Memoria histórica imprescindible:
-La financiación monárquica del primer fascismo español.
Que los primeros grupos fascistas–y fascistizados– en España fueron sufragados por los monárquicos más reaccionarios, allá por los años 20 y 30 del siglo XX, es algo bien trabajado y demostrado por la historiografía. Sin embargo, conviene recordarlo en estos tiempos difíciles en que, a rebufo del avance de la extrema derecha, toman fuerza propuestas y grupos rojipardos con un discurso antisistema y revolucionario.
El comienzo de la Revolución de Octubre de 1934 coincidió con la reunión del I Consejo Nacional de la Falange Española de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FE-JONS), la organización resultante de la fusión de la Falange de José Antonio con las JONS de Ramiro Ledesma y Onésimo Redondo, en febrero de ese año.
Dada la gravedad de los acontecimientos se suspendieron las sesiones, pero durante la huelga general revolucionaria, FE-JONS puso a disposición del Gobierno de extrema-derecha a sus raquíticos sindicatos de la Central Obrera Nacional-Sindicalista (CONS) para proteger industrias y edificios oficiales y religiosos, así como para proveer de esquiroles a la prensa reaccionaria madrileña (La Nación, de la que José Antonio era accionista, e Informaciones, propiedad del financiero Juan March) y los servicios públicos (correos, tranvías, funeraria, electricidad, agua y gas, etc.), tal y como hicieron las Juventudes de Acción Popular (de la CEDA) o los carlistas. Es más, en lugares como Moreda, Oviedo, Gijón y Santander, los falangistas combatieron a los revolucionarios junto al Ejército y participaron en la represión. (…)
La realidad es que la financiación del fascismo español por parte de los monárquicos más reaccionarios la encontramos desde el primer momento. Es más, la iniciativa de crear publicaciones y organizaciones partía no pocas veces de los propios financieros, cuyos nombres se repiten una y otra vez, a menudo repartiendo los huevos en diferentes canastos. Veamos algunos ejemplos.
La Camisa Negra. Semanario Gráfico Popular, cuyo único número apareció en diciembre de 1922, fue una iniciativa del director del diario madrileño La Acción, Manuel Delgado Barreto, quien pretendía crear un movimiento fascista en España junto con unos cuantos mauristas y un grupo de rompehuelgas pertenecientes a Unión Ciudadana y al Somatén. Recibieron la ayuda económica de la Confederación Patronal Española.
Los Legionarios de España, de Albiñana, ataviados con camisa azul celeste y una cruz de Santiago bordada en el pecho, se formaron durante el fin de la Restauración y subsistieron durante los años republicanos. Siempre con escasa financiación, la poca que obtuvieron procedía de la Unión Monárquica Nacional y del «fondo de reptiles» (destinado a la compra de voluntades) de la Dirección General de Seguridad encabezada por el general Emilio Mola.
La Conquista del Estado fue el semanario creado en Madrid a principios de 1931 por Ramiro Ledesma y un grupito de afines, para muchos el primer grupo fascista en sentido estricto. El título calcaba el del periódico fascista romano La Conquista dello Stato. Para su publicación,tras probar suerte con el político catalanista conservador Francesc Cambó y con Juan March, lograron el respaldo económico del «fondo de reptiles» del Gobierno del almirante Aznar, así como de banqueros e industriales vizcaínos: José María de Areilza, José Félix Lequerica, Luis María Zunzunegui, María del Pilar Careaga, Hurtado de Mendoza, el diplomático José Antonio Sangróniz, etc. Poco interesados en el tono radical de la publicación, lograron que no aparecieran críticas al capitalismo financiero en sus páginas.
En Valladolid, otro grupo liderado por Onésimo Redondo editará Libertad, semanario de rasgos fascistoides, antimarxista y antisemita, aunque de tradición católica y agrarista. El primer número pudo salir a la luz en junio de 1931 gracias a 2.500 pesetas donadas por la familia Martín Alonso, amiga de Redondo, y más adelante recibió ayudas de grupos católicos. De la unión de los grupos de LCE y JCAH, en octubre de 1931, nacieron las JONS. Libertad siguió siendo el portavoz único del nuevo grupo, hasta que en mayo de 1933 se publicó la revista mensual JONS, que consiguió salir a la calle gracias a la ayuda económica de Juan March y a 10.000 pesetas aportadas por los monárquicos vascos para lanzar la revista, armarse y mejorar infraestructuras.
Los diferentes grupos fascistas habían confluido en marzo de 1933 en una nueva publicación llamada El Fascio. Haz Hispano. El periódico, fue ideado y costeado por Delgado Barreto, por entonces director de La Nación, que –sabemos– contaba con Jose Antonio como accionista. Con apoyo de la embajada italiana, a esta iniciativa se unieron los directores de Informaciones (Juan Pujol) y La Época (José Ignacio Escobar y Kirkpatrick, Marqués de las Marismas), además del futuro fundador de Falange Alfonso García Valdecasas, un periodista alemán y el embajador italiano Raffaele Guariglia.
CONCLUSIÓN
La financiación de los grupos fascistas en España por parte de los monárquicos más reaccionarios jugó un papel crucial en la configuración y evolución del fascismo español. Esta dependencia económica permitió a los monárquicos influir en las estrategias y acciones de los escuadristas, convertidas así en «guardia de la porra» de la reacción…
-Fotografía a enmarcar
Dos milicianos de la Compañía “Juanita Rico”, que fue creada en Yecla (Murcia) en 1936, conformada en su mayoría por comunistas y socialistas. Esta Compañía combatió contra los golpistas fascistas, formando parte del Quinto Regimiento de Milicias Populares.
Los dos milicianos aparecen sobre un Cañón de montaña Schneider 70/16, modelo 1908.
-Granado y Delgado, 61 años de sus asesinatos.
Francisco Granado Gata, natural de Valencia del Ventoso (Badajoz), de 27 años de edad, asesinado mediante garrote vil por las autoridades franquistas, junto a Joaquín Delgado Martínez, de 29 años, natural de Cardona (Barcelona), el 17 de agosto de 1963. Ambos pertenecían a las Juventudes Libertarias en el exilio; ambos fueron ejecutados por unos hechos de los que no eran culpables; ambos, a día de hoy, a pesar de los intentos de revisión hechos desde el movimiento memorialista, siguen estando condenados por una sentencia militar franquista.
Tomás Granado, junto a su compañera, Pilar Mulet Font, pusieron todo su empeño en que en el pueblo de su primo Francisco, Valencia del Ventoso, éste último fuera reivindicado como lo que fue, una persona honrada, combatiente antifranquista, amante de la libertad. A pesar de la judicatura española y del hecho de que su injusta condena sigue incólume, en Valencia del Ventoso hay un busto de Francisco Granado, realizado por su hijo Richard Granado, al que todos los años, en torno a la fecha aniversario de su ejecución, la gente anarquista, memorialista, familiares y afines, le anuda un pañuelo rojo y negro, en reconocimiento y reivindicación de lo que fue y de lo que aún representa.
Sobre Granado y Delgado, los integrantes del grupo anarquista Defensa Interior agarrotados por el franquismo, se ha escrito ya mucho, sin que parezca suficiente para un país desmemoriado donde sus combatientes antifascistas siguen integrando una lista ocultada al reconocimiento público e institucional, más cercana a la condición de bandolerismo con el que los calificaba el franquismo que a su legitimidad como resistentes antifranquistas. Este olvido, interesado por un historicismo que a veces arrastra mucho del llamado franquismo sociológico, acoge también a quienes desde el exilio se organizaron y continuaron con la práctica anarquista ya emprendida en España desde mucho antes de la llegada de la República…
–https://serhistorico.net/2024/08/19/rondam-familion-el-exilio-libertario-extremeno-en-francia/