Memoria histórica imprescindible:
-Robo de bebés
La Justicia extiende también la impunidad sobre el robo de bebés.
Fueron más de 30.000 niños los apartados de sus madres, entre 17 de julio de 1936 y el 31 de diciembre de 1951, sin que haya sido posible saber que fue de ellos.
Andreu García Ribera en la revista El Otro País n.º 112.
Primero el franquismo arrancó a miles de niños y niñas de sus madres como castigo por su afección al gobierno republicano, después como castigo a chicas cuyo comportamiento moral no casaba con el modelo de mujer nacionalcatólica, más tarde continuó por el ánimo de lucro de médicos, curas y monjas. Sin el concurso del Estado y de la Iglesia Católica no habría sido posible este robo sistemático de seres humanos que se extendió hasta comienzos de la década de los 90. Hoy siguen amparando este crimen jueces y fiscales que se escudan en la prescripción y la falta de pruebas mientras las familias afectadas viven una tortura permanente. En el cementerio de Alicante en cuarenta años 8.076 bebés fueron inhumados en fosas comunes lo que nos puede dar una cifra dantesca de sustracciones.
Entrevista a Paco Alarcón, secretario de la Asociación Víctimas de Alicante de Bebés Robados y Adopciones Irregulares, quien lleva años de ímprobo trabajo de investigación y denuncia.
-Pregunta.- ¿Cuándo constituisteis la Asociación y cuál fue el motivo que os impulsó a asociaros?
Respuesta.- El acta fundacional se realizó el 10 de julio de 2013 y la primera exhumación en el cementerio de Alicante se hizo en el año 2011 buscando los restos de la hermana melliza de nuestra presidenta con el resultado de que no había nada en la caja. Este caso, y las sospechas de varias familias de que el suyo tenía muchas similitudes, fue lo que nos motivó a crear la asociación.
-P.- ¿Qué año comenzó el robo sistemático de los hijos e hijas de los vencidos?
R.- Finalizando la guerra ocasionada por el golpe de estado del dictador Franco, las cárceles se llenaban con personas leales a la república entre las que había miles de mujeres republicanas o simplemente esposas, madres o hermanas de republicanos. Muchas de ellas tenían hijos pequeños o estaban embarazadas y dieron a luz en la cárcel. Estos niños permanecían con sus madres hasta los tres años de edad. Según el auto del Juzgado Central de Instrucción n° 5 de la Audiencia Nacional de 18 de noviembre de 2008, fueron más de 30.000 niños los apartados de sus madres en la etapa que va de 17 de julio de 1936 a 31 de diciembre de 1951.
-P.- ¿Se extendió hasta muy tarde en el tiempo?
R.- En nuestra asociación tenemos testimonios hasta finales de los años 80 y principios de los 90 aunque la mayoría de los casos que tenemos registrados son de los años 60 hasta principios de los 80.
-P.- ¿Existen datos globales sobre el número de bebés robados?
R.- No hay ni estudio ni estadística que determine el número de bebés robados ni de bebés separados de sus madres forzosamente por coacción. Este tema de bebés robados es uno de los menos estudiados e investigados sobre la dictadura franquista hasta los años noventa.
-P.- Concretamente en el cementerio de Alacant habéis hecho una minuciosa investigación sobre el número de inhumaciones de bebés fallecidos desde enero de 1951 hasta diciembre de 1990 y parece ser que el número es impresionante.
R.- Así es. Esta falta de información y de investigación ha motivado a nuestra asociación a realizar una investigación sobre inhumaciones de fetos y bebés en el cementerio de Alicante. Partimos de la base de que en los años 2011, 2012 y 2013 se realizaron tres exhumaciones en fosas comunes ordenadas por el fiscal de menores de Alicante ante indicios presentados por familiares. Las tres exhumaciones dieron resultado negativo. En la de 2011, la caja estaba vacía; no había restos del bebé de dos días de vida de la hermana melliza de nuestra presidenta. En la de 2012 se encontró la caja con los restos del bebé que se inhumó en 1982. No había duda de esos restos porque se identificó la caja y el vestido que le puso su madre la noche anterior, confeccionado por ella misma al igual que el de su hermana gemela. La prueba de ADN demostró que este bebé no era de la familia, con lo que queda demostrado el cambio de una gemela por otro bebé moribundo. En la de 2013 se encontró la caja que debía contener los restos del bebé de dos días de vida al que su madre había tenido a su lado en la habitación del hospital, hasta que se lo llevaron para hacerle una prueba, y ya no lo volvió a ver. Se encontró un sudario, que contenía la pulsera del hospital que se coloca al bebé al nacer; pero, en lugar de sus restos, estaban los de un brazo amputado a un adulto. En el año 2021 en una exhumación buscando restos de represaliados del franquismo en una fosa común, aparecieron restos de una caja de bebé pero, en lugar de contener restos del mismo, contenía trozos de ladrillo simulando el peso del bebé. Estos datos nos interpelaban para conocer qué se encontraba en las más de trescientas fosas comunes entre las parcelas 12 y 19 del cementerio de Alicante. Se consultaron todos los libros donde se registraban las inhumaciones realizadas en el cementerio diariamente. Nos centramos en el período de 40 años comprendido entre enero de 1951 y diciembre de 1990. El resultado obtenido ofrece una cantidad de interrogantes que cabe resolver. Hemos contabilizado un total de 10.276 inhumaciones de fetos y bebés (se considera feto a un bebé que no ha sobrevivido más de 24 horas) de las que 8.072 (79%) se realizaron en las fosas comunes de estas dos parcelas, mayoritariamente en la número 12. Estas cifras alarman emocionalmente a todas las familias a quienes les dijeron que su bebé había fallecido y fue enterrado sin que pudieran verificar su muerte porque nunca le mostraron el cadáver. En AVA nos preguntamos que, si ya conocemos cuatro casos demostrados de que el bebé no está enterrado, ¿cuántos más hay como ellos entre estos 8.072 que constan inhumados en estas fosas comunes?
-P.- En la mayoría de los casos ¿la inhumación de los bebés muertos en fosas comunes se realizó sin consentimiento de la familia?
R.- Todos los casos que nos llegan a nuestra asociación coinciden en que nunca les permitieron ver el cuerpo fallecido del bebé. Todas las familias que nos relatan su experiencia nos dicen que no les permitían llevárselos a su pueblo para enterrarlos en nichos familiares. Incluso a familias de Alicante, que disponían de nichos en este mismo cementerio, no se les permitía enterrarlos en ellos. Todos se enterraron en las fosas comunes. El caso de Laura (la madre que encontró el brazo de adulto en lugar de los restos de su hijo) es muy significativo: el padre del bebé quería llevárselo a Villena pero le dijeron que o se enterraba en una fosa común del cementerio de Alicante o se quedaba en el hospital para investigación.
-P.- ¿Pensáis que una parte de estos bebés inhumados no están en las fosas porque fueran vendidos?
R.- No tenemos todavía ningún caso que pueda dar respuesta a esta pregunta, es decir, ya conocemos estos casos de engaño sobre el bebé fallecido, lo que no sabemos es cuál fue el destino de estos bebés ni en qué condiciones se dio a otras familias, supuestamente. Testimonios de personas adoptadas irregularmente e ilegalmente nos dicen que pagaron dinero por obtenerlos en adopción. En muchos casos fueron registrados como hijos biológicos de las familias adoptivas realizando así la ilegalidad en falsificación documental.
-P.- ¿Quiénes participaron en este lucrativo y macabro negocio?
R.- En España sólo ha habido un juicio sobre este tema, el celebrado en Madrid en el año 2018 contra el doctor Vela. Este ginecólogo fue absuelto. El tribunal consideró probado que el doctor cometió los hechos delictivos, pero que estos deben considerarse prescritos. También estaba denunciada por el mismo motivo la monja Sor María, que no llegó a ser juzgada porque se recibió la notificación de su fallecimiento. Todo lo que tenemos son indicios sobre los relatos que cuentan las víctimas; relatos que se repiten y coinciden en sus perfiles por todo el Estado español, que nos hacen sospechar de profesionales sanitarios, monjas, funcionarios, etc. Todos con la impunidad que les daban las instituciones públicas y privadas donde se realizaban las entregas de los bebés, así como la falta de legislación para evitar esta trata de bebés.
-P.- En cuatro casos que habéis hecho la exhumación, o no hay restos o no se corresponden con el ADN de la familia ¿Se han presentado denuncias? ¿Cuál ha sido la conducta de jueces y fiscales hasta ahora ante estas evidencias?
R.- Las tres exhumaciones realizadas fueron acompañadas de las correspondientes denuncias: dos de ellas están archivadas, porque al no haber cuerpo no hay delito que investigar, aunque se dé al bebé como desaparecido. Hay un caso que todavía está abierto en un juzgado de Alicante; pero no avanza de ninguna manera, aunque se recurren los autos de archivo para que permanezca abierto y se exija investigación, ya que el delito se cometió en el año 1982 y todavía viven personas que pueden testificar en el mismo. El caso del ataúd con restos de ladrillo, la Conselleria de Memoria Democrática del anterior gobierno valenciano (que era quien realizaba la exhumación) lo llevó al juzgado pero la denuncia no se admitió por falta de pruebas. Al principio, el fiscal que instruyó las tres exhumaciones parecía que daría curso a los juzgados por el delito de robo de bebés pero no fue así. Casualmente este fiscal fue trasladado a otro destino y dos casos fueron archivados. Las demás denuncias presentadas por nuestras asociadas no han sido admitidas por falta de pruebas o por prescripción de los posibles delitos.
En febrero de este año 2024 nuestra presidenta María José Picó, asistida por el equipo jurista de CEAQUA (Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina), interpuso la primera querella criminal por delitos de detención ilegal, secuestro con desaparición, falsedad, crimen de desaparición forzada, y todo ello en un contexto de crímenes contra la humanidad, debido a la desaparición de su hermana melliza en marzo de 1962 en el Hospital General de Alicante. Los padres nunca vieron el cuerpo de la niña, supuestamente fallecida, y, en las investigaciones realizadas por Fiscalía, nunca se encontraron restos de ADN.
-P.- Como Asociación ¿qué actuación demandáis a las instituciones públicas?
R.- Las instituciones públicas deberían ser las que resolvieran todas nuestras demandas. Por tercera vez tenemos en trámite parlamentario una Proposición de Ley sobre «bebés robados» en el Estado español: desaparición forzada de menores. Las dos veces anteriores no finalizó su trámite parlamentario por disolución de las Cortes Generales al convocar elecciones. Nuestra causa requiere que dispongamos de esta ley para que se investigue y se haga todo lo necesario para encontrar la verdad y la reparación a las víctimas.
Por otra parte y en cuanto a nuestra asociación, solicitamos a la institución que corresponda que se exhumen las parcelas 12 y 19 en búsqueda de la verdad. Es necesario conocer cuántos bebés realmente fallecieron y están enterrados en estas fosas comunes y entregárselos a las familias y, en el caso de que no se encuentren, tomar las muestras de ADN familiares e informar a la ciudadanía de estos hechos, para que toda persona que sospeche ser adoptada o descendiente de una persona adoptada, pueda entregar una muestra de ADN y se puedan realizar los encuentros entre familiares biológicos.
Todas las familias somos víctimas de las inhumaciones en fosas comunes: las que ya saben que sus bebés no están enterrados y sufren la tortura de no conocer su destino y, por otra parte, el resto de familias que viven con la incertidumbre de no conocer la verdad sobre si sus bebés murieron o se los robaron. Es de justicia resolver esta situación.