Estados Unidos: Así expolia y masacra.
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Corea 1945-1953
Cómo el Imperialismo Yanqui impidió la Unificación de Corea
Corea, colonizada por Japón desde 1910, fue liberada en su parte Norte en 1945 por el ejército soviético con la participación de los partisanos comunistas, mientras que el Sur fue ocupado por el ejército estadounidense quedando el país dividido en dos por el paralelo 38.
En el Norte, bajo la dirección del Partido de los Trabajadores, encabezado por Kim Il Sung, se comenzó a construir el socialismo. Se expropió a los latifundistas y aprobó la reforma agraria, se nacionalizaron los bancos, la industria, los transportes y los medios de comunicación; se decretó la jornada laboral de 8 horas, el salario igual para hombres, mujeres y jóvenes; se estableció la protección social de los trabajadores y la sanidad y enseñanza gratuitas.
En el Sur, los yanquis sustituyeron a los japoneses, prolongando el sistema colonial tan odiado por el pueblo coreano. A pesar del régimen de terror que instauraron y gracias a los esfuerzos de los comunistas del Norte y de los demócratas y revolucionarios del Sur, en 1948 se celebraron elecciones en toda Corea para elegir la Asamblea Suprema del Pueblo. Los resultados demostraron que la amplia mayoría del pueblo quería un país unido, independiente y democrático. La Asamblea proclamó la República Democrática Popular, que no fue reconocida por los imperialistas americanos, quienes nombraron al títere Syngman Ree como Jefe del Estado de toda Corea. En junio de 1950, tropas de Syngman Ree, apoyadas por el ejército y la flota de EEUU, cruzaron el paralelo 38 y penetraron en Corea del Norte.
Las tropas norcoreanas repelieron la invasión y avanzaron rápidamente ocupando prácticamente todo el sur. Estados Unidos rápidamente formó una fuerza expedicionaria, con el supuesto amparo legal del Consejo de Seguridad de la ONU, sin la presencia de la URSS, y recuperó el terreno perdido hasta tomar Pionyang, capital de Corea del Norte.
La República Popular China había advertido que intervendría si las fuerzas yanquis sobrepasaban el límite de la frontera en el río Amnok. Habiendo hecho caso omiso a este aviso, China decide intervenir, y mediante una hábil y audaz operación de infiltración, consiguió poner tropas suficientes en la retaguardia de las fuerzas yanquis como para poner en peligro sus líneas de abastecimiento. Unos 30.000 soldados de los EEUU fueron rodeados por 67.000 soldados chinos. La situación fue tal que MacArthur solicitó el uso de armas atómicas. Los enfrentamientos se produjeron entre noviembre y diciembre de 1950. La batalla para romper el cerco tuvo lugar en el embalse de Chosin y fue un duro golpe para las supuestamente imbatibles tropas estadounidenses. Las fuerzas combinadas chinas y norcoreanas, con apoyo militar soviético, hicieron retroceder a las fuerzas yanquis y surcoreanas hasta volver a ocupar la capital surcoreana de Seúl en enero de 1951.
Durante los dos años y medio siguientes, los EEUU lanzaron tal cantidad de bombas que superaban todas las que emplearon en el Pacífico durante la II Guerra Mundial. Entre otras acciones de guerra, como el uso de armas biológicas y el napalm, se dedicaron a atacar el sistema de irrigación de las plantaciones de arroz. Con cazabombarderos destruyeron numerosas presas causando inmensas inundaciones de poblaciones y de cultivos de arroz. La población norcoreana pudo evitar la hambruna generalizada gracias a las ayudas de China, la URSS y otros países socialistas.
El «empate militar» llevó, en julio de 1953, a la firma de un Armisticio entre EEUU y Corea del Norte y se estableció una zona desmilitarizada entre las dos Coreas en torno al paralelo 38, que se sigue manteniendo hasta hoy.
Se estima que las tropas de Corea del Norte tuvieron más de 1.545.000 muertos, heridos y mutilados; además de 2.500.000 civiles muertos y heridos; también murieron 500.000 chinos; Corea del Sur y sus aliados tuvieron cerca de 778.000 muertos, heridos y mutilados y estadounidenses unos 54.000. Esta cantidad de victimas la convierte en una de las guerras más sangrientas de la historia.
Hoy EEUU mantiene 40.000 soldados en sus bases de Corea del Sur, garantes del régimen oligárquico-militar que sirve sin pestañear a los intereses de los imperialistas americanos.