Memoria histórica imprescindible:
-Sadí de Buen Lozano regresa a casa.
La historia del médico que luchó contra el paludismo y fue fusilado por el régimen franquista.
Sadí de Buen, un médico parasitólogo y uno de los principales protagonistas de la lucha antipalúdica en España, ha vuelto a Zuera.
Estaba en Córdoba, en el cementerio de San Rafael, bovedilla de adultos, n. 54, fila 1., departamento 2. Pero, 88 años después de su fusilamiento, ya está en Zuera, el pueblo de su padre.
Había nacido en Barcelona, en 1893, así que tenía 43 años cuando fue fusilado en septiembre de 1936. Detenido por los falangistas el 23 de julio, fue encarcelado durante poco más de un mes. Allí escribió algunos textos que pudieron ser recuperados: “Miro el reloj y son las tres de la mañana; me duele el brazo, me duelen las costillas, me duele el reloj”. Sin perder el humor, supo enfrentar la muerte con una entereza que llamó la atención de los presentes la noche de su fusilamiento. Iba consolando al resto de condenados, rechazó el auxilio del cura, y, según el testimonio de un testigo, Carlos Zurita González-Vidarte, entonces joven médico en el Hospital Provincial de Córdoba y ayudante del forense, “durante el transporte se había destacado ya por las palabras de aliento y consuelo, que dirigía a los que les había tocado la misma suerte y le acompañaron en el camión. Rechazó al cura sin encrespamiento y con la máxima educación, le agradeció el gesto pero lo desvió ‘hacia estos hombres que quizá lo necesiten, padre, puesto que yo, ni he tenido nunca esas creencias o, si las hubiera tenido, hubieran acabado ahora’”.
“Aquello acabó de impresionar aún más a los del pelotón”, continúa el joven médico, “y, efectivamente, cuando salió la orden de ¡fuego!, al derrumbarse aquella masa, algunos todavía atados entre sí, y en ese silencio trágico que sucede a todos los actos sublimes (allí se sublimaba mucho, también), nos quedamos aterrorizados al ver cómo de entre aquella masa se levantaba un hombre con otro atado al codo y dirigiéndose al pelotón, les dice serenamente: ‘Apuntarme con menos nervios y más directamente, porque a mí no me habéis dado ni uno’. Y así fue. He pensado muchas veces después sobre ello. Para mí, los hombres del pelotón estaban tan impresionados ante la heroica figura de este hombre que, instintivamente, todos apuntaron a los demás y por igual razón, ninguno apuntó a Sadí de Buen”.
Sadí había llegado a Córdoba el 13 de julio de 1936, de acuerdo a lo publicado en el diario Guion. Trabajaba en el Ministerio de Sanidad como Inspector General de Servicios y la noticia añade que en esos días estaba visitando, junto al doctor Binzo, la inspección provincial de Sanidad, las instalaciones de la zona. Pensaba dirigirse después a Sevilla, pero, tras el golpe de Estado del 18 de julio, fue detenido, según el relato del mismo medio: “Esta tarde se ha realizado en nuestra capital una detención importantísima. La han llevado a cabo dos agentes de vigilancia y el comandante Zurdo. El detenido es el director general de Sanidad don Sadí de Buen. (…) Se cree que el señor De Buen actuaba de agente de enlace entre las milicias marxistas”. Quien le detuvo era Luis Zurdo, comandante de la Guardia Civil tristemente famoso por ser el responsable de los fusilamientos en Córdoba en los primeros meses de la guerra.
Sadí de Buen trabajó en el Instituto de Higiene Alfonso XIII, que dirigía Ramón y Cajal, y fue miembro de la Comisión Antipalúdica Central. En 1924 fundó el Instituto Antipalúdico de Navalmoral de la Mata, el gran centro de investigación desde donde consiguieron reducir el impacto de la enfermedad.
La lucha antipalúdica, que en 1936 estaba a punto de conseguir erradicar la enfermedad en España, se vio enormemente retrasada por la Guerra Civil y por la destrucción sistemática de la obra de los De Buen. Sadí fue fusilado en 1936 y su hermano Eliseo, entonces director del Instituto Antipalúdico de Navalmoral de la Mata, fue detenido y apartado de toda investigación…
-Agosto de sangre de 1946: la última batalla de los guerrilleros en Torremenga (Cáceres).
El 4 de agosto de 1946, la guardia civil asesinó a tres guerrilleros. En el enfrentamiento, la guerrilla mató a uno de los guardias.
Los guerrilleros eran:
*Alfredo Ramos Rufo (a) “Maestro” de 43 años, campesino y zapatero, vecino de Piornal y natural de Pasarón de la Vera (Cáceres).
*Virgilio Sánchez Izquierdo, (a) “Castaña”, de 32 años, natural de Cabezabellosa (Cáceres).
Quedó muy malherido y fue trasladado por los asaltantes para ser expuesto como trofeo en la plaza de Torremenga donde muchos vecinos aún recuerdan sus gritos de dolor mientras se iba desangrado a consecuencia de una herida en el pecho y la rodilla destrozada. Murió en Talayuela donde fue enterrado en una fosa clandestina cuando era trasladado hacia Navalmoral de la Mata para ser interrogado.
*Valerio Serradilla Serradilla (a) “Coto”, de 34 años, albañil y carpintero, natural de Aldeanueva de la Vera y vecino de Garganta la Olla (Cáceres).
Pertenecían a la 12ª División de guerrilleros, encuadrada en la 1ª Agrupación del Ejército Guerrillero Extremadura-Centro.
En el enfrentamiento en el monte, hubo una muerte más, la del guardia civil, Antonio Delgado Ariza, del puesto de Jaraíz de la Vera, natural de Ariza (Zaragoza) cuyos restos recibieron el homenaje, el reconocimiento oficial y una digna sepultura. En cambio, los guerrilleros muertos fueron catalogados como “bandoleros” y “malhechores”, despojando de su compromiso ideológico con la defensa del régimen democrático de la II República y con la guerrilla antifranquista y, por ello, arrojados a una fosa común como forma de humillación.
Solo les incautaron una vez muertos, ropa, mantas, 4 escopetas de dos cañones, 1 canana con 9 cartuchos de calibre 12 y 3 de calibre 16, y 4 cananas con diez cartuchos vacíos.
Su sacrificio permitió que sus otros cuatro compañeros de guerrilla pudieran huir y salvar la vida.
-Una exposición rescata los primeros días de la Guerra Civil en Vitoria.
Exposición: ”VG 1936ko (G)UDA”. Durante todo el mes de diciembre.
Conferencia: “Artistas alaveses en el caos de la guerra”. 4 de diciembre a las 19:00.
Conferencia: “Campo de batalla olvidado: restos arqueológicos del frente alavés de 1936”. 11 de diciembre a las 19:00.
Conferencia: “Vitorianos en los campos de concentración del nazismo (1940-1945)”. 18 de diciembre (miércoles) a las 19:00.
Todos los actos en el Centro Cívico Aldabe.
Visita guiada: «VG 1936 Un verano en Guerra». El 21 de diciembre, 11:00 h desde la estación de tren, con recorrido por la calle Dato, Plaza Nueva, Mateo Moraza, Balcón de San Miguel y Montehermoso.