Muro de solidaridad y denuncias:
Volvemos a la mesa dominical:
-Puesto de solidaridad con las y los presos políticos.
Amnistía total.
Todas las mañanas de domingo, en Tirso de Molina, Madrid.
Materiales muy variados: Libros, folletos, cuadernillos, camisetas, cerámica, chapas, pegatinas, banderas, láminas…
Terrorismo de Estado:
-La guerra del Gobierno de Rajoy contra el anarquismo termina sin condenados y con indemnizaciones para los detenidos.
Los tribunales obligan al Estado a indemnizar con más de 55.000 euros en total a dos encarcelados de la ‘operación Ice’ después de que las tres grandes investigaciones policiales por terrorismo contra grupos anarquistas en 2015 terminaran en el archivo o en sentencias absolutorias.
El Gobierno de Mariano Rajoy convirtió el ‘terrorismo anarquista’ en una de sus prioridades policiales hace una década. Operaciones con decenas de detenidos en las que el Ministerio del Interior publicitaba la desarticulación de comandos a los que atribuía ataques a bancos, elaboración de explosivos y colaboración con otros grupos terroristas y que, una década después, han terminado en nada. La indemnización a uno de los anarquistas de la ‘operación Ice’ por pasar año y medio en prisión de forma injusta retrata cómo la Policía, la Fiscalía y algunos jueces de la Audiencia Nacional impulsaron causas fallidas mientras el ejecutivo del Partido Popular difundía el miedo a un “terrorismo anarquista implantado” cuya existencia nunca se demostró.
Todas estas operaciones policiales contra el anarquismo que acabaron en el archivo o la absolución tuvieron su origen en un atentado real. En octubre de 2013 un explosivo casero, fabricado con una bombona de camping-gas, explotaba en el interior de la basílica de El Pilar de Zaragoza. Unos meses antes otro artefacto similar había estallado en la madrileña catedral de La Almudena. Un grupo llamado “Mateo Morral”, nombre del anarquista que atentó contra Alfonso XIII en 1906, reivindicó ambos atentados. Dos personas fueron condenadas a cuatro años y medio de prisión por delitos de terrorismo.
La sentencia del Supremo declaró probada su afinidad a grupos anarquistas, aunque no su pertenencia a ninguno de ellos. En especial a los supuestos Grupos Anarquistas Coordinados (GAC), siglas que resonaron en las tres operaciones policiales dirigidas contra el anarquismo radical bajo la batuta de la Audiencia Nacional: ‘Piñata’, ‘Ice’ y ‘Pandora’. Cuatro decenas de detenidos –15 de ellos pasaron por prisión provisional– en causas que acabaron archivadas o con sentencias absolutorias y con algunos de los imputados indemnizados por el Estado con cargo a las arcas públicas.
La primera fue bautizada como ‘operación Pandora’ y fue dividida en dos fases. Una veintena de personas acusadas de colaborar con grupos terroristas anarquistas fueron detenidas por los Mossos y la Policía en Catalunya y Madrid, ocho personas enviadas finalmente a prisión provisional por el juez Javier Gómez Bermúdez, que pocos días después les permitía salir tras pagar fianzas de 3.000 euros por cabeza. La causa estuvo abierta casi tres años hasta que en mayo de 2017 la magistrada Carmen Lamela decidió archivar las diligencias: ninguna de las acusaciones policiales había podido ser probada. En un primer momento, el juez Gómez Bermúdez les había llegado a atribuir la autoría de “diversos atentados con artefactos explosivos de fabricación artesanal en todo el territorio nacional”.
Una segunda operación policial contra el anarquismo se ponía en marcha unos meses después, en marzo de 2015. Causa bautizada como ‘Piñata’ en la que hubo 15 detenidos, cinco de los cuales pasaron varios meses en prisión provisional, acusados de participar en atentados contra más de un centenar de cajeros automáticos y preparar ataques contra comisarías y agentes de Policía Nacional. Supuestamente relacionados, otra vez, con los GAC.
El caso arrancó en manos del juez Eloy Velasco y murió con un auto de Manuel García Castellón en febrero de 2018, cuando el magistrado de la Audiencia Nacional reconoció que no había pruebas para sostener una sola de las acusaciones. Con el apoyo de la Fiscalía, el juzgado de instrucción reconoció que no se había podido acreditar “suficientemente” que los detenidos y encarcelados fueran los autores de los ataques investigados.
Fue a finales de 2015 cuando estalló la ‘operación Ice’. Batería de detenciones nuevamente dirigida desde la Audiencia Nacional y contra cinco miembros de ‘Straight Edge Madrid’, grupo anarcovegano al que nuevamente se acusaba de atentar contra sucursales bancarias y cajeros automáticos. A día de hoy la página web de La Moncloa mantiene las acusaciones que entonces la Policía vertía contra los acusados: “El hallazgo de este material confirma los vínculos que relacionan a Straight Edge con los Grupos Anarquistas Coordinados”. Uno de los arrestados pasó casi tres semanas en prisión provisional. Otro de ellos, hasta un año y medio en el régimen de aislamiento más restrictivo. La causa ya adelgazó bastante antes del juicio, con la Fiscalía retirando las acusaciones más graves, y terminó en absolución, un dictamen que el Ministerio Público ni siquiera recurrió. El balance de las tres causas destinadas a desmantelar los “Grupos Anarquistas Coordinados” es, por tanto, de ningún condenado por terrorismo, ninguna prueba sobre la implantación de ese supuesto grupo en España y, por contra, dos indemnizaciones para dos de los encarcelados a cuenta de las arcas del Estado.
Nazismo impune:
-El nazi que ha amenazado a una chica en Zaragoza era una vieja guardia del Ligallo Fondo Norte y se le conoce como “El Pirri”.
La chica relató en redes sociales que el ataque comenzó cuando el hombre empezó a hacerle «comentarios asquerosos» sobre su cuerpo, llegando a amenazarla con “sacarla a patadas” y que la iba a “reventar”.
El 24 de agosto se ha producido una agresión nazi en el bar Openchef situado en la calle Delicias de Zaragoza.
En el video se puede ver cómo el nazi, que muestra una esvástica que tiene en la tripa, propina a la chica venezolana insultos racistas y machistas como “estás en mi país, extranjeros a tomar por culo”, “basura”, “si fueras un hombre te partiría la cara y la cabeza”, “hija de puta” …, le intenta agredir físicamente y expulsar del bar.
La chica relató en redes sociales que el ataque comenzó cuando el hombre empezó a hacerle «comentarios asquerosos» sobre su cuerpo, llegando a amenazarla con “sacarla a patadas” y que la iba a “reventar”. “Todo comenzó porque al entrar al bar me empezó a hacer comentarios asquerosos constantemente hasta el punto de ponerse detrás de mí a seguir haciendo lo mismo, luego de responderle empezó con amenazas de que me iba a sacar a patadas que me iba a reventar, lamentablemente hoy en día seguimos viviendo cosas como estas y evidentemente este tipo de personas no tienen ningún tipo de repercusión, lamentable es lo único que puedo decir sobre estas cosas”, denunciaba. Explica también que tomó la decisión de publicar el vídeo porque este nazi ‘’hizo amenazas de hacerme algo al salir del bar”. “Simplemente al entrar al bar le dije que por favor dejara de hacerme comentarios asquerosos sobre el tamaño de mis tetas entre muchos más, le dije que podría ser mi abuelo y luego de eso procedió a ofenderme de mil maneras”.
Fuentes consultadas por este medio han confirmado que a este nazi se le conoce como “El Pirri” y era una vieja guardia de los ultras de extrema derecha del Zaragoza, Ligallo Fondo Norte. Asimismo, han afirmado que frecuenta los bares de Paseo Calanda, Duquesa Villahermosa y el BeerHouse Tavern ubicado en la calle del Arzobispo Apaolaza.
Pa’los olvidadizos:
-Luis Arribas Santamaría era sólo un mendigo de 48 años que dormía en un banco de la madrileña calle Albuquerque.
El 5 de Julio de 1981, dos miembros de una banda de ultraderecha, cachorros del Frente de la Juventud, lo asesinaron de un disparo según estaba tumbado, ya que les molestaban sus piernas extendidas.
Este grupo venía liándola desde el 78, acumulando con este caso 4 asesinatos y decenas de heridos en 10 atentados con bomba. Detenidos poco después, los dos implicados en el asesinato de Luis fueron condenados a 112 y 103 años de cárcel por todos los crímenes cometidos.
Pedro Bel, autor material, escapó a Venezuela, siendo extraditado años después, en 1986. Cumplió 12 años y luego sacó plaza como carcelero en 2005. ¿Bien, verdad?
Rafael Alfredo Gómez, presente en los cuatro atentados del grupo, cumplió 14 de esos más de 100 años de condena.