Estados Unidos: Así expolia y masacra.
Agenda.
El Salvador 1931-1992
Una Larga Guerra Popular Traicionada
-y II-
Viene del domingo 16 de junio.
… /… Esa ayuda llevó a las fuerzas revolucionarias a tener que adoptar la estrategia de guerra popular prolongada, y abandonar las maniobras y operaciones con grandes unidades para regresar a las tácticas de guerrilla y desgaste, desarrollando tácticas defensivas especiales para contrarrestar a los batallones contrainsurgentes. De esta manera, adaptándose a las nuevas condiciones que imponía el apoyo estadounidense, el FMLN encontró la manera de mantener su resistencia popular y armada. De nuevo se mostraba la eficacia de la guerra popular mientras fuera dirigida por principios y propósitos revolucionarios.
El imperialismo, ante la expectativa de una guerra prolongada en la que no podía derrotar por las armas a los revolucionarios, preparó el camino de la claudicación por la vía de las “negociaciones por la paz”. El principal obstáculo para el plan pacificador se llamaba Salvador Cayetano Carpio. Un comunista, fundador del FMLN, firme defensor de la necesidad de crear un partido marxista leninista que dirigiera, desde los intereses de la clase obrera, la continuidad de la lucha por la liberación nacional, como garantía del triunfo de la revolución socialista.
El complot de los pacificadores, urdido por el imperialismo yanqui, ya había actuado en 1975 asesinando a Roque Dalton, comunista y poeta que había fundado el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Su ejecutor fue Joaquín Villalobos, un dirigente del ERP convertido en traidor al servicio del imperialismo.
En abril de 1983, en Managua, Villalobos participó en el asesinato de la comandante Ana María y en el montaje para acusar a Cayetano Carpio de haber asesinado a Ana María. Carpio, atrapado en una criminal trama, fue arrestado y aislado; la imposibilidad de toda ayuda le llevó al suicidio.
Sin que nadie se opusiera a los cantos de sirena de los que proponían dejar las armas, en 1992, nueve años después, el FMLN, traicionando los principios para los que fue creado, acabó firmando la paz con los asesinos del pueblo. Desde entonces, en estos más de 30 años transcurridos, estos “ex-guerrilleros” han venido gobernando en distintos periodos contribuyendo al maquillaje “democrático” del régimen oligárquico que más interesa al imperialismo.
*El asesinato de «Marta» con sus tres hijos
Luego nos informan: al pasar la compañera Marta por un claro del cerro, el helicóptero descubrió su paso en un momento en que con el niño en los brazos iba subiendo, rodeada de los otros dos pequeños hijos que se habían desprendido de los brazos de otros combatientes para correr al lado de su madre.
Despiadadamente el helicóptero que dispara a la columna, dirige su ametralladora contra madre e hijos y los acribilla a balazos fríamente. El malvado yanqui asesor dirige desde la siniestra maquinaria el nuevo crimen.
Las balas, pagadas involuntariamente por los contribuyentes norteamericanos, ciegan más vidas de niños y madres salvadoreñas, en esta malvada guerra contra el pueblo humilde y digno.
Los cadáveres de la compañera Marta y sus tres hijos quedaron en esa colina sangrienta. Allí quedan con los ojos abiertos al infinito, los niños que se cuadraban militarmente como guerrilleros que en su infantil candor soñaban con crecer para luchar por lo que confusamente sonaba ante sus oídos: «la defensa de los intereses del pueblo»; nuevas víctimas que engrosaron las miles de criaturas asesinadas fríamente por las bestias humanas dirigidas por sus amos del Pentágono.
Salvador Cayetano Carpio
Apuntes de la guerra de El Salvador – 1981