Movimiento obrero. Su brutal situación:
Morir en el tajo:
-Dos años de lucha contra el terrorismo patronal
La Plataforma “Xusticia para Unai”denuncia que solo en Galicia han muerto cerca de 3.000 trabajadores ”en accidentes laborales.
Paco Cela Seoane / Plataforma “Xusticia para Unai”
Publicado en la revista El Otro País n.º 112, nov-dic 2024.
La Plataforma “Xusticia para Unai” ha vuelto a movilizarse para denunciar un terrorismo patronal que bajo el eufemismo de “accidentes laborales” se cobra la vida de dos trabajadores al día. Desde febrero de 1996 a junio de 2024 sólo en Galicia se produjeron 2.729 muertes por esta causa y en el conjunto del Estado la friolera de 24.561 fallecidos en accidentes de trabajo. Esta es la riada de sangre obrera que cimenta los estratosféricos beneficios empresariales.
La Plataforma ha hecho balance de estos dos años de actividad y por qué y para qué nació. Unai Martínez murió el 29 de marzo de 2022, tras el accidente acontecido 3 días antes en la Refinería de Repsol en A Coruña. Al correr la noticia, el tanatorio se fue llenando de gente: su mujer, sus padres y hermanos, compañeros y amigos. Rostros crispados, miradas llenas de ira, de odio, de rabia, una marejada que no se podía contener. El dolor crecía entre los puños que golpeaban el aire, una voz clamó “y vamos a quedarnos de brazos cruzados sin darle una respuesta a estos asesinos sin escrúpulos”.
De esta forma espontánea, con el boca a boca, se convocó una marcha a las puertas de la Refinería. Riadas de gente, bengalas que prendieron la noche con el fuego del orgullo de ser clase obrera. Al llegar a las puertas de la Refinería, salieron los obreros compañeros de Unai y en ese momento se desató un aplauso atronador, acompañado de una emoción desbordada con gritos de “Unai siempre con nosotros”, “Repsol, Nervión asesinos”, “ni un solo obrero más sacrificado en el altar del capital”.
Para darle continuidad a la lucha tuvimos que organizarnos. Así es como nació la Plataforma. Y en estos 2 años se han colocado pegatinas, carteles, pancartas, planificado marchas a la Refinería, concentraciones en los juzgados, en el Obelisco, se han dado charlas, organizado conciertos, se ha acudido a manifestaciones por la Sanidad y la Educación Pública, por unas pensiones dignas, por Palestina, en solidaridad con otras luchas obreras y no hemos cesado de denunciar el Terrorismo Patronal.
Tras una intensa campaña de agitación y denuncia, pisando calle, hablando con la gente, haciendo charlas, empapelando A Coruña y alrededores con pegatinas, carteles y pancartas que se extendió a Vigo, Santiago, Ourense, Lugo, Bilbao, Vallekas, Sevilla y un largo etcétera, la Plataforma convocó el 18 de octubre de este año a las 9 de la mañana una concentración frente a los juzgados a la que acudieron 50 personas. Y a las 8 de la tarde a las puertas de la Refinería se concentraron algo más de 200 personas. Se desplegaron 9 furgonas de la policía y 3 dotaciones de la Guardia Civil para “vigilar” la manifestación. Por su parte, Repsol cambió los turnos para que los obreros no coincidiesen con la movilización.
Con anterioridad Repsol le había ofrecido a la familia una muy suculenta indemnización a cambio de retirar la denuncia. La respuesta de la madre de Unai los puso en su sitio: “Pero que se cree esta gentuza. La sangre de mi hijo no esté en venta”.
*Fue un puto asesinato
Y somos nosotros los que acusamos, al igual que Xavi en Catalunya y miles de trabajadores, que lo de Unai no fue ningún accidente ¡fue un puto asesinato! Por no tener un camión parado y ahorrar unos miserables euros, Nervión a exigencia de Repsol le dio la orden a Unai y a su compañero de realizar un trabajo que estaba programado para el martes siguiente y por otra empresa.
Les mandaron abrir las tapas de una canalización a pecho descubierto, sin facilitarles los equipos obligatorios de respiración autónoma. De esta forma, cuando Unai abrió la tapa recibió a quemarropa los chorros de ácido sulfhídrico; al instante se desplomó en el suelo. A este ASESINATO, así con mayúsculas, tienen la poca vergüenza de llamarlo accidente.
¿Cómo le llaman al hecho de que una Refinería del tamaño de la de A Coruña no contase con una mísera ambulancia? ¿Y que tuviesen que ser los propios compañeros de Unai los que realizaran las labores de auxilio mientras la ambulancia tardaba 40 eternos minutos?
Pero el colmo de la desvergüenza fue que los sindicatos, a excepción de la Confederación Intersindical Galega (CIG), firmaron la declaración de Repsol en la que se responsabiliza a Unai y a su compañero del trágico accidente. No, no nos vamos a callar. No, no nos vamos a cansar y tampoco vamos a parar. Es una lucha justa y necesaria porque literalmente nos va la vida en ella. La Plataforma va a permanecer en el seno del movimiento obrero y popular, va a hacer gala de su antifascismo y va a mantener su carácter asambleario, amén de situarse al margen y en contra del entramado institucional del fascismo.
Somos conscientes que ese entramado esconde una falsa e hipócrita fachada democrática de la que forman parte los sindicatos y una izquierda servil, domesticada y cobarde. Legítimamente vamos a utilizar todos los métodos de lucha a nuestro alcance para que el asesinato de Unai en Galicia y Xavi en Catalunya no queden impunes, para que toda esta banda de terroristas de cuello blanco y criminales sin escrúpulos no puedan seguir enriqueciéndose a costa de derramar sangre obrera a manos llenas.
Necesitamos la solidaridad de nuestra clase para que su voz se una a la nuestra y no deje de gritar.
¡Xavi y Unai siempre con nosotros!
¡Contra el terrorismo patronal, lucha obrera y popular!
¡Muerte al Capital!
*Xavi fue engullido por una máquina en Cataluña en 2021
Así lo contó Carlos, su compañero de trabajo: “Cuando miré la máquina ya estaba engullendo las piernas de Xavi“.
El joven obrero, Xavi Cayuela, de 19 años, falleció mientras trabajaba en la fábrica CIDAC, de Cornellà de Llobregat, el 30 de abril de 2021. El momento que describe uno de los familiares del joven no solo es terrible, sino que no debería haber sucedido. “La máquina no se paró, como debe ocurrir ante un accidente. Tendría que contar con medidas de seguridad que la detengan”, explica Elías Franco, abogado de la familia, que denuncia la responsabilidad de la empresa en la muerte del chico.
“Las máquinas no disponían de sistema de seguridad, ni sensor ni nada, para que en caso de accidente, frenaran. Son máquinas muy muy antiguas, la fábrica está en condiciones inhumanas, además de por la falta de seguridad, a nivel sanitario, estábamos trabajando entre ratas”, aseguró el trabajador Ángel Figueras. “Cuando llegas ahí, no te dan ninguna formación, ni de riesgos laborales ni de nada. Te ponen al lado a mirar cómo funciona, cómo trabajan otros compañeros y luego lo haces tú. Es lo que hay y lo haces”, contó el mismo joven.
Amigo del fallecido y extrabajador de la fábrica CIDAC, el propio Ángel Figueras explicó que dejó de trabajar en la planta el pasado diciembre por “estrés” y las malas condiciones laborales. Llevaba “seis meses” con jornadas “de 12 horas: de las seis de la mañana a las seis de la tarde, de las dos del mediodía a las dos de la madrugada y de seis de la tarde a seis de la madrugada. Eso es lo que había, 12 horas de jornada cada día”.
Tras la tragedia, Inspección de Trabajo acreditó graves déficits en los sistemas de seguridad y “un claro riesgo laboral”, por lo que le impuso la infracción más alta, 328.460 euros.