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Memoria histórica imprescindible:
-89 Aniversario del Frente Popular.
El 16 de febrero se cumplen 89 años de la victoria del Frente Popular en las elecciones de 1936, la últimas verdaderamente democráticas que hemos conocido en España.
No podemos dejar pasar este aniversario sin recordar a los trabajadores, a la juventud revolucionaria y a todos los demócratas de verdad el extraordinario significado de aquella fecha que, aún hoy, sigue plenamente vigente. Los fascistas iniciaron una sangrienta guerra civil el 18 de julio de 1936 para liquidar las grandes conquistas obtenidas gracias a la victoria electoral del Frente Popular y, en primer lugar, la liberación de todos los presos políticos.
El 16 de febrero de 1936 la naturaleza política de la IIª República dio un vuelco: lo que el 14 de abril empezó siendo sólo una esperanza, un sueño para las masas oprimidas que la burguesía trató de utilizar para engañarlas y seguir con su opresivo festín, se convirtió en una realidad, en una República Popular al servicio de los trabajadores, la República de la libertad, la de la tierra para la que la trabaja.
No hubiera sido posible resistir tres años de terrible guerra civil si las amplias masas no hubieran estado absolutamente convencidas de que, por fin, aquella sí era su República, no la de los señoritos, no la de los curas, no la de los explotadores; no hubiera sido posible si el Frente Popular no hubiera unido en un solo puño de hierro a todos los antifascistas, a los republicanos, a los socialistas, a los anarquistas, a los independentistas y a los comunistas.
Todos los oprimidos, los que durante negras décadas habían sido explotados y perseguidos, sintieron aquella victoria electoral como algo propio: por fin habían ganado, por fin se habían sacudido de encima a la España negra, la de los caciques y los oligarcas. Éstos se tuvieron que pasar entonces a las filas del terrorismo y el golpismo y, por su parte, el pueblo tuvo que defenderse durante tres años de una feroz agresión, tratando de convertir la victoria electoral en una victoria militar.
Desde entonces en este país no hemos vuelto a conocer lo que es la libertad y lo que es la democracia. Hoy hay quien dice combatir la democracia porque combate al actual Estado. Sin embargo, este Estado no es en absoluto democrático; sigue siendo un Estado engendrado por los fascistas después de tres años de guerra civil. Como en los peores años, los explotadores siguen en el poder por el miedo y el terror que siembran cada día entre los trabajadores. Por eso sigue siendo imprescindible y necesario defender las conquistas que permitan a los trabajadores organizarse para abrir una brecha en ese blindaje de cartón del que se ha rodeado el régimen actual.
El fascismo no es todopoderoso, como aparenta; si resistimos, si nos unimos, es posible derrotarle, y hacerle retroceder. La República Popular que nuestro Partido propugna, resume y simboliza esa batalla que, por lo demás, está hoy indisolublemente vinculada a la batalla por el socialismo.
Por eso, ante este aniversario, al igual que en febrero de 1936, nuestro Partido lanza un llamamiento a forjar entre todos la unidad más estrecha en torno a unas reivindicaciones mínimas y a crear y reforzar las organizaciones populares que sean necesarias para lograrlas. En primer lugar, debemos luchar por liberar a todos los presos políticos antifascistas en España y en Francia, exigir el cierre de los sumarios y expedientes abiertos, así como la anulación de todas las extradiciones reclamadas.
Debemos reclamar la derogación de las leyes represivas, de la ley de partidos políticos, de la ley antiterrorista, de la Audiencia Nacional.
Debemos exigir el pleno reconocimiento de todos los derechos de las nacionalidades oprimidas, fomentar su idioma, su cultura y su territorialidad.
Debemos conquistar el pleno reconocimiento de todos los partidos, sindicatos y organizaciones populares, así como su derecho a reunirse, manifestarse y expresarse libremente.
Debemos salir de la OTAN y de cualquier bloque militar imperialista, oponernos a las guerras de agresión y preservar la paz y la amistad entre todos los pueblos.
Debemos separar a la Iglesia católica del Estado y, especialmente, del sistema educativo, que tiene que ser único y gratuito…
Seguro que nos hemos olvidado de muchas otras reivindicaciones; seguro que tú las formularías mejor; y seguro que tú mismo eres capaz de ponerte en marcha, organizar su difusión, unirte con tus colegas, crear comités, convocar actos, proyectar vídeos y documentales, programas de radio… Ahora no es el momento de los debates estériles sino el de unirnos todos en torno a un programa y a unas consignas para la lucha, para hacer retroceder al régimen.
Lo que nosotros decimos hoy es que toda esta amplia lucha se resume en la consigna de la República Popular y que esto ni es un sueño ni tampoco está lejano. Son ellos, los fascistas de toda la vida, los que sueñan si creen que van a seguir eternamente como están. Por nuestra parte, nosotros tenemos una confianza ilimitada en nuestra clase, en el proletariado y estamos absolutamente convencidos de que se va a levantar contra sus enemigos de siempre. Así ha sido en el pasado y así será en el futuro. Por eso, ¡hay que estar preparados!
¡Viva la República Popular!
¡Adelante el movimiento de resistencia antifascista!
¡Hagamos retroceder al régimen!
¡Vosotros fascistas sois los terroristas!
¡Conquistemos las plenas libertades democráticas!
PCE(r)
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-Cultura laica.
Los calendarios laicos: desde los almanaques al científico escolar del CSIC.
La tradición de los calendarios científicos y laicos, como el del CSIC, está ligada a la irrupción en la historia de la humanidad de derechos como la justicia, la igualdad y la libertad, el fundamento de los derechos humanos. Inspirado en los principios de la Revolución Francesa -Liberté, Égalité, Fraternité- el “Calendario revolucionario” fue elaborado por el matemático Gilbert Romme, con la colaboración de los astrónomos Joseph-Jerôme de Lalande, Jean-Baptiste-Joseph Delambre y Pierre-Simon Laplace. El poeta Fabre d’Églantine dio nombre a sus meses y días. Fue adoptado como calendario oficial por la Convención Francesa y mantuvo su vigencia entre los años 1792 y 1806, el 1 y 14 de la nueva era. Fue abolido por Napoleón y de nuevo implantado tras su derrocamiento. También estuvo vigente durante la Comuna de París, pero de forma muy efímera. Según este calendario, actualmente estaríamos en el año 233.
Las referencias mitológicas y religiosas del calendario cristiano-gregoriano, con meses como junio, julio o agosto, nombrados así en honor a Juno, Julio César o Augusto desaparecieron en este otro revolucionario, sustituyéndolas por menciones a la naturaleza, con el inicio del año en el equinoccio del otoño y no a inicios del invierno. Los nombres de cada uno de los meses refieren fenómenos naturales y climáticos, muchos de ellos relacionados con las tareas del campo, como Vendimiario, mes de la vendimia (septiembre-octubre), Brumario, mes de brumas y neblinas (octubre-noviembre), Frimario, mes de la escarcha, (noviembre-diciembre), Nivoso, mes de las nieves (diciembre-enero), Pluvioso, mes de las lluvias (enero-febrero), Ventoso, mes de los vientos (febrero-marzo), Germinal, mes de la primavera, cuando todo germina (marzo-abril), Floreal, mes de las flores (abril-mayo), Pradial, mes de la pradera (mayo-junio), Mesidor, mes de las mieses (junio-julio), Termidor, mes termal, del calor (julio-agosto), Fructidor, mes de las frutas (agosto-septiembre).
Como todos los años, a inicios de él, el Calendario Científico Escolar del CSIC llega a algunos centros educativos de España, un calendario de pared que, a diferencia de los tradicionales, no incluye el santoral católico, sino un elenco de nombres de mujeres y hombres relacionados con las ciencias en todos sus ámbitos, hitos históricos que contribuyeron al avance de la humanidad o la preservación del planeta, efemérides de carácter científico, reseñas sobre proyectos pioneros y acontecimientos de carácter laico, todo ello con un lenguaje no sexista, inclusivo y divulgador. Su objetivo, como afirmó el impulsor de la idea, Pablo Gutiérrez Toral, doctor por la Universidad de León, investigador del CSIC y miembro de Europa Laica, asociación que apoyó el proyecto desde el primer momento, es el de fomentar la cultura científica en las aulas, promoviendo las vocaciones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), empleando un especial énfasis “en asegurar la visibilidad de las mujeres científicas y tecnólogas, para poner a disposición del alumnado referentes que promuevan las vocaciones científico técnicas entre las niñas y adolescentes”. En 2019, con el apoyo del Instituto de Ganadería de Montaña (CSIC), ubicado en León, y el decidido empeño de Asturias Laica y Europa Laica, el calendario se planteó como un proyecto de divulgación científica. Para ello se solicitó ayuda a la Fundación Española de Ciencia y Tecnología.
El calendario, que se comenzó a elaborar en 2020, cuenta con una versión online, que incluye enlaces del CSIC para realizar diversas actividades didácticas según las efemérides, dirigidas a educación primaria y secundaria. De excelente y muy manejable formato, acorde con los principios de accesibilidad y diseño universal, cada año mejora con algún nuevo contenido que lo hace más accesible y útil para la comunidad escolar, permitiendo además su aplicación en otros ámbitos de la sociedad, no solo educativos. En 2023, por ejemplo, su cuarto año, incluyó como novedad un recurso de apoyo para alumnado con dificultades en la competencia lectoescritora. La versión online del calendario dispone de ficheros ICAL, que permiten su integración en aplicaciones como las de Google Calendar, Outlook, Apple Calendar, así como archivos TTS Reader, lectores de texto con voz. Está disponible, además, en 11 idiomas: castellano, gallego, asturiano, euskera, aragonés, catalán, inglés, esperanto, árabe, portugués y farsi. También en Braille…
–https://serhistorico.net/2025/02/12/26723/
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–Miguel Hernández
De “El HAMBRE”
Tened presente el hambre: recordad su pasado
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.
El hambre paseaba sus vacas exprimidas,
sus mujeres resecas, sus devoradas ubres,
sus ávidas quijadas, sus miserables vidas
frente a los comedores y los cuerpos salubres.
Los años de abundancia, la saciedad, la hartura,
eran sólo de aquellos que se llamaban amos.
Para que venga el pan justo a la dentadura
del hambre de los pobres aquí estoy, aquí estamos.
Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.
Años del hambre han sido para el pobre sus años.
Sumaban para el otro su cantidad los panes.
Y el hambre alobadaba sus rapaces rebaños
de cuervos, de tenazas, de lobos, de alacranes.
Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas,
cicatrices y heridas, señales y recuerdos
del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.
Por haber engordado tan baja y brutalmente,
más abajo de donde los cerdos se solazan,
seréis atravesados por esta gran corriente
de espigas que llamean, de puños que amenazan.
No habéis querido oír con orejas abiertas
el llanto de millones de niños jornaleros.
Ladrábais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas
a pedir con la boca de los mismos luceros.
En cada casa, un odio como una higuera fosca,
como un tremante toro con los cuernos tremantes,
rompe por los tejados, os cerca y os embosca,
y os destruye a cornadas, perros agonizantes.
El hambre es el primero de los conocimientos:
tener hambre es la cosa primera que se aprende.
Y la ferocidad de nuestros sentimientos,
allá donde el estómago se origina, se enciende…