Revolución, Resistencia y Memoria
Patrimonio de la Humanidad.
Xabier Peñalver. Txalaparta 2022.
Ecuador
-Mausoleo de Antonio José de Sucre, en Quito.
Se encuentra en la catedral de Quito, en un catafalco de andesita del volcán Pichincha; el mausoleo está decorado con alegorías de la independencia, la libertad y la victoria. Sus restos, tras ser asesinado en 1830, fueron conducidos a Quito por su mujer y guardados en secreto en el palacio de El Deán, propiedad familiar. En 1832 se depositaron, también bajo secreto, en el convento del Carmen Bajo, y ya en 1900 fueron conducidos definitivamente a la catedral metropolitana de Quito, en donde ocupan una capilla.
Antonio José de Sucre fue un político, diplomático, estadista y militar venezolano, artífice de la independencia de América. Fue presidente de Bolivia, gobernador del Perú, general en jefe del Ejército de la Gran Colombia, comandante del Ejército del Sur, gran mariscal de Ayacucho, a la vez que mano derecha del libertador Simón Bolívar. Nacido en 1795 en una familia de tradición militar, a los 15 años se alistó en el Ejército patriota participando en 1812 con Francisco Miranda en luchas contra los realistas. Tras refugiarse en Trinidad, regresó a Venezuela en 1815 y combatió en distintas zonas. A partir de 1817 alcanzó importantes nombramientos, convirtiéndose en uno de los principales colaboradores de Simón Bolívar a partir de 1819 y destacando por su gran lealtad y su compromiso con la Gran Colombia. Tras importantes éxitos militares en Ecuador contra los dominadores españoles y su adhesión a la Gran Colombia, luchó en Perú, venciendo en 1824 en la estratégica batalla de Ayacucho que significaría el fin del dominio español en el continente. Posteriormente liberaría la actual Bolivia, siendo nombrado presidente en 1825. En 1828 se retiró y en el proceso de desintegración de la Gran Colombia en 1830, apeló al diálogo. Fue asesinado en 1830 al regresar a Quito junto a su familia.
-Monumento a la Independencia de Quito, en Quito.
El monumento se levanta desde 1906 en el centro de la plaza Grande de la capital en reconocimiento a los héroes que el 10 de agosto de 1809 se sublevaron contra los colonizadores españoles. Consiste en una columna de más de 17 m de altura levantada sobre una serie de plataformas adornadas con grupos escultóricos entre los que destaca la figura de un león herido en alusión a la vencida Corona española que huye dejando paso a los libertadores. En la parte superior de la columna se representa a la libertad tras conquistarla a través de las armas.
La lucha representada en este monumento conmemorativo se inició el 10 de agosto de 1809, concluyendo en 1812. Un grupo de criollos de Quito decidió constituir una Junta Soberana de Gobierno al mando de Juan Pío Montúfar, que moriría prisionero en España en 1819. Los españoles enviaron tropas desde diferentes puntos para aplastar la rebelión y, tras diferentes enfrentamientos y a falta de líderes político-militares, fueron derrotados y detenidos la práctica totalidad de los patriotas. El pueblo capitalino acudió a liberar a los prisioneros al Cuartel Real de Lima, concluyendo la acción en la masacre del 2 de agosto de 1810, en la que fueron asesinados por la Guardia Real española. Esta revolución de Quito formó parte de los primeros movimientos independentistas en América Latina, a la vez que fue uno de los episodios más importantes de la lucha contra los colonialismos.
El 11 de octubre de 1811 Quito proclamará la independencia de España promulgándose la primera Constitución ecuatoriana el 15 de febrero de 1812.
-Mural de Guayasamín en el Parlamento, en Quito.
El mural se levanta en la sala central del Congreso de Quito, frente al graderío, y fue pintado expresamente para el Parlamento por Oswaldo Guayasamín en 1988. El 5 de marzo de 2003 un incendio puso en peligro la obra, que sin embargo no sufrió daños irreparables.
Se trata de un mural elaborado sobre planchas de fibras de vidrio y acrílico superpuestas a una estructura de aluminio, pintadas con acrílico mezclado con polvo de mármol; se titula Imagen de la Patria y sus dimensiones son de 30 m de largo y 12 m de alto.
Se ha elaborado una descripción del mural con fines didácticos, dividiéndolo en cinco áreas: tres frontales (central, izquierda y derecha) y dos laterales. La zona central está ocupada por unas manos dirigidas al cielo, albergando entre ellas la bandera nacional. Otra imagen destacada es el cóndor, elemento simbólico del escudo de armas de Ecuador y ave característica de la región andina. Otras representaciones se refieren a temas como los indios, las Mujeres de la Libertad, la intervención extranjera (CIA), el puño de la lucha, el militarismo, el proletariado, la oligarquía y la burguesía, el drama de la pobreza, la niñez abandonada o la dictadura.
-Museo de Guayasamín. La Capilla del Hombre, en Quito.
Se trata de un museo de arte levantado en el barrio Bellavista de Quito por iniciativa del pintor Oswaldo Guayasamín como homenaje al ser humano. Fue construido entre 1995 y 2002, dirigiendo el proyecto el arquitecto colombiano Luis Felipe Suárez Williams. Este gran complejo se inició con el hogar y taller de Oswaldo, y en él se encuentra el Árbol de la Vida, hoy sepultura del maestro. En el interior del recinto se ubica también la Llama Eterna por los Derechos Humanos y la Paz.
La Capilla del Hombre es un edificio simbólico que evoca el culto a la humanidad mediante un millar de cuadros expuestos.
Oswaldo Guayasamín nació en Quito en 1919, falleciendo en 1999 sin ver finalizado su proyecto de La Capilla del Hombre. Graduado como pintor y escultor en la Escuela de Bellas Artes, llegó a ser un autor muy prolífico de cuadros, murales, esculturas y monumentos, reconocido a nivel mundial. Su obra representa claramente, de forma desgarradora, el maltrato y el no reconocimiento de América Latina, recogiendo el dolor de generaciones, principalmente a través de las manos y los ojos.
Entre sus grandes amistades destacaban Fidel y Raúl Castro, Pablo Neruda, García García Márquez, Rigoberta Menchú y Mercedes Sosa.