
Revolución, Resistencia y memoria
Patrimonio de La Humanidad
Xabier Peñalver. Txalaparta 2022.
República Socialista de Vietnam (II de IV)

-Aldea y Museo de My Lai, en Son My.
La aldea se localiza a 14 km de Quang Ngai en dirección a Danang y en ella tuvo lugar una gran matanza por parte de las tropas estadounidenses el 16 de marzo de 1968.

El segundo teniente William Laws Calley y su sección violaron a las mujeres y niñas, mataron al ganado y quemaron la totalidad del poblado; a los supervivientes los concentraron en una acequía y fueron todos ellos ejecutados (ancianos, mujeres y niños) y arrojados a unos pozos a los que lanzaron granadas. La cifra de fallecidos se eleva a 504, 182 de ellos mujeres, 17 de ellas embarazadas, y 173 niños. De esta matanza no hubo información hasta el 3 de noviembre de 1969, fecha en que se publicaron fotografías del hecho del fotógrafo estadounidense del Ejército Ronald L. Haeberle. El conocimiento del crimen conmocionó a la población estadounidense y al resto del mundo. El mando que dirigió la masacre permaneció tres años bajo arresto domiciliario, siendo indultado por el presidente Richard Nixon.
En el lugar se ha construido un memorial en el que destaca el edificio central con amplía documentación, una estatua conmemorativa y los espacios que ocupaban las viviendas, así como algunas reconstrucciones; también se conserva el canal. El complejo fue inaugurado en 1992.

-Túneles de Cu Chi, en Ho Chi Minh.
Se trata de un amplio sistema de túneles conectados entre sí dentro del distrito de Cu Chi, a 40 km de la ciudad de Ho Chi Min, construidos durante la guerra que Vietnam libró frente a Estados Unidos. Estas estructuras subterráneas permitieron a los vietnamitas desarrollar una forma de lucha difícil de contrarrestar por el enemigo. Utilizadas por el Viet Cong en su lucha contra los invasores, fueron cavadas con palas y en su interior contaban con centros de mando, salas de conferencias, almacenes, quirófanos, cocinas y fábricas de ropa, entre otras cosas.

Perfectamente camuflados en el terreno, estos túneles demuestran el valor y la ingeniosidad de los vietnamitas frente a un enemigo infinitamente superior en fuerza armamentística y tecnológica, permitiéndoles atacar y desaparecer bajo tierra a continuación. Por otra parte, las pequeñas dimensiones de las galerías dificultaban, en caso de penetrar los norteamericanos, su movimiento.
La red de túneles de Cu Chi alcanzaba los 300 km de desarrollo y el FLN contó para su construcción con la población vietnamita. Los estadounidenses levantaron una gran base en la zona, envenenaron pozos de agua y reunieron a los campesinos en las llamadas “aldeas estratégicas” con el fin de neutralizar a las guerrillas. Además, emplearon unos cuerpos especiales, “las ratas de los túneles”, que utilizaban gases tóxicos y lacrimógenos, a lo que los guerrilleros respondieron sellando e impermeabilizando las galerías. Los bombardeos sistemáticos de los B52 sobre la zona de túneles a partir de 1969 destruyeron muchos de ellos, aunque tras largos años de actividad de estas estructuras.

-Prisión de Hoa Lo, en Hanói.
Este lugar sirve de homenaje a los vietnamitas que lucharon contra el colonialismo. La prisión fue levantada por los franceses en 1896 en el lugar que ocupaba un pueblo de ceramistas que fue destruido por los colonizadores. Una gran parte del recinto penitenciario original fue derribada en 1990, habilitándose la parte conservada como museo.

En sus distintas plantas se rememoran las sucesivas etapas coloniales por las que ha pasado el pueblo de Vietnam. La dominación francesa está representada con las torturas y su guillotina y la etapa de la invasión estadounidense mediante documentos gráficos que nos acercan el dramatismo de aquellos años. Destacan en el recorrido las celdas, espacios específicos para los condenados a muerte y la representación con numerosas figuras humanas encadenadas con grilletes en los pies a sus camastros. La prisión, que en el momento de su construcción estaba prevista para 450 presos, fue ocupada simultáneamente en la etapa colonial francesa por más de 2.000, manteniendo a los presos políticos hacinados. La masiva utilización de la guillotina está documentada en las terroríficas fotografías del momento: cabezas humanas cortadas colocadas en cestos de mimbre.
A lo largo de la guerra contra Estados Unidos esta prisión de Hanói fue utilizada por los vietnamitas para encarcelar a numerosos pilotos capturados en los combates, y a pesar de que los prisioneros llamaban a este lugar irónicamente como Hanói Hilton, pueden verse en el museo imágenes de estos detenidos jugando a baloncesto o al ajedrez, a diferencia de lo que ocurrió cuando el recinto estaba en manos francesas y los presos eran los vietnamitas que luchaban por la libertad de su país.