
África. Esclavizada, colonizada, esquilmada y Resistente.
Agenda.
Francia
-Sus colonias se extendían por media África.
Francia comenzó a colonizar África desde 1638, estableciendo sus primeros asentamientos en las atlánticas costas de Senegal, que consistían en enclaves fortificados, bases de avituallamiento para el tráfico esclavista y factorías para el comercio interior y atlántico.
Hasta principios del s.XIX su expansión consistió en nuevos asentamientos de este tipo en otras costas y en la desembocadura del rio Congo, siendo la trata de esclavos su principal negocio. Cuando su desarrollo industrial y comercial comenzó a necesitar otras y abundantes materias primas (algodón, cacao, café, petróleo, oro, uranio y otros metales) y se disponía de un mejor conocimiento de las inmensas riquezas del continente africano, dio comienzo la conquista del interior de esos países mediante brutales acciones militares, siendo estas las preferentemente empleadas o, donde era factible, recurriendo a todo tipo de pactos o acuerdos con los caciques locales. Pese a la disparidad de fuerzas y recursos en manos de los invasores, las poblaciones indígenas opusieron una continua resistencia que dejaron un valioso legado para las posteriores luchas de liberación.

Así comenzó el colonialismo francés su criminal andadura africana; expandiéndose hacia el norte, colonizó Mauritania; hacia el interior, Mali, Burkina Faso, Níger, Chad y República Centroafricana; hacia el sur, Guinea Conakri, Costa de Marfil, Benín, Gabón y Congo Brazaville y en el África Oriental, colonizó la isla de Madagascar y una parte de Somalia. Desde 1830, emprendió la colonización del norte de África: Argelia, Marruecos y Túnez y, tras la derrota de Alemania en la Iª GM, Togo y Camerún pasaron a manos francesas. Esta expansión supuso que Francia se adueñara de casi todo el desierto del Sahara y que, en extensión, superara a los ingleses. Para entonces, ambas potencias imperialistas se habían apropiado de la casi totalidad de África y, Francia, en sus proyectos de hegemonizar la explotación del continente, también pretendió, sin conseguirlo, el dominio de Egipto y de su Canal de Suez y del Sudan, en posesión de los ingleses.
A semejanza de los ingleses, en la mayoría de las colonias francesas emplearon una política que ellos llamaron de “asimilación” con la que, manteniendo la dominación colonial, pretendían transformar las costumbres y las instituciones indígenas a imagen y semejanza de la civilización francesa. Para ello emplearon un régimen conocido como “indigénat”, con el que los indígenas, entre otras cosas, tenían la obligación de dar prestaciones en especie o en tiempo de trabajo para aquellas obras que fueran consideradas de utilidad pública, bajo penas de multas o cárcel. Una manera de maquillar y mantener el trabajo esclavo.