
Muro de solidaridad y denuncias:
Terrorismo de Estado:
-Belén Hammad Gómez, la policía infiltrada que era «la militante perfecta».
Entrevista a una miembro del Casal Popular Tres Voltes Rebel, un espacio donde esta infiltrada estuvo “militando”
B.A.G. son sus verdaderas iniciales.
…-Para quien no se haya enterado, ¿quién era la conocida como “Belén Hamad”, en realidad policía?
Belén era una chica joven de origen palestino que supuestamente venía de Madrid y que, por motivos de trabajo, la habían trasladado a Barcelona. Estaba viviendo en Sants, pero a raíz de una formación que hicimos en el Casal Popular 3 Voltes Rebel, ella un día saca la cabeza por allí, hace la formación, empieza a vincularse con gente y llega un momento en el que manifiesta que se siente cómoda en Nou Barris porque conoce gente y en su distrito no. Acaba haciéndose socia del casal y, un tiempo más tarde, militando en Endavant.
Su puerta de entrada fue que venía recomendada y acompañada por las compañeras de la comunidad palestina y la Coalició Prou Complicitat amb Israel. Nosotros somos una organización acogedora y la recibimos con los brazos abiertos.
Un tiempo después, ella dejó de aparecer y fue cuando, tras ver el documental ‘Infiltrados’ en TV3, hubo unas compañeras a las que se les empezaron a despertar algunas suspicacias porque vieron patrones y modus operandi similares al que se explicaba de los infiltrados anteriores. Empezaron a tirar del hilo y encontraron cosas. Ahí fue cuando decidieron pasárselo a las compañeras de La Directa, que son quienes han hecho todo el proceso de investigación que ha terminado en destapar su verdadera identidad.
-¿Cómo funciona el Casal 3 Voltes Rebel? ¿Qué implicaciones tiene que se haya podido infiltrar en dicho espacio con lo que ello conlleva de aglutinador de diferentes movimientos sociales y políticos?
Sí. Entender eso es importante para que se comprenda la facilidad con la que ella aterrizó en nuestro espacio. Nosotros somos un casal popular autogestionado; no recibimos subvenciones del Ayuntamiento, sobrevivimos muy malamente con las cuotas de las socias y es un proyecto que aglutina diferentes colectivos y entidades, no solamente del distrito, sino también de la ciudad, y personas a título individual con diferentes sensibilidades políticas, pero con el objetivo común de hacer política municipal y de tratar de generar incidencia en la mejora de la calidad de vida de los vecinos y vecinas del distrito.
Entonces, claro, vocacionalmente es un proyecto de puertas abiertas, abierto a los vecinos y las vecinas. No solamente se hace trabajo político en el sentido más puro de la palabra, sino que también es un espacio social, cultural, de ocio, lúdico; lo mismo un día tienes un concierto o una exposición que tienes una reunión antifascista. Entonces, estamos hablando de que eso es abierto también al trabajo en red con otras entidades… Lo que os quiero transmitir es que el flujo de gente es diverso, variado y que muchas veces es habitual que venga gente que no reconoces quién es, porque al final son asambleas abiertas y, de hecho, nos alegramos cuando aparecen caras que no conoces, porque justamente lo que uno pretende es trabajar la extensión y que cuantos más seamos, mejor. Lo que te decía antes, era fácil que entrara.
-Lo que cuentas es muy interesante. Al final, en vuestro casal puedes estar en contacto con diferentes organizaciones y es algo muy potente en esos términos porque, siendo policía, puedes conocer cómo funcionan diversas organizaciones. Al interconectarse diferentes organizaciones en dicho espacio, para un policía infiltrado es mucha la información que puede obtener vulnerándose muchísimos derechos. Información que recae al final en ciertos sectores del Estado.
Bueno, es que… nosotras estamos muy enfadadas, porque al final toda esta manera de hacer es muy perversa. Es muy perversa porque, al final, en nuestros espacios, en nuestros entornos menos politizados, acabamos viéndonos nosotras teniendo que explicar que una policía nacional se nos mete en casa y hasta la cocina durante tres años. Al final, tú tienes que estar defendiendo y explicando que tú no estás cometiendo ningún delito, que tu máximo delito es querer estar organizada y defender tu derecho a estar asociada con gente de tu mismo entorno.
Es muy perverso, porque al final acabas viéndote obligada a explicar que tú no estás haciendo nada, que tú no te escondes de nada, que no estás cometiendo ningún delito. Entonces, nosotros… bueno, es que me gustaría que vinierais un día al Casal (risas); es un escaparate de barrio, puertas están abiertas, aunque nos muramos de frío, cortinas descorridas para que desde fuera cualquiera nos mire… No hay nada que se esconda allí dentro. Todo esto es muy perverso.
-Para quien conocía a esta policía infiltrada, ¿cómo era en lo personal? ¿Qué rasgos tenía, qué le caracterizaba?
Mira… estos días nos hemos reído mucho con esto porque era la perfecta militante. O sea, es la militante o hubiera sido la militante que cualquiera quiere tener en sus espacios: puntual, seria, responsable, comprometida, proactiva, siempre con los deberes hechos… Si se repartían documentos, ella venía con el documento leído. Cualquier actividad que había que hacer, ella siempre dispuesta a ser la primera en colaborar… La que hubiéramos tenido todos en nuestra casa. Esto a nivel de militancia.
A nivel personal, yo no tuve apenas relación con ella, pero las compañeras que sí lo tuvieron… pues buena compañera, amigable, cordial, simpática, acogedora, te invitaba a hablar cuando tenías algún problema para escucharte, para aconsejarte, para reconfortarte… Era la compañera ideal y la militante ideal.
Estos días, por ejemplo, nos decían: “Pero, ¿qué habéis hecho mal? ¿Qué habéis aprendido de todo esto?” y al final decíamos: “Mira, lo único que hemos aprendido es que no volveremos a aceptar a nadie que sea perfecto (risas)”. Necesitamos gente muy imperfecta porque los que son tan buenos no lo son (risas).

-En el ‘Manual para destapar a un policía infiltrado’ cuentan rasgos comunes, tácticas para poder investigar a través de la vida laboral, tarjeta sanitaria, etc. Explican también que muchos policías se alejan de estos entornos alegando motivos de enfermedad de algún familiar. ¿Os habéis visto reflejados en lo que cuentan en este manual?
Sí, sí. De hecho, fue eso lo que levantó la sospecha. O sea, ella llega justamente trasladada por su trabajo y marcha trasladada por su trabajo, alegando que, además, lo había aceptado porque así podía atender a su madre enferma. Es que el modus operandi es el mismo. De hecho, fue eso lo que nos hizo sospechar.
-En relación a lo que me comentabas, ¿cómo empiezan un poco todas esas sospechas para creer que puede ser una policía? ¿Las sospechas se empiezan a hablar primero en grupos reducidos o es algo que se comenta a nivel general?
En realidad, fue a raíz de que se proyectara el documental Infiltrados de TV3 que nosotros, desde la red de Casals i Ateneus dels Països Catalans, decidimos hacer como una acción colectiva y el mismo día y a la misma hora todos los casals hicieron un acto público de visionado con sus socios. Cuando algunas de las compañeras de Endavant vieron patrones comunes y empezaron a tirar un poco del hilo, comenzaron a descubrir alguna cosa y, a raíz de eso, se lo pasaron a los compañeros de La Directa, que fueron los que abrieron todo el proceso de investigación más serio y riguroso hasta que finalmente han destapado la noticia.
-Otro rasgo que también se ha tenido en cuenta para destapar a policías infiltrados es su capacidad económica. ¿Habéis detectado algo raro con ello?
La verdad es que no. También te digo que, en nuestro espacio, ella tenía una presencia muy militante. En los espacios más lúdico-festivos o más de ocio, ella normalmente no participaba. En ese sentido, los que están mucho más consternados son las compañeras de la comunidad palestina porque con ellas sí que tenía una relación mucho más personal: de estar en su casa, de compartir comidas con todas las familias, etc. Ellas, a nivel de intimidad, compartieron con ella mucho más que nosotros.
Igual que en el documental ‘Infiltrados’ tú veías que los anteriores eran los primeros en la fiesta, ella no. En nuestros espacios más de ocio, ella no participaba. Esa relación más cercana, más personal, más íntima, la mayoría de nosotros no llegamos a tenerla.
-¿Alguien del entorno político ha vuelto a contactar con ella después de que se destapara que era una infiltrada?
Ella contactó con algunas de nuestras compañeras como a principios de 2023, diciendo que en algún momento tenía que volver a Barcelona porque tenía un familiar, pero lo cierto es que nunca regresó. O, si regresó, no contactó. Ese fue el último contacto que tuvo con nosotros.
Con la comunidad palestina sí me consta que tuvo algún contacto más, o que fue teniendo algún contacto de manera espaciada pero regular hasta que desapareció totalmente. Y, de hecho, alguna persona que tenía una relación así más personal y no tan política, la última vez que intentó contactar con ella, ya había cambiado de teléfono.
-Esto al final puede provocar inmovilismo en las organizaciones, constantes sospechas entre compañeros y compañeras de militancia, paranoias… muchas veces justificadas, que acaban paralizando la lucha. ¿Qué recomendaciones harías a las organizaciones que pueden estar en esa situación?
Justamente eso. Que tengan muy claro que el objetivo es ese: que no nos quieren movilizadas, que no nos quieren organizadas, que nos quieren solas, aisladas, con miedo y que no podemos permitir que nos ganen la batalla. El convencimiento de que lo que tú estás haciendo lo estás haciendo desde tus derechos fundamentales y ponerle corazón, ponerle barriga y decir: “¡No! Vamos a seguir haciendo lo mismo”.
De hecho, eso es lo que ha pasado. Me hubiera gustado que hubierais visto la asamblea de ayer porque fue súper bonita, viendo cómo todo el distrito se volcó en el tema. O sea, cómo la rabia da paso a más autogestión, a más trabajo colectivo, a trabajo mucho más pensado… Todo el mundo se volcó: pancartas, carteles, manifiestos, una manifestación, recogida de firmas. Lo que ha generado es más trabajo, más unidad, más ganas de luchar y toda esa solidaridad a nivel de distrito y a nivel de ciudad.
Entonces… que nos permitamos también ese momento de miedo, ese momento de agobio… pero que luego dejemos que dé paso al convencimiento de que tenemos que seguir organizadas. Otra de las cosas en las que me gustaría poner el acento es que nos demos cuenta de que se están traspasando todas las líneas rojas. Esto ya empieza a ser recurrente. ¿Cuántos casos llevamos ya destapados y los que no se han destapados todavía?
Es verdad que la infiltrada tiene nombre y apellidos, pero los responsables de todo esto también tienen nombre y apellido. Al final, también hay que señalar a los culpables de verdad, que son quienes pusieron allí a Belén. Este supuesto gobierno “más progresista de la historia” tiene a Grande-Marlaska de ministro del Interior… A Belén no la queremos volver a ver, pero señalemos a los culpables reales.

-Por contextualizar un poco, ¿por qué crees que se está promocionando tanto la película ‘La infiltrada’ cuando era una película que estaba aparcada y se retomó coincidiendo con el destape de policías infiltrados? ¿Crees que responde a una batalla cultural por ganar el relato de que se vea como aceptable que policías se infiltren en movimientos sociales?
Yo estoy convencida de que sí, porque al final es como tú dices. Es un blanqueamiento de lo que está pasando. Al final sigue siendo perverso porque hay como dos tipos de infiltración. Una, la que pretende desactivar comandos terroristas, delincuentes del narcotráfico… avalada judicialmente y que esa es la que nos viene a priori a la cabeza cuando se habla de infiltrados. Luego hay otra que no necesita ese aval judicial, que son este tipo de infiltrados, que supuestamente lo que hacen es buscar información.
Si ese matiz no lo especificas, volvemos al relato perverso que decíamos antes de que acaba la gente menos politizada diciéndote que “si están ahí por algo será, algo estarás haciendo”. No estamos haciendo nada y ellos saben que no estamos haciendo nada. El tema es que están aquí recabando información que les interesa. ¿Qué tipo de información? Pues dinámicas de movilizaciones, de debate, en qué tipo de asambleas la gente acude masivamente, en cuáles otras es un grupúsculo minoritario, a la hora de organizar una movilización ver de qué manera se hace, con qué objetivos… Ese tipo de información es la que están recabando.
¿Es un blanqueamiento (‘La infiltrada’)? Para mí, totalmente. Primero, generalizando como que todos los infiltrados son iguales, están en los mismos espacios para desactivar cosas criminales y, por otro lado, como para desprestigiar este tipo de lugares donde hay asociacionismo y lucha organizada.
-¿Quieres añadir algo más que crees que se nos ha quedado sin analizar?
Lo único, agradeceros el seguimiento de la noticia, porque durante todo este proceso las compañeras de Alerta Solidaria nos han acompañado mucho en todo lo que son las cuestiones legales. Que sepáis que nuestro objetivo es tratar de poner una querella. Una querella que va a tener el recorrido que va a tener, porque con las anteriores no ha pasado nada. Pero, al final, lo que sí podemos abanderar es la denuncia pública.
Creo que ahí sí debemos todas sentirnos interpeladas porque hoy ha sido el Casal Popular 3 Voltes Rebel, la comunidad palestina y Endavant, pero mañana puede ser tu casa. Creo que todos tenemos que dar una respuesta masiva en contra de todo esto. Al final, hablando con compañeros estos días, nos decían: “Todos sabemos que hay infiltrados”. Vale, pero una cosa es saberlo e identificarlos en una manifestación y otra cosa es que, en tu zona de confort, de confianza, donde tú te sientes segura porque estás con tu grupo de iguales, se te metan durante tres años. Eso te deja como en una sensación primera de indefensión y de vulnerabilidad que es muy jodida. Entonces, respuesta colectiva y denuncia pública para todo el mundo sensible al tema.
-Por lo que me dices, a nivel judicial no tenéis expectativas sobre esto…
Es que no tienen recorrido… Todas las demás que se han puesto querella no han tenido. No hay nada que hacer, no hay nada que hacer. De hecho, en algún momento también se había tenido como mucha fe en Europa y tampoco se ha respondido en positivo.
-Es una barbaridad lo que está ocurriendo…
Bueno, es que es lo que decimos: legalmente está amparado. No tiene recorrido judicial porque están en “su derecho de hacerlo”. En esta supuesta democracia que abanderamos, pues tienen mecanismos represivos que poco tienen que envidiar al franquismo.
-Y no olvidemos que estamos hablando de que el propio Estado ampara la violación de personas, porque cuando alguien mantiene una relación afectiva o sexual con una policía infiltrada sin saber que lo es, se está vulnerando a esa persona, y eso está siendo respaldado.
Lo hacen con total impunidad.