Memoria histórica imprescindible:
-Fosas y más fosas.
*Próximos trabajos de exhumación de los cuerpos de las víctimas del franquismo de la fosa de la Vaguada de la Araña, en Fuencaliente, La Palma.
El 7 de mayo de 1994, de la fosa común en la que se encontraron los cuerpos de cinco de los llamados ‘Trece de Fuencaliente’, faltaban algunos cadáveres.
Ahora Memoria Democrática destina 100.000 € para poder seguir buscándolos y dignificarlos.
“Los 13 de Fuencaliente”, eran un grupo de hombres detenidos en enero de 1937 y encarcelados en el Cuartel de San Francisco, para posteriormente ser llevados a algún punto del pinar y ser ejecutados por los fascistas.
*Fosas en Córdoba, sigue el proceso de exhumación de asesinados.
Para culminar con todo el proceso de exhumación de fosas comunes de los cementerios de San Rafael y La Salud.
En el último año de trabajo se han registrado 83 víctimas exhumadas en Córdoba (más otras 150 personas en entierros ritualizados) en los dos sondéos abiertos en el cuadro de Virgen de los Dolores de La Salud.
Libros:
-“Un nazi en Sobrón”
Kepa Menéndez publica su quinta novela.
“Solamente en Sobrón se llegaron a alojar más de 800 nazis. De hecho, había tantos que los tuvieron que desviar a un grupo a Bergüenda, y todos iban con el uniforme, que era con lo único que habían cruzado la frontera”
En el ocaso de la Segunda Guerra Mundial, miles de soldados salieron de Alemania buscando refugio y protección en países afines al totalitarismo de Hitler. Los miembros del destacamento del Zollgrenzschutz, el servicio de aduanas del Tercer Reich, quedaron internados en las instalaciones del antiguo balneario alavés de Sobrón, a la espera de que el devenir de la contienda dictara su suerte.
En mayo de 2019, un periódico alavés publicó un artículo sobre la existencia de la tumba de un soldado alemán en el cementerio de Sobrón Alto. Aquella historia relatada por Julio Corral y Marian Tarazona resonó, sobre todo durante el confinamiento de 2020, en la cabeza de Menéndez. “Ellos dejaban muchas preguntas en el aire”, por lo que, terminadas las restricciones más duras de 2020, “me puse a investigar”, lo que incluyó, por supuesto, una primera visita a la tumba. Delante de ella “pensé que de ahí tenía que salir una historia”.
En 2023, el autor se reunió con los vecinos y las vecinas de Sobrón Alto. “Me mostraron fotografías de la época, de lo que era el balneario. Además, me remitieron a don Jesús Martínez, que es quien de pequeño tuvo más contacto con aquellos soldados. Incluso aparece en una foto del entierro de Johann Mungenast. Es el que más testimonios me aportó”, aunque no llegó a ver la novela terminada. Falleció en el proceso de edición de un libro que está dedicado a su recuerdo.
Con todos estos datos –“hay cosas de las que me contaron que no me he atrevido a incluir”– y las dudas de Corral y Tarazona sobre si la persona enterrada en la localidad alavesa era un soldado o, en realidad, un jerarca nazi que se había camuflado entre los aduaneros que habían llegado a Sobrón, Menéndez estructuró esta novela.
Los soldados alemanes eran conducidos supuestamente al campo de concentración de Miranda de Ebro. Debido a la saturación del recinto, los aduaneros mayores de cuarenta años fueron derivados a instalaciones abandonadas, en su mayoría balnearios repartidos por la geografía española. Uno de ellos, el de Sobrón, aunque también los hubo en Bergüenda.
«Aquella fue una época en la que el imperio llamado a durar mil años comenzaba a tambalearse y cualquier éxodo, como el llevado a cabo por los aduaneros, era aprovechado por jerarcas nazis para eludir la justicia internacional”.
En 1944 el campo de concentración de Miranda de Ebro alojó, a sabiendas de las autoridades franquistas, a un jerarca nazi sobre el que pesaban crímenes de lesa humanidad. Estaba allí para evitar que los Aliados lo capturaran. Sí se sabe que desde este campo burgalés fue conducido al sur de España para que embarcara en un mercante rumbo a Argentina. Por eso «existen motivos para la duda.»
*Kepa Menéndez nació en Bilbao en 1961, pero pronto se trasladó a vivir a Vitoria-Gasteiz. Es autor de las novelas Operación U-92, Estado Límite, La Ficha 145 de Núremberg y El Lazo del Diablo.
-“Los desaparecidos de Franco”
De Francisco Moreno Gómez.
Este libro viene a ser un ensayo de «Comisión de la Verdad» en toda España, una conjunción de hechos recuperados y el necesario estudio teórico: por un lado, una nueva radiografía testimonial de los desaparecidos de Franco, y por otro, el estudio de los crímenes de carácter internacional del franquismo, más la necesaria reflexión sobre memoria, el plan de exterminio, la aparición de las fosas, las comisiones de la verdad y otras cuestiones.
Hemos dejado que las víctimas hablen a las puertas de la historia, como en este caso sucedido en San Sebastián de los Ballesteros (Córdoba), donde se aprecia la magnitud de la desgracia de los familiares de los desaparecidos: «… A mi padre lo mataron el 22 de septiembre de 1936. Era concejal. El 19 de julio lo encarcelaron, junto con el alcalde, el secretario y algunos más. Le pegaron mucho. Se lo llevaron al pueblo cercano de La Rambla, lo pusieron contra un eucalipto, le pegaron dos tiros y lo enterraron cerca de allí. Mi madre le llevaba cada día la comida a la cárcel, y ese día no lo encontró… (La cuestión) no es cómo vivimos esa muerte entonces. Es cómo hemos vivido toda la vida por culpa de eso. Nunca hemos tenido derecho a nada. Quisieron quitarnos hasta nuestra casa, como hicieron con mi tío. Suerte que la cambiamos de nombre… Veinticinco años después, y aún nadie quería darnos trabajo. Por eso vinimos todos a Sabadell. Mi madre se quedó viuda y con cuatro hijos, yo de meses, y se fue a vivir con mi abuelo, que apenas pudo ayudarle, porque los franquistas le arrebataron todo… Si quiero recuperar los restos de mi padre, después de 70 años, no es por revanchismo: es una restauración imprescindible del honor de mi padre… Somos la anti-patria, y nos lo han hecho sufrir toda la vida… Si te veían por la calle llorando la muerte de tu padre, te pegaban por antipatriota. No nos dejaban ni llorar. Nadie puede imaginarse lo brutal que fue aquella represión. Por ese miedo, ni mi familia ni yo fuimos jamás al cementerio de La Rambla a llorar a nuestro padre… Ni mi madre ni mis tíos hablan nunca de estas cosas. Por eso hoy, arrancada la máscara de la vergüenza, desean llorar a su padre sin culpa» (José Saz Ortega, a través de su hijo José Saz Ortiz).
Sólo partiendo del relato de las víctimas se puede llegar a la raíz de la catástrofe humanitaria causada por el franquismo, el cual no se puede estudiar ya sin el contexto de los crímenes de carácter universal.
375 páginas.
-“Gaditanos deportados a campos de concentración nazi”.
De Ángel Medina Linares.
Medina Linares es un docente e investigador de la Universidad de Cádiz, especializado en historia contemporánea de esta provincia, dedicado especialmente al periodo de la república, la guerra civil española, la dictadura franquista y el exilio republicano. Defensor y divulgador de la memoria histórica, este historiador ha coordinado actuaciones y proyectos relacionados con este periodo de nuestra historia, tales como investigaciones sobre la represión, censos de víctimas, búsquedas de fosas y numerosas conferencias, exposiciones y charlas-debates sobre este tema. Su tesis doctoral versa sobre el censo de víctimas y mapa de fosas de la represión franquista en la Sierra de Cádiz. En sus publicaciones destacan artículos sobre el exilio franquista, un monográfico sobre Setenil de las Bodegas, su pueblo natal, un libro sobre las fosas comunes de Alcalá del Valle y ahora este “Gaditanos deportados a campos de concentración nazi”.
Fundamental para entender la brutal represión que se vivió en Cádiz durante la guerra contra el fascismo y el terror nazi.