Memoria histórica:
-Fosas y más fosas, Jaén.
El corralillo de los ahorcados de Jaen: historia y memoria de la represión franquista
Los primeros restos de la infamia y la ignominia han emergido ya en el viejo cementerio de San Eufrasio de Jaén, donde los familiares de 1.286 represaliados del franquismo llevan más de 80 esperando la exhumación de los cuerpos. La provincia de Jaén fue, sin duda, uno de los territorios que vivió con mayor crueldad tanto la Guerra Civil como los años posteriores del franquismo.
Episodios de la contienda civil como el asedio al santuario de la Virgen de la Cabeza, en plena Sierra Morena; la batalla de Lopera de diciembre de 1936, donde murieron los brigadistas internacionales Ralph Winston Fox y el poeta Rupert John Cornford; o el fatídico bombardeo del 1 de abril de 1937, cuya orden se atribuye al general Queipo de Llano, que mató a 157 personas en el casco antiguo de la capital jiennense, son algunos de los ingredientes del documental Jaén, Viento del Pueblo, que rescata la memoria de la Guerra Civil en la provincia jienense.
La película, que va a recorrer ahora distintos municipios andaluces dentro de las Jornadas de Cine y Memoria, toma como título uno los poemas más conocidos de Miguel Hernández. El poeta alicantino fue uno de los símbolos de la lucha antifranquista en esta provincia, a donde llegó en marzo de 1937 como comisario de Cultura del Altavoz del Frente Sur. “El simbolismo de la obra hernandiana, que tuvo a Jaén muy presente, está muy extendido en este documental”, indica Arturo Andújar, el otro artífice de este audiovisual. “Jaén es mi tierra, la de mis padres y abuelos y, por tanto, indagar en la historia de esta provincia que ha sufrido tanto la represión después de la guerra ha sido muy duro pero, a la vez, reconfortante”, añade.
El documental, de 60 minutos de duración y que llegará el próximo año a las distintas plataformas audiovisuales, sitúa al espectador en el año 1936 y pivota en torno a los procesos de exhumación de las fosas comunes en la provincia de Jaén y también los relatos de familiares y expertos.
“Es necesario no olvidar, que se cuente de dónde venimos para saber a dónde vamos, y es lo que hemos pretendido en esta pieza documental”, afirma la productora y directora Remedios Malvárez. Jaén, Viento del Pueblo continúa la secuencia de trabajos documentales relacionados con la memoria democrática en Andalucía como Cádiz, tierra con memoria y Cádiz, más allá del olvido o el más reciente Pico Reja, la verdad que la tierra esconde. Unos trabajos que llevaron a la Asociación de Escritores y Escritoras de Cine de Andalucía (Asecam) a entregar este año a Malvárez el Premio Josefina Molina.
Esta serie documental cuenta con el apoyo de las asociaciones de Memoria Democrática. El presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Jaén, Miguel Ángel Valdivia, ha animado a que estos audiovisuales se proyecten en todos los pueblos y, sobre todo, en los centros educativos. “Cuando se estudia la historia de España contemporánea deben verse como una lucha del pueblo por defender la democracia y la libertad”, ha reivindicado…
-Francisco Espinosa: “Hubo un antes y un después de la ocupación de Badajoz”
Entrevista al historiador Francisco Espinosa sobre memoria histórica, el franquismo, la represión fascista y la figura de Fernando Huidobro Polanco (1903-1937), jesuita filonazi que formó parte de los sublevados.
Con sus investigaciones ha puesto datos a las atrocidades de los golpistas contra la II República en Andalucía y Extremadura.
Francisco Espinosa ha publicado recientemente: 1936. La columna camino de Madrid. Yagüe, Varela y las “Normas” del padre Huidobro. Editorial La Moderna, 2023.
-¿Hubo un antes y un después, tras la gran matanza perpetrada por los fascistas en Badajoz y la información difundida por los testigos extranjeros, Mario Neves, las imágenes de René Brut… y otros periodistas sobre las masacres? ¿Cómo pudo influir en la visión que se trasladó sobre este conflicto?
La toma de Badajoz y las fotografías y testimonios que circularon en la prensa fascista ejercieron una gran influencia. Efectivamente hubo un antes y un después de la ocupación de la capital de provincia. Aunque la resistencia presentada por la izquierda fuese muy limitada, las fuerzas de Yagüe aprovecharon para practicar un ejercicio de terror que nadie olvidaría en mucho tiempo. Ningún proceso represivo había tenido tal dimensión hasta ese momento.
Los periodistas, especialmente portugueses y franceses, jugaron un papel importante al enviar a sus medios de prensa imágenes terribles de los hechos. Los golpistas intentaron controlar ese trasvase de imágenes y consiguieron que muchas no se hiciesen públicas entonces.
-El padre Fernando Huidobro Polanco (1903-1937), jesuita y filonazi que estaba realizando su tesis doctoral en Alemania y se vino a España incorporándose a la columna con los sublevados. ¿Cómo llegas hasta este personaje y cuál es la clave para decidir centrar en él el objetivo de este trabajo?
Conocí el personaje del jesuita Huidobro Polanco a través del historiador y monje benedictino Hilari Raguer y de Paul Preston, por haber accedido el primero de ellos a documentación suya que se conservaba en el Archivo Jesuita de Alcalá de Henares y por ser el segundo el primero que lo dio a conocer. Se trataba de un fondo muy interesante por estar escrito por una persona afín a los golpistas, pero muy crítico con sus métodos.
Gracias a dicha documentación supimos que el jesuita se presentó a Franco y fue destinado como capellán a la columna Castejón en su marcha hacia Madrid, en la cual estaría desde agosto de 1936 hasta que encontró la muerte a comienzos de 1937. Pese a que había denunciado ante las autoridades franquistas los métodos violentos usados por las fuerzas de Castejón, lo cierto es que fue asesinado por la espalda por las propias fuerzas franquistas, que no lo soportaban. Las autoridades franquistas habían ocultado este hecho y estuvo en proceso de beatificación durante años.
-¿Cómo se justifica el recurso a la guerra y luego, tratar de poner límites a la represión?
Huidobro, que consideraba que la República era una pocilga, era partidario de la represión siempre que esta tuviera un barniz legal, es decir, que fuera consecuencia de la decisión judicial. Poco le importaba que dicha decisión hubiera sido tomada por autoridades ilegales que ocupaban el poder por un violento y terrible golpe militar.
-Citas ejemplos sobre la extraordinaria violencia ejercida por los fascistas. ¿Parece que el objetivo no eran solo los combatientes republicanos?
Desde un primer momento el objetivo a eliminar desbordó el concepto de “combatiente republicano”. Antes de que se pudiera hablar de guerra civil hay que hablar de golpe militar en su sentido más brutal. Puesto que el objetivo no era otro que arrasar con la República el enemigo era muy amplio.
Basta ver los listados de víctimas para saber que acabaron con todo tipo de gente de toda edad y sexo. Incluso menores. Muchos de los que no huyeron, inocentes de todo delito, nunca pensaron que acabarían en un paredón y en una fosa común, o en el caso de las mujeres que serían rapadas, violadas o asesinadas.
-¿Esta estrategia fue general o como se pretendía hacer creer, rebajar la magnitud de las matanzas o presentar como casos puntuales como actuación de grupos “incontrolados”?
La estrategia fue general. Los que hemos investigado el suroeste sabemos que ni una sola localidad se libró del terror fascista. Nada que ver con la violencia desarrollada en la zona republicana. Los “grupos incontrolados” no existieron.
Todo estaba completamente planificado desde el momento que tomaban una población, desde el bombardeo inicial hasta la designación de nuevas autoridades. El objetivo no era otro que borrar hasta la raíz la experiencia republicana, lo cual como sabemos lo consiguieron sobradamente. La huella aún perdura…
-Memoria histórica imprescindible.
Dibujo de M.P.M. 2010
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