Muro de solidaridad y denuncia:
Criminalización:
-Ongi etorri a Ibai Aginaga.
Sábado 19, a las 12:00 rueda de prensa en Berango
La Audiencia Nacional ha citado a declarar a 15 personas los días 17 y 18 de noviembre, acusadas de haber participado en el ongietorri de Ibai Aginaga. El 22 de agosto tuvieron que acudir al juzgado de excepción otras tres personas por el mismo motivo.
Sin embargo, los pormenores de este sumario van mucho más allá de un ataque judicial contra unos individuos en concreto. En los informes de la Ertzaintza, la Policía Española y, sobre todo, la Guardia Civil, se aprecia una persecución a diferentes militantes y organizaciones políticas.
Los seguimientos y el control sobre las organizaciones políticas quedan de manifiesto en los citados informes, así como se pueden percibir indicios de la creación de un macrosumario para su ilegalización.
Por tanto, los derechos más básicos son los que están en juego, como son los derechos de reunión, organización, expresión y movilización. La represión no tiene un objetivo individual, sino colectivo, y la respuesta a dicha represión también debe ser necesariamente colectiva.
Quienes hemos sido llamados a declarar, queremos insistir en la necesidad de hacer una defensa de la libertad política. Por tanto, queremos invitar a la clase trabajadora vasca a participar en las dinámicas de denuncia que vamos a poner en marcha.
En Euskal Herria noviembre del 2022.
Auzipetuak aske. Amnistia osoa!
*Con este texto, buscamos adhesiones a la rueda de prensa del día 19 en Berango, adhesiones a título personal, colectivos, equipos deportivos, grupos musicales, grupos culturales etc.
NO A LA REPRESION!!!
Animatu eta parte hartu!!! Elkartasuna!!!
Atxikipenak / adhesiones a:
–Berangokoinputatuak@gmail.com
Antifascismo:
-Mavi Muñoz, madre de Carlos Palomino: «Mi hijo es víctima del terrorismo de Estado»
La madre de Carlos Palomino, el antifascista asesinado en 2007 por un neonazi en el metro, explica cómo se siente 15 años después.
Quince años después, Mavi Muñoz (Badajoz, 1959) habla con la entereza que siempre le ha acompañado desde que perdió a su hijo, de 16 años, acuchillado por un militar neonazi en el Metro de Madrid. Fue el 11 de noviembre de 2007. Carlos Palomino, aquella mañana, se dirigía a una contramanifestación para protestar por un acto del partido político de extrema derecha Democracia Nacional en el barrio multicultural de Usera. Dos años después, el asesino fue condenado a 26 años de cárcel. Ahora, disfruta de su primer permiso penitenciario, de cinco días…
*¿Considera que Carlos Palomino es víctima del terrorismo?
-Siempre lo he dicho y lo reafirmo. Mi hijo es víctima del terrorismo fascista, de un militar, amparado por el Estado, y lo digo segura. En la misma condena aparece cómo Josué intentó crear una alarma social con el asesinato que cometió. Yo se lo dije a [Alfredo Pérez] Rubalcaba, incluso. Le dije que ellos mismos los protegían y no lo condenaban. Y él me lo reconoció, porque estaba estudiando la situación, y me dijo que tenía que claudicar y reconocer que en los cuerpos militares y de seguridad había mucho neonazi. Con esas palabras me lo dijo, eh. Y también que, concretamente, en los paracaidistas había un 80% de neonazis. ¿Y los seguían manteniendo? Mi hijo es víctima del terrorismo de Estado…
Más y más mordaza:
-Reforma del Código Penal: Más mordaza contra cualquier movimiento social.
La reforma del Código Penal anunciada por los partidos del Gobierno PSOE y Unidas Podemos, que tiene por objetivo eliminar el delito de sedición (delito contra el orden público establecido en el artículo 544 del CP, castiga a quienes se alcen pública y tumultuariamente para impedir, por la fuerza o fuera de las vías legales, la aplicación de leyes), contiene una serie de modificaciones adicionales.
Una de ellas en especial nos parece muy grave, que ya entendemos que amplía la represión contra los métodos de protesta y de manifestación. La reforma de los delitos de orden público, recogidos en los artículos 557, 557 bis y 557 ter (con la reforma planteada éste artículo desaparecería) del Código Penal, parecen haber sido creados a propósito para imponer delitos penales a las formas de protesta de numerosos colectivos, entre ellos las organizaciones sindicales.
Esta represión está recogida fundamentalmente en la ampliación que se hace del 557.1: “Serán castigados con la pena de prisión de seis meses a tres años los que, actuando en grupo y con el fin de atentar contra la paz pública, ejecuten actos de violencia o intimidación: a) sobre las personas o las cosas u b) obstaculizando las vías públicas ocasionando un peligro para la vida o la salud de las personas, o c) invadiendo instalaciones o edificios”…
–https://cgt.org.es/reforma-del-codigo-penal-mas-mordaza-contra-cualquier-movimiento-social/
Acoger perseguidos políticos:
-Agravios comparativos.
El Gobierno dificulta la acogida en España de una activista saharaui familiar de Sultana Jaya.
Mientras el Estado español no ha puesto ni una sola pega a los centenares de miles de ucranianos acogidos, pone pegas para recibir a una saharaui perseguida.
Las asociaciones valencianas integrantes del Programa de Protección Integral y Acogida a Defensores y Defensoras de Derechos humanos denuncian retrasos en la respuesta sobre El Fayeda Jaya, sobrina de la conocida Sultana Jaya.
-Alimentan al fascismo y se crece: La justicia prohíbe el sello del centenario del PCE.
Una juez suspende la emisión del sello que conmemora el centenario del Partido Comunista.
La magistrada Carmen Casado del juzgado 30 de lo contencioso-administrativo de Madrid atiende la medida cautelar demandada por la asociación ultraderechista Abogados Cristianos.
Abogados Cristianos defiende que su emisión «atenta contra el deber de neutralidad y objetividad» de las Administraciones Públicas y exalta «un partido político que cometió crímenes y persiguió a miles de personas únicamente por razón de su fe» Alegan, esta estampa sería contraria a la recientemente aprobada Ley de Memoria Democrática.
Mientras 114.000 cuerpos se pudren en cunetas ocasionadas (supuestamente hay que decir) por los abuelos y padres de los denunciantes, se dedican a denunciar al actual partido que ayudó como ninguno a traer el fascismo coronado, a reconocer la rojigüalda opresora, a negar asistencia a los verdaderos comunistas, que se pudrían y pudren en las cárceles españolas «democráticas».
Guerra sucia:
Asesinatos, blanqueo, cambio de relato…
-Se hace irracional dudarlo.
Iñaki Egaña
Tenía 42 años y había salido a celebrar con sus amigas la fiesta de la sardina. La calle estaba repleta, mientras los jóvenes pedían amnistía, después de cuatro décadas de una dictadura feroz. Y como era habitual, las fuerzas represivas asaltaron Santurtzi, con la excusa de reventar la reivindicación. El orden, decían sus mandos, era el bien supremo. Las balas mataron a Normi Mentxaka y causaron heridas a Sebastián Peña y José Unamuno.
Ese mismo día, en la vecina localidad guipuzcoana de Azpeitia, la Guardia Civil detenía un coche con cinco personas. Les hicieron salir, credenciales y registro del automóvil, donde aparecieron algunos pasquines de las Gestoras pro-Amnistía, documentación ilegal dijo el Gobierno civil. Al calabozo los cinco, entre ellos Andoni Elizondo, entrenador de la Real Sociedad de fútbol. Tuvieron suerte al detectar el control porque desde que año y medio antes la Guardia Civil matara a Mikel Salegi en un supuesto control a la entrada de Donostia, ya eran una decena los fallecidos en esas circunstancias.
Tuvieron suerte también porque quedaron en libertad, probablemente por la relevancia mediática del entrenador realista. No tanta, por ejemplo y en esas semanas, Luis Núñez Astrain, que sufrió 40 días de calabozo para ser torturado a conciencia. O Begoña Carro que antes de ingresar en Basauri padeció 20 días de comisaría y malos tratos. O Carmen Arriaga de Mundaka, cuyo relato del mes que pasó en el calabozo antes de ser llevada ante el juez, sirve para erizar el vello. Vergüenza de la condición humana.
En Santurtzi, a Normi Menchaca le entró la bala por la nariz y se alojó en el cráneo. Murió en el acto. Y el forense que la extrajo escribió, con bolígrafo de cemento, que “al parecer”, la muerte de Normi se debió a un arma de fuego. La nota oficial señaló a dos guardias civiles de paisano como autores de los disparos porque se sintieron “acosados por los manifestantes”. Se refugiaron en el local de la Policía Municipal del Ayuntamiento y a las cuatro de la madrugada llegó un land rover de la Benemérita que trasladó a los agresores a lugar seguro. Hasta hoy. Mientras, sus compañeros de la Policía Armada apalearon a quienes protestaban por la muerte de Mentxaka y por la protección a los verdugos.
Los sorprendente de esta concatenación de hechos delictivos tiene que ver con la construcción del relato. El Archivo Histórico de Bizkaia corroborará dentro de cuatro años, cuando pasen 50 de lo sucedido y la documentación sea accesible, el cambio en el relato. Aunque las hemerotecas sirven para evidenciarlo. Fueron agentes de la Guardia Civil de paisano los que mataron a Normi Mentxaka, según las declaraciones oficiales de los días siguientes, hasta que, en un determinado momento, alguna instancia suprema decidió cambiar la versión. En adelante no fueron guardias civiles sino “desconocidos” Guerrilleros de Cristo Rey, una de las marcas utilizadas por el estado, como BVE o GAL, para estampar sus tropelías. Más de dos mil, se dice pronto, en los últimos 50 años, aunque parezca que únicamente recordemos a las de los GAL.
El cambio de relato, que aún se mantiene, tuvo un seguimiento paralelo, avalado por otros actores que no apretaron el gatillo, pero lo hicieron posible. El expediente de Normi desapareció, pero el juzgado de Instrucción número 5 de Bilbo, fue capaz de interpretar en clave legal lo sucedido: “un enfrenamiento entre manifestantes”. El juez archivó las diligencias por no encontrar indicios de quienes fueron los autores del crimen, a pesar de que se habían refugiado durante media docena de horas en el Ayuntamiento, ni tampoco “encubridores”. Evidente, él era uno de ellos.
Por fin, en 2002, la Audiencia Nacional reconoció a Norma Mentxaka como “víctima del terrorismo”. Pero, recuerden que la presidencia hispana correspondía al “simpático” Rodríguez Zapatero y la cartera de Interior estaba en manos de Alfredo Pérez Rubalcaba, el abogado del Estado recurrió la resolución del Supremo. A instancias de Interior, de Pérez Rubalcaba. Aquello no era “terrorismo”. La impunidad incluso para el relato. En 2006 el Supremo lo corrigió.
Los casos simultáneos de Mentxaka, Núñez Astrain o Andoni Elizondo me vienen al recuerdo con el eco reciente de las declaraciones del ex ministro José Barrionuevo sobre los GAL y la participación del Estado en las redes de la guerra sucia. Los ejemplos surgen a borbotones, para ofrecernos esas cifras espeluznantes: 40.000 detenidos por razones políticas (Jon Mirena Landa cuando era director de derechos humanos del Gobierno de Gasteiz), 10.500 torturados (Paco Etxeberria en el reciente documental “Karpeta urdinak”), 1.500 atentados parapoliciales contra propiedades, 853 contra personas con 83 muertos (Euskal Memoria). Con otros actores, encubridores que han hecho posible esa que llamamos “guerra sucia”: jueces, periodistas, grupos políticos, forjadores de opinión, forenses, dirigentes, sindicatos, empresas…
Lo de Barrionuevo no es sino la pataleta de un palo que se siente excluido del relato triunfal. Lo de los GAL, Guerrilleros de Cristo Rey, AAA, BVE… no son sino nombres irrelevantes de una estrategia, un modelo y una estructura que emana desde despachos oficiales. Con una jerarquía militar y política. El resto, eso de cuatro ultraderechistas despechados, es un cuento chino destinado a cubrir un relato insalvable.
Cuando el estado llevaba ya unos cuantos años de actividad paralela, “de día uniformados de noche incontrolados”, un personaje tan poco sospechoso de veleidades radicales, un hombre gris, de orden, como era Jesús Mari Leizaola, residente en París y presidente aún del Gobierno vasco en el exilio, divulgó un documento precisamente sobre esos “comandos nocturnos, evidentemente protegidos –y se hace irracional dudarlo- compuestos por elementos de las propias fuerzas del orden”. No nacimos ayer. Así que, Barrionuevo no es uno, son miles desperdigados por los andamios del Estado.