” de los GAL no fuera en realidad Felipe González, ¿Crees que algún día conoceremos toda la verdad sobre el papel que jugó el rey en el golpe de estado que encabezó Tejero?
Como dijo Felipe González en su momento, “no hay pruebas ni las habrá”. Así es, tanto en lo que respecta al 23F como en lo que se refiere a los GAL. La documentación que podría aclarar definitivamente todo sigue siendo secreto de Estado, si es que no la han destruido ya. Pero bueno, son secretos a voces que cualquier persona mínimamente informada tiene ya claro. Hay tanto misterio en identificar al elefante blanco del 23F, o en saber quién era el señor X de los GAL, como en saber quién es M. Rajoy.
-Hace unos años Yolanda Díaz, entonces en Unidas Podemos, y ahora líder de Sumar, decía en un programa de televisión que “no tocaba un referéndum sobre la monarquía”, y que “Felipe VI no debe dar explicaciones por su padre”, si este es el sentir de los dirigentes de la izquierda estatal parece que la República está bastante lejos, ¿no crees? ¿o piensas que será más determinante para que pueda ser posible el papel que jueguen los nacionalismos periféricos?
Por supuesto, los procesos independentistas pueden afectar mucho a la estabilidad de la monarquía. Ponen al rey en un brete. Su función de servir como garante de la unidad de la patria se pone a prueba y es difícil satisfacer a unos y a otros. Pero está claro que para Sumar nunca es el momento. Y con el PSOE de Sánchez, que fue elegido para suceder a Rubalcaba con el visto bueno de Zarzuela, tampoco se puede contar. Pero desde tiempos de Adolfo Suárez sabemos que la opinión más popular, en la calle y en la militancia de base, tiene poco que ver con lo que dicen los líderes. Yolanda Díaz o Pedro Sánchez no es que no quieran hacer un referéndum sobre monarquía y república, es que no quieren ni hacer encuestas. Por algo será. Sus militantes y sus votantes sí son republicanos.
-Cada cuatro años nos permiten ir a votar, pero solo sobre listas cerradas, y nos dicen que eso es democracia, pero por otra parte las cuestiones importantes, como la política económica, el sistema de gobierno o la organización territorial, no se someten a referéndum, ¿qué camino nos queda para aquellos que no nos sentimos cómodos en este encaje territorial, en este sistema económico y que pensamos que la monarquía debería desaparecer?
El camino que nos queda por delante es todavía más difícil que largo, y hay que pensar mucho y organizarse. Hace sólo 10 años tuvimos el 15M, que fue una movilización muy ilusionante y esperanzadora. Yo creo que fue un fallo en ese movimiento la idea peregrina de dejar fuera la “política”. “Ni derechas ni izquierdas”, decían en las asambleas. Recuerdo que no se permitía llevar una bandera republicana a la acampada de la Puerta del Sol, porque era “política”. Luego vino Podemos, que prometía asaltar los cielos por la vía parlamentaria, y todos pudimos ver lo que hace el Régimen con los que le parece que son una amenaza, por muy pacíficos y pacifistas que sean: lawfare, campañas mediáticas de difamación, escraches callejeros, insultos parlamentarios… Ya veremos de dónde surge la próxima ola de movilizaciones, que la habrá, pero será mucho mejor si nos pilla organizados y decididos para impulsar un cambio de Régimen de verdad. La lucha es el único camino.
-El papel de los medios de comunicación masivos ha sido fundamental para afianzar el reinado de Juan Carlos I, y parece que lo está siendo con su hijo, y lo empieza a ser también con su nieta, Leonor, ¿se echa de menos un periodismo valiente como el que se hacía en Ardi Beltza, como el que hacía nuestro querido Pepe Rei?
Sin duda, habría mucho que aprender de Pepe Rei y de su valor. Pero el periodismo de verdad ahora se practica poco. En la prensa del sistema no te dejan hacer nada, salvo que ya estés bien domesticado y te autocensures tú solo; y en la prensa más alternativa no hay medios suficientes, por lo que se publican sobre todo análisis y artículos de opinión. De eso no había prácticamente nada en Ardi Beltza (luego Kale Gorria). Hace falta valor y tener muchas ganas para dedicarse al periodismo. Te tiene que apasionar, pero yo creo que merece la pena. Y conozco a unos cuantos periodistas jóvenes que están ahí fuera, empezando, intentándolo, luchando, buscando su espacio para contarnos lo que pasa, que no lo hacen nada mal. Soy optimista.