Presas y presos políticos enfermos:
-Situación de M.ª José Baños Andujar
Extractos de una carta de Marijo recibida en junio, haciéndonos un breve resumen de lo que lleva vivido desde 2016, fecha en la que empezaron las negligencias médicas que han ido empeorando su mermada salud dejándole, además, secuelas irrecuperables.
2016-2018
… A finales de 2016 empecé a tener mal cuerpo, empezaron los vómitos, las diarreas. Me dijeron que era gastroenteritis; me daban suero y medicación para esos síntomas, pero no mejoraba; en el 2017 se hicieron más frecuentes; “es un virus”, es “gastroenteritis” … A finales de 2017 me mandaron al Hospital; en esa ocasión me vio una internista y, al comentarle mi situación, me dijo que la medicación que solicité que se me cambiara, me la tenían que haber cambiado hacía tiempo, pues era el origen de lo que me estaba ocurriendo; ese mismo día me la retiraron y me dieron el fármaco nuevo. A los pocos días, los síntomas cesaron… A la semana acudo a consulta médica, me dieron una pastilla para dormir. Le dije al médico que mirase mi expediente antes, por si no fuese compatible con la medicación que tomaba, me dijo “que no tenía tiempo y que lo que me había recetado era compatible”. A la semana, los síntomas volvieron otra vez más fuertes, y más de lo mismo, sueros y medicación, pero no mejoraba. Apenas podía andar y los temblores no cesaron, volví a salir al hospital, me hicieron analíticas, pero no daban con lo que era; así pasó otro año. A finales de 2018, volví al Hospital. La internista me hizo varias preguntas para ver si en prisión me estaban dando algo que a ella no le apareciese en el ordenador. Le comenté que llevaba un año tomando SEROQUEM para dormir; la médica se echó las manos a la cabeza, escribió en el ordenador SYMTUZA+SEROQUEM; salía un punto rojo de peligroso. La médica me dijo que había estado un año en riesgo de muerte. Ese mismo día se me retiró y me dieron otra pastilla sí compatible; ya era la segunda negligencia en dos años. A las pocas semanas mejoré; incluso llegué a los 49,900 Kg.
Mi salud volvió a darme problemas con otros síntomas… me sacaron de urgencia y en el hospital no fui bien recibida; eran las tres de la madrugada y la médica no me atendía; ante la insistencia de la guardia civil, llegó gritando que “por qué tanta prisa por una terrorista”, y se limitó a darme una crema para los picores; la situación se agravó y tuvieron que ingresarme en el Hospital… En esa época llegó el COVID; la médica de la prisión me preparó una videoconferencia con el Hospital; cuando el médico vio mi boca me diagnosticó una gingivitis severa; estuve quince días con antibiótico. Empecé a mejorar y llegué a los 57 kilos, pero a finales de 2022 me comunican que nos han pedido a Marcos y a mí el segundo grado destino Murcia, y la ansiedad se disparó de nuevo… Cuando llegué a esta prisión pesaba 53-55 kilos. Mi salud volvió a empeorar… En el Hospital, se informó a la médica de la cárcel un control de peso y revisiones periódicas de sicólogos y siquiatra, pero la médica jamás me pesó; las sicólogas que vienen a verme a veces son voluntarias de la Cruz Roja, y la siquiatra del Centro solo me ha visto dos veces en dos años y medio…
Hace unas semanas un médico de la Cruz Roja ya jubilado, y que suele venir como voluntario, me hizo un fibroescáner; me dijo que los resultados eran preocupantes. A los pocos días salí al Hospital; por lo visto, debido a la delgadez, el hígado se ha bajado un poco, y las calcificaciones de las arterias se están extendiendo: piernas, glúteos, estómago, pero no pueden hacerme un bay-pass; ni siquiera otra operación por mi bajo peso… Si en setiembre no he engordado cuatro kilos, el ingreso será a la fuerza; también me comentó que podía ser de la medicación del VIH, así es que me la ha retirado para ponerme una nueva. Sería menos tóxica para el hígado; puede ser la causa, aunque sigo insistiendo a todos los que me preguntan que la causa empezó con la primera negligencia médica y hospitalaria…
Bueno, voy a ir despidiéndome; llevo demasiado tiempo con esta carta; escribir me resulta difícil porque o me quedo en blanco o todo se me acumula en la cabeza y no puedo darle salida.
Cuidaos mucho, estaremos en contacto. Os quiero, bikiños.
Mari José